Denuncia directora de jardín de niños en El Zapote que autoridades no han resuelto problema de abejas
Bajo un peligro constante debido a un panal de abejas que se ubica dentro de una techumbre en el patio de juegos han tenido que asistir a clases los alumnos del Jardín de Niños Ana María Fernández Pardo en la comunidad de El Zapote, ya que las autoridades municipales han hecho caso omiso a las peticiones de su directora por solucionar el problema lo antes posible.
La maestra Cipatli Nava, directora del kínder que se encuentra a un costado del Cereso, platicó con Noroeste sobre la situación que están pasando desde hace ya casi una semana. Explicó que justo antes de entrar a clases los padres de familia fueron a limpiar la institución, dándose cuenta del panal de abejas cuando uno de estos insectos picó a un papá, por lo que se comunicaron de inmediato al 911 y les mandaron a un apicultor que les comentó que el problema ya no competía a Ayuntamiento ni Ecología y tenían que pagar externamente.
“Nuestra situación es que el fin de semana pasado se reportó al 911 acerca de unas abejas que estaban sobre la techumbre del kínder, porque los padres de familia habían venido a limpiar, y como que una iguana asustó el panal y picaron a un padre, entonces se hizo el reporte y 911 nos dirigió con un apicultor, al que se le llamó y vino el martes pasado a evaluar la situación.
“Él nos dijo que esta situación ya no le competía al Ayuntamiento ni a Ecología porque según el panal se encontraban adentro de la estructura de la techumbre, además de que mide alrededor de 2 o 3 metros, por lo que teníamos que contratar un apicultor industrial, el cual nos iba a cobrar como 15 mil pesos, pero el mismo apicultor nos dijo que él podía hacer el trabajo por fuera y nos cobraría 4 mil 500 pesos, pero yo le comenté que no contábamos con los recursos necesarios”, declaró Cipatli Nava.
Ante la necesidad de resolver el problema para no exponer a los niños a ser picados por las abejas, la directora del jardín de niños mencionó que tuvo que ir a tocar muchas puertas para ver quién podría ayudarles con la situación; sin embargo, en todos los organismos le manifestaron que no podrían ayudarla directamente, ya que tendría que pagar por fuera, lo que provocó que los padres de familia hicieran algunas publicaciones en redes sociales.
“El día miércoles yo fui a tocar puertas a Ecología donde me atendió una persona, quien me confirmó que lo que dijo el apicultor era verdad, que eso ya no le competía a ellos, que nosotros teníamos que proporcionar dinero, que fuera a tocar puertas en el municipio, entonces yo fui al municipio, pero no había nadie que me atendiera tampoco.
“Llamé también a los bomberos y ellos me dijeron que no podían hacer nada porque las abejas están protegidas y pues la verdad ya no sabemos a quién acudir. Toda esta información se la di a los padres de familia y ellos optaron por subir una publicación a redes sociales, ya que no sabemos quién nos podría ayudar y el jardín no tiene dinero para solventar los 4 mil 500 pesos que nos cobraba el apicultor”.
Actualmente el kínder Ana María Fernández Pardo atiende a un grupo de 36 pequeños de preescolar de lunes a viernes, no obstante, para no exponerse al riesgo de las abejas, decidieron eliminar el recreo y terminar las clases a las 11:00 horas por recomendación del apicultor. Además, colocaron cintas donde está el panal para que los niños no se acerquen mucho, lo que ha ayudado a que ningún niño haya sido picado hasta ahora.
“Las clases continúan todavía; el apicultor nos comentó que los únicos que las podían suspender era Protección Civil y pues Protección Civil no ha venido, además nos dijo que podíamos trabajar de corrido hasta las 11:00, pero que los niños no salieran del salón, lo que es inevitable porque es difícil que los niños no salgan al baño. Hemos estado trabajando hasta las 11:00 como nos dijeron, aún sabiendo el peligro que hay por las abejas.
“Nosotros también optamos por colocar estas cintas de precaución para que los niños les sacaran la vuelta y no pasaran por donde está ubicado el panal de abejas debajo de la techumbre. Afortunadamente ningún niño ha sufrido picaduras, pero no se trata de esperar a que sufran picaduras sino que buscamos que alguien nos ayude”.
Por último, Cipatli Nava comentó que los padres de familia sí están dispuestos a cooperar para solucionar el problema, pero al ser una comunidad de bajos recursos, no todos tienen la solvencia económica, así que piden a las autoridades que muevan esfuerzos para traerles tranquilidad y que los niños puedan venir a clases sin riesgos.
“La verdad es que yo he tocado muchas puertas, he llamado a muchos números de teléfono y nadie me resuelve nada; además, así como yo han ido madres de familia y tampoco les resuelven a ellos. No sé qué están esperando las autoridades que pase, que haya algún incidente con un niño o algo para venir y resolver la situación”.