Martha Murillo de Gaxiola no hablaba mucho, no buscaba los reflectores ni lideraba ningún movimiento, sin embargo, su ejemplo de mujer inquebrantable, su búsqueda permanente y su sueño de encontrar vivo a su hijo desaparecido durante los años 70 la convirtió en un ejemplo de lucha que inspiró a muchos padres de familia.
La buscadora lo fue mucho antes de que existiera el término, fue una pionera de la búsqueda de hijos desaparecidos y lo hizo cuando el Gobierno era el gran enemigo, cuando no había ni siquiera un discurso a favor de la búsqueda de los desaparecidos.
Su hijo Óscar César Gaxiola Murillo desapareció en los años 70, en medio de la llamada “guerra sucia” que desplegó el Gobierno federal en contra de todos aquellos que se atrevían a criticar o retar su forma de gobernar.
Gaxiola Murillo perteneció a los movimientos de izquierda de la época, que irónicamente hoy se encuentran en el poder, y por su forma de pensar y querer un gobierno diferente para México fue apresado en Sinaloa, donde se convirtió en preso político.
Una vez liberado y ya estudiando en Morelia, Michoacán, el 9 de marzo de 1978 desapareció, iniciando el largo peregrinar de su madre, quien nunca se cansó de buscarlo y siempre mantuvo la esperanza de volver a verlo con vida.
Durante su larga lucha como buscadora, doña Martha Murillo se entrevistó con decenas de gobernantes a los que siempre exigió que se aclarara la desaparición de su hijo, se unió a otras buscadoras como Rosario Ibarra de Piedra e inspiró a muchas madres que buscaban, como ella, a sus hijos desaparecidos.
El domingo, el ejemplo de doña Martha se convirtió en leyenda, cuando ella dejó este mundo para seguir buscando a su hijo en donde quiera que esté.
Desde aquí, rendimos un humilde tributo a una madre ejemplar que jamás se rindió y cuya lucha inspiró a cientos de personas.