Ven cada vez más escasas las temporadas de camarón en Mazatlán
Para Lupita, en sus 12 años en el sector pesquero en el muelle del Parque Bonfil, hasta apenas hace cuatro años comenzó a ver cómo las temporadas de la zafra del camarón han sido pésimas en cuestión de números.
“Ahorita es un piojo (temporada baja de la pesca) muy pesado, ahorita es un piojo muy fuerte, que son cuatro a cinco meses así, yo tengo las rentas de mi casa y mi pensión, que es con lo que yo me nivelo con el puesto de aquí”, dijo la comerciante.
A semanas de iniciar la temporada de captura de camarón en Mazatlán las bajas en el precio del camarón, el aumento en el precio del diesel, las adicciones, el ‘boom’ inmobiliario y el retiro de pescadores están causando un déficit de tripulantes en la flota camaronera.
La comerciante contó que desde hace décadas que en este sector productivo las adicciones han permeado a quienes se dedican a las actividades de pesca, pero recientemente este problema se ha ido incrementando y es el consumo de cristal lo que se ha popularizado.
“Hay mucho aquí en el sector pesquero (consumo) de la droga, todo el tiempo lo ha habido, pero antes era la mariguana, hablando de hace 40 años atrás la mariguana y el chemo, ya después fue la coca y ahorita ya no es la coca es el foco y la mayoría de aquí sinceramente son puros adictos que salen a trabajar”, declaró.
La drogadicción y el retiro de los pescadores de antaño han marcado un déficit en la fuerza trabajadora del sector pesquero, aunado a esto, el hecho de que es más rentable trabajar en tierra, percibiendo un sueldo seguro y no salir a arriesgar su vida al mar cuando la producción y el precio no son buenas.
“Como estamos viendo esa temporada si van a batallar mucho en el sector pesquero, porque si una persona está ganando de seguridad 2 mil 500, 3 mil 500, 3 mil 800 o 4 mil, para venir aquí a trabajar de oquis no le sale, porque la familia que va a comer, muchos ya no van a querer porque aquí el armador ya no les apoya para los camiones; al contrario, les presta y eso es prestado”, explicó.
Lupita declaró que la temporada pasada los patrones de barco batallaron mucho para conseguir los seis que completaran su tripulación, en algunos casos si alguien más llegaba y les ofrecía un préstamo los convencía de cambiar de barco.
En el negocio que la señora maneja es muy común que los tripulantes de la flota camaronera y trabajadores del muelle pidan alimentos o bebidas a crédito y eso provoca pérdidas en su negocio, ya que muchos de ellos cuándo empiezan a percibir ingresos no regresan a saldar las cuentas.
“En el sector pesquero, las temporadas están muy malas, hay camarón a veces, pero el precio está muy bajo, el diésel está muy caro también y sinceramente no se arriesgan porque no traen los gastos, aquí a veces ya vienen hablando de puros gastos y a veces no los traen”, dijo.
La temporada de camarón se abriría a mediados de septiembre, mientras que la flota camaronera comenzará sus trabajos de avituallamiento de manera general tres o cuatro semanas antes de abrirse la veda.
“Todo el mes de agosto es para que vengan a arreglar chinchorros y tablas, nada más está viniendo el patrón y el motorista, hasta que el armador les diga cuando traen a la tripulación completa, vienen”, señaló Lupita.