Invita Élmer Mendoza a dar un lugar al libro en la familia
Para convertir a una sociedad, en lectora, hay que dar un lugar al libro en la familia, hacer de las lecturas tema de conversación y leer de todo y en todos los formatos, compartió el escritor sinaloense Élmer Mendoza.
Durante la conferencia “Elementos para formar una sociedad lectora”, que impartió en El Colegio de Sinaloa, Mendoza destacó la importancia de ir más allá de las intenciones.
“Si partimos de los hábitos lectores de los mexicanos y de los sinaloenses, parece algo muy difícil impulsar ideas para convertir a una sociedad en una sociedad lectora”, dijo, “pero no es imposible, hay que trabajar”.
El presidente de El Colegio de Sinaloa consideró que hay elementos básicos para avanzar en contribuir a que una sociedad lea, entre ellos fortalecer nuestra actitud ante los libros, hacer de la lectura un tema de conversación con la familia y los amigos.
“Así como los que les gusta mucho el deporte y siempre saben quién metió goles y qué pasa con la Selección Mexicana, y no digamos mucha gente de cierta edad que de lo único que hablamos es de enfermedades, o señoras que hacen largas conversaciones sobre dónde se hace el mejor pastel de tres leches, el asunto es incorporar lo que estamos leyendo a nuestras pláticas”.
El primer elemento para formar una sociedad lectora, aseguró, es la familia.
“La lectura es un asunto de familia, los padres, los hermanos mayores, los abuelos deben dar un lugar al libro y a la lectura, que es una herramienta de unión que debemos practicar, la lectura da estatus, alguien que lee, se distingue”, aseguró.
El escritor preguntó a los asistentes si recordaban la frase “la familia pequeña vive mejor”, y añadió que debería decirse también “la familia lectora vive mejor”, porque vive tantas vidas a partir de los libros, que siempre sabe lo que debe hacer en caso de percances cotidianos.
“A veces en un libro está la solución y a partir de allí uno puede resolver algo de la mejor manera”.
Consideró importante diseñar un programa de lectura para la familia, a partir de la experiencia de los clubes de lectura, que son experiencias vivas y muy contemporáneas en esta práctica.
En el Colegio de Sinaloa, añadió, están dispuestos a apoyar las iniciativas que se generen para la formación de nuevos clubes de lectura.
“Aquí tenemos un espacio muy cómodo para reunirnos, platicar y planear”.
Destacó además la importancia de que las personas estén dispuestas a reunirse el día que acuerden en el lugar acordado, que puede ser la casa de alguien, un café, un bar, un parque.
Y acercarse a las librerías, que en Culiacán tiene sucursales de dos cadenas importantes del país, Gonvill y Gandhi, además de Sanborns, y locales como librería México y el Casino de la Cultura.
Aunque a veces los libros son caros, dijo, y en una ocasión él quiso comprar uno del filósofo alemán Walter Benjamín y costaba 3 mil pesos.
“Y bueno verdad era como lo que yo ganaba en la quincena, imposible, nunca lo compré. Sin embargo, les digo una cosa, para una persona que está decidida a leer, no ve el precio, sino la importancia del libro en el que no va a gastar, sino invertir en sí mismo”.
Una sociedad lectora lee de todo, añadió, como lo hacen los norteamericanos, islandeses, franceses, españoles e ingleses, que tienen los índices de lectura más altos por persona.
“Esto es muy interesante, estas sociedades leen los premios Nobel, los premios de otras naciones, nosotros tenemos uno muy importante que es el Premio Planeta, el premio Booker de los ingleses también es una garantía porque ha premiado a los mejores, el Pulitzer que también premia a periodistas”.
También se lee en distintos soportes, como el Kindle, en internet, en los celulares, están los audiolibros que han ganado mucho mercado sobre todo a partir de la pandemia, añadió.
Añadió que se puede seccionar la lectura por género literario, novelas policíacas, de amor, de suspenso, históricas, ciencia ficción, erotismo, o en español, italiano, inglés.
Recomendó la literatura mexicana, porque es poderosa y debemos rescatarla.
“Una de las formas es comprar los libros de las personas que están publicando, para que haya más editoriales que se animen a publicar a otros, empiezo por la parte femenina, que es muy fuerte y extensa”.
Destacó la obra de autoras como Mónica Castellanos, Gabriela Rivero, Sofía Segovia, Orfa Alarcón, María de Alba, todas ellas son regiomontanas. Mencionó a Cristina Rivera Garza como un referente en la literatura mexicana, junto con Ana Clavel, María Antonieta Mendívil, de Sonora,
“Tienen que leer a Mónica Lavín, que es quizá la autora mexicana más conocida en el mundo, más traducida y más prestigiosa y trabajadora; Socorro Venegas, Aleyda Rojo, Jazmina Barrera, y bueno vuelvan siempre a Inés Arredondo y lean a Coral Bracho”.
En cuanto a los varones, reconoció, no podrá evitar recomendar a sus amigos, porque todos lo son, pero como no está prohibido dijo que hay que leer a Eduardo Antonio Parra, David Toscana, Carlos René Padilla, Gerardo H Jacobo, Julián Herbert, Juan José Rodríguez, César Silva, Ricardo Vigueras “y por supuesto a Élmer”.