Si un problema ha perseguido a los Philadelphia 76ers en la era Joel Embiid, es justamente encontrar un reemplazo acorde para sostener los minutos (o partidos) en los que el camerunés no está en el campo. Un déficit que no solo sufren en Fase Regular, sino que además normalmente se ha potenciado en Playoffs de la NBA, como una 2021-2022 en la que tuvieron que encarar partidos decisivos de postemporada con DeAndre Jordan como interior titular.
La tendencia es la misma: unos Sixers dominantes en los tramos con Embiid, pero totalmente deficitarios en sus ausencias. En la 2017-2018 su recambio principal fue Amir Johnson. Al año siguiente, Boban Marjanovic y eventualmente Greg Monroe. En la 2019-2020, Kyle O’Quinn. En la 2021-2022, Dwight Howard. Mientras que en la campaña anterior, dos veteranos como Andre Drummond y DeAndre Jordan. No precisamente un grupo de talentos o jugadores confiables.
¿Qué une a todos esos nombres a lo largo de los años? El pobre rendimiento de Philadelphia con ellos en el campo: sin excepciones, cada uno de ellos terminó su etapa en los Sixers con un net rating (saldo de puntos cada 100 posesiones) negativo. Y en varios casos, ese rating estuvo en niveles tan bajos como esperables.
La apuesta para la 2022-2023 no parecía cambiar demasiado en relación a los fallos de años anteriores: fueron por otro interior veterano, con dudas defensivas y lejos de su prime, como Montrezl Harrell. Pero si bien la apuesta pudo ser similar a la de años anteriores, los resultados no lo están siendo en absoluto.
Por primera vez en su carrera, el suplente de Joel Embiid tiene un +/- positivo. Obviamente menor que el del camerunés, pero suficiente como para que los 76ers no se desmoronen ante cada baja de su gran estrella.
El partido de este domingo ante Detroit fue un ejemplo de ello. Embiid volvió a estar afuera por lesión y Harrell respondió con 20 puntos y un 8-11 de campo en 24 minutos, para ayudar a que Philadelphia derrote a Detroit por 123-111. Antes de este partido, los Sixers tenían un net rating de +2.8 con Harrell como interior y el mismo crecerá aún más luego de la victoria ante los Pistons.
Además, el tercer interior del equipo, Paul Reed, también demostró que puede estar listo para dar soluciones: 16 puntos 12 rebotes y 6-7 de campo en el triunfo ante Detroit.
A diferencia de otros años donde le era imposible ganar en los partidos sin Embiid, Philadelphia ahora mantiene un buen rendimiento en sus encuentros como baja: los Sixers tienen ahora marca de 7-4 en los 11 partidos de la temporada sin JoJo. Un porcentaje de victoria del 64 por ciento que supera incluso al que muestran con el nacido en Yaundé: 61 por ciento (17-11).
Si bien Harrell tendrá que demostrar que puede seguir dando respuestas positivas en Playoffs, donde históricamente ha tenido muchos problemas para mantenerse en el campo, al menos en esta Fase Regular los Sixers parecen haber eliminado uno de sus grandes problemas históricos y se prenden en la pelea por el Top 4 de la pareja Conferencia Este.
(Con información de NBA)