Recibe el sinaloense Élmer Mendoza el premio Juan Crisóstomo Doria a las Humanidades
Recibir el Premio Juan Crisóstomo Doria a las Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, aseguró el escritor sinaloense Élmer Mendoza, lo honra profundamente.
“La noticia me hizo sentir pequeño y luego con el paso de los días, observé cómo crecía en mí mismo hasta ser un completo hombre distinguido por uno de los premios de la Feria del Libro de la Universidad Autónoma de Hidalgo”, dijo durante la premiación que se llevó a cabo este miércoles, en ceremonia virtual.
“Aunque empecé mi carrera escribiendo cuentos, soy novelista. Cada que me comprometo a escribir un cuento sufro un poco, y lo que hago, posiblemente para que no me pidan más historias breves, es realizar lo que no imagino como novelista y hago todo por contradecir las ideas perfectas de mis maestros y amigos que han escrito cuentos que son verdaderas obras maestras”.
Y en ese sentido, el autor de ‘Ella entró por la ventana del baño’ ofreció disculpas a Juan Rulfo, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Rubem Fonseca, Inés Arredondo, Eduardo Antonio Parra, Enrique Serna, Mónica Lavín.
“Concibo el trabajo de novelista como el de un constructor de esferas y así me percibo todas las mañanas mientras hago mis rituales como un constructor de esferas de palabras, un cuerpo de palabras perfecto, que además me gusta que tenga música, aromas, sueños, paisajes y deseos”.
Consideró que una novela debe tener un número de palabras exacto, pues justo eso es lo que consigue que la esfera sea perfecta, pero además, debe encontrar el lugar que le corresponde a cada palabra.
“Ser un novelista es una gran aventura y parte importante de este viaje, es avanzar paso a paso, a veces los pasos son tranquilos y se dan con emoción contenida, pero otras veces adquieren otro ritmo y más nos vale acelerar”, señaló.
“Una novela es un cuerpo vivo, en ebullición, los lectores pueden olvidar los nombres de los novelistas, incluso el título, pero nunca ciertas partes que los mantienen en vilo y que son las que revitalizan su gusto por las novelas y otros géneros literarios”.
Mendoza comentó que el trabajo del novelista es susceptible de ser compartido, sufre modificaciones, se vuelve pequeño o se agiganta.
“Un novelista habita el mundo de la incertidumbre y no siempre lo disfruta, quizá por eso me gusta el concepto de una novela como esfera, claro una novela lograda con momentos especiales entretejidos que deben provocar emociones extremas el gusto por la lectura”, expresó.
Cuando empieza un proyecto, compartió, imagina durante meses la historia que va a contar, los personajes, los lugares, hace un registro de situaciones, nombres, frases, características, el lugar donde ocurrirá la acción.
“Luego escribo la primera versión con mucha fe, pero con la certeza de que la primera versión no sirve, pero como saben, quien no escribe la primera, tampoco la segunda, menos la tercera, ni las que hacen falta, para formar la esfera y si quieren ser más formales, para escribir una buena novela”.
Para lograrlo, advirtió que hay que trabajar, trabajar y trabajar.
“Es real, y nadie se guarda secretos, tanto como Gabriel García Márquez, Margarite Yourcenar, han explicado extensamente sus proceso de escritura... yo me aplico”.
Los personajes, aseguró, deben ser entrañables, para que lleguen al corazón de los lectores. En ese sentido, el lenguaje es muy importante y las hablas regionales son un tesoro que no merece ser desdeñado.
“Un novelista comprometido busca la perfección, debe escribir frases que nunca se han escrito, conseguir personajes notables, dejarse llevar por su experiencia e instinto para poner el punto final”.
Si ser sinaloense no fuera lo máximo, aseguró, le gustaría ser huasteco, es decir, hidalguense.
“De manera que agradezco esta distinción, desde lo más profundo de mi corazón: gracias... Quedaré marcado siempre por esta distinción, haré lo posible por honrar este premio y a la universidad que me lo otorga”.
La ceremonia de premiación la encabezó el Rector de la UAEH, Adolfo Pontigo Loyola, quien señaló que Élmer Mendoza es un autor cuyos libros han marcado la literatura mexicana, ampliando sus horizontes narrativos, voces y contextos, a través de historias y personajes entrañables.
“Valga esta ocasión de la Feria del Libro como homenaje al regalo de los libros que este escritor ha legado a la historia de la literatura mexicana”.
El presidente de la FUL y coordinador de la División de Extensión de la Cultura, Marco Antonio Alfaro Morales, señaló que el Consejo Editorial Universitario determinó otorgarle el Premio Juan Crisóstomo Doria a las Humanidades 2021 al sinaloense por su trayectoria como escritor, ensayista, crítico literario y académico, así como por sus aportaciones en el campo intelectual y de las letras.
El premio hace honor a Juan Crisóstomo Doria, que fue abogado y alcanzó el grado de Coronel, fue Gobernador provisional del naciente estado de Hidalgo, nombrado por el Presidente Benito Juárez. Fundó el Instituto Literario y la Escuela de Artes y Oficios, antecedente de la Universidad Autónoma de Hidalgo.