Autoridades buscan a otro acusado por incendio en INM; está prófugo
Blanca Carmona y Verónica Martínez
A ocho días del incendio registrado en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) que mató a 40 personas migrantes y dejó con lesiones a otras 27, uno de los presuntos responsables se encuentra prófugo.
Hasta este lunes se encontraban detenidos y sujetos a proceso penal los agentes federales migratorios Rodolfo C. de la T.; Daniel G.Y., y Gloria Liliana R. G.; también el guardia de seguridad privada, Alan Omar P.V; y el migrante de Venezuela, Jeison Daniel C.R.
Todos están acusados de los delitos de homicidio y lesiones en perjuicio de 67 personas migrantes, de acuerdo a la causa penal 216/2023 iniciada por la Unidad de Investigación de Delitos para Personas Migrantes de la Fiscalía Especializada en Materia de Derechos Humanos adscrita a la Fiscalía General de la República (FGR).
Hace unos días en conferencia de prensa en la Ciudad de México, la FGR informó que se emitieron seis órdenes de aprehensión por el incendio en la estación migratoria del INM en esta ciudad.
Personal de esta dependencia confirmó este lunes que la Policía Federal Ministerial aún busca, sin éxito, a una sexta persona identificada como presunta responsable, sin revelar detalles por la investigación en proceso.
¿QUÉ DESATÓ LA TRAGEDIA? HABLAN PERSONAS DETENIDAS
La agente federal migratoria, Gloria Liliana, señaló ante el Ministerio Público de la Federación que el día del incendio, el pasado 27 de marzo, ella se encontraba en la estación migratoria del INM a cargo de unas 15 mujeres migrantes y aproximadamente a las 9 de la noche los hombres migrantes se “empiezan a poner inquietos”, gritando que querían salir y tomar agua, de acuerdo con fuentes de información y documentos consultados por La Verdad.
La agente migratoria también señaló que ella avisó de esa situación al representante local del INM, Daniel G.Y., quien ahora es uno de los detenidos. Ese funcionario dio la orden que llevaran unas jarras con agua a los extranjeros.
En esos momentos, Gloria Liliana se dio cuenta que empezaba a salir humo del área varonil y fue a ver qué estaba sucediendo, percatándose que era fuego.
Por lo que, aseguró, se comunicó al 911, después buscó a un compañero y este tomó un extintor y trató de apagar el fuego y ella empezó a sacar a las mujeres migrantes.
La ahora detenida también declaró que pidió ayuda a elementos de la Guardia Nacional y de Aduanas.
A su vez, el representante local noroeste del INM, Daniel G.Y., narró ante la autoridad federal que a las 9:30 de la noche del lunes 27 de marzo recibió una llamada telefónica de Gloria Liliana R.G., avisándole que en la estancia migratoria –en el área de hombres– varios migrantes estaban golpeando la puerta, la reja y habían colocado colchonetas para impedir la vista hacía el interior de esa área de detención.
El funcionario federal, Daniel, recibió una segunda llamada de parte de la agente migratoria indicándole que había un incendio en proceso. Él dio la orden, que entre los agentes migratorios federales y elementos de seguridad privada de la empresa Tank sofocaran el fuego.
Posteriormente Daniel G.Y. se comunicó con el contralmirante y titular de la Delegación en Ciudad Juárez del INM, Salvador González Guerrero, para informarle de la tragedia; también habló con un agente federal de Migración ahora detenido, Rodolfo C. de la T.; y con otra funcionaria federal, no identificada.
En su declaración inicial el detenido también señaló que las personas migrantes son encerradas bajo llave en calidad de presentados de manera temporal, es decir, en lo que se resuelve un procedimiento administrativo; y afirmó que a los migrantes no se les permite quedarse con ningún objeto flamable y que la revisión de los migrantes está a cargo del personal de seguridad privada.
Rodolfo C., de la T., manifestó ante la autoridad que, el lunes 27 de marzo, él recibió la guardia de la estación migratoria del INM a las 8 de la noche, permaneció en el sitio unos 40 minutos y posteriormente fue a llevar a dos adolescentes oriundos de El Salvador al albergue Nohemí.
También le dio a conocer a la autoridad investigadora que él regresó a las instalaciones federales como a las 9:20 de la noche cuando estaba saliendo humo del área varonil de detención y se dirigió a la entrada del inmueble, trató de entrar por la puerta trasera a buscar las llaves, pero el humo lo hizo retroceder pues no podía ver a más de un metro de distancia. Por lo que regresó a unas escalinatas, donde ya estaban sentadas varias mujeres migrantes quienes minutos antes habían sido sacadas.
Este funcionario federal afirmó que al ser ingresados al área de detención los migrantes se les hace una revisión corporal y de objetos y no se les permite quedarse con nada, todo les es retirado.
El acusado también reconoció que él era el responsable del área varonil, pero al salir se quedaba a cargo el supervisor de la empresa de seguridad privada; agregó que Gloria Liliana era la responsable del femenil.
El guardia de seguridad privada, Alan Omar P.V., indicó en una entrevista ministerial que la noche y día en que sucedió el incendio, él estaba a cargo de vigilar a las personas migrantes y cerca de las 9:50 de la noche los extranjeros empezaron a tapar la reja del área de detención.
También aseguró que les pidió a los migrantes que se calmaran, pero fue inútil pues tenían más de 10 horas sin agua, así como varias horas esperando comida y sin papel higiénico
Alan Omar afirmó ante la autoridad que él no contaba con llaves del área de detención; que sus funciones eran dar vigilancia perimetral y atender cualquier conflicto entre personas migrantes; precisó que a los guardias no les está permitido revisar a las personas migrantes pues eso le corresponde a Migración y agregó que al momento del siniestro buscó a funcionario federal que estaba de guardia, pero no lo encontró en su lugar.
Otro guardia de seguridad que también estuvo la noche del siniestro, señaló a las autoridades que ellos no tienen llaves del área de detención, no están capacitados para tratar con personas migrantes.
Sobre el migrante detenido no se conocieron datos de sus declaraciones ante la autoridad.
MANTIENEN VIGILIA EN ESTACIÓN DE LA TRAGEDIA
Mientras los detenidos enfrentan el proceso ante un tribunal, migrantes extranjeros de distintas nacionalidades se mantienen apostados en vigilia frente a la estación migratoria donde ocurrió el incendio que ha cobrado las vidas de 40 personas.
Baja una carpa, tres hombres permanecen junto a un memorial que las personas en movilidad han improvisado con veladoras, una cruz, rosarios e imágenes de los hombres fallecidos, así como banderas de las cuatro nacionalidades a las que pertenecieron las víctimas mortales de la tragedia.
“Seguimos aquí para pedir justicia por nuestros hermanos migrantes”, dijo un joven de Venezuela que pidió permanecer en anonimato. “Así como les sucedió a ellos. No queremos que nos suceda a nosotros”.
El edificio que se encuentra el puerto de entrada internacional Lerdo aún tiene presencia de la Guardia Nacional Mexicana, pero desde este lunes ha sido cerrado permanentemente por considerarse inoperable, anunció el Instituto Nacional de Migración.
Cruzando la calle General Rivas Guillén se encuentra el estacionamiento de la presidencia municipal. Establecidos junto a los muros de la estructura, los migrantes han generado un campamento con carpas y lonas que usan para protegerse de los fuertes vientos de temporada y clima caluroso.
Son alrededor de treinta personas las que llegan a pernoctar en el área durante la noche pues no cuentan con dinero para pagar por una habitación de hotel y los albergues de la ciudad continúan rebasados en su capacidad.
El objetivo de permanecer entre la presidencia municipal y las instalaciones del Instituto Nacional de Migración es permanecer visibles, dijo Wilber G, migrante de Venezuela que ha estado en esta ubicación desde el martes pasado.
“Aquí estamos en el ojo del huracán y aquí estamos bajo los ojos de todos”, afirmó.
El hombre de 29 años que ha llegado a esta frontera con su pareja menciona que esta ubicación también permanece relativamente segura pues agentes de seguridad pública no los agobian ni buscan detenerlos cómo en otras áreas de la zona centro de la ciudad.
Moisés C., otro migrante de Nicaragua, narra que el primer día que llegaron a ocupar el lugar, dos agentes municipales empezaron a ordenarles que desocuparan el área. La presencia de medios de comunicación y activistas en el área frenó esta acción. Moisés cuestiona hasta cuando durará el interés en los migrantes por la tragedia, porque temen luego ser retenidos por autoridades.
“Los primeros días eran más intensos, pero cada vez quedan menos y menos personas. Entonces veremos qué haremos”, mencionó.
Muchos de los migrantes permanecen en grupo, comparten alimentos, charlan sentados en la acera y cargan sus celulares con baterías portátiles. Wilbert comenta que ha sido una mujer juarense la que les ha prestado la batería y cada noche la recolecta para cargar en su hogar y vuelve a llevárselas por la mañana.
“Nosotros seguiremos aquí hasta que podamos o consigamos ya una cita para cruzar al otro lado”, comentó Moisés.