Señala Sasha Sokol que Luis de Llano manipuló y disfrazó de afecto su abuso
La cantante mexicana, miembro del icónico grupo infantil, Timbiriche, habla por primera vez de la relación de abuso que sufrió por parte de su representante y productor, Luis de Llano, cuando ella tenía 14 años y él 39
16/05/2023
La cantante, compositora y actriz mexicana Sasha Sokol, ex integrante del icónico grupo infantil Timbiriche, brindó una entrevista al diario español El País, donde confesó cómo fue la relación de abuso que vivió con el productor de televisión Luis de Llano cuando ella era una niña de 14 años y él tenía entonces 39.
Esta entrevista con el diario, fue motivada desde aquel 8 de marzo del año pasado, cuando la cantante publicó unos tuits donde denunciaba públicamente haber sido abusada cuando era una niña por Luis de Llano, después de años de escuchar cómo él mentía en entrevistas sobre la relación que tuvieron entre 1984 y 1988.
La denuncia en Twitter de Sasha supuso un bombazo para el sistema. Era la primera vez en México que una artista de su talla alzaba la voz y señalaba con nombre y apellido a su agresor.
Después, interpuso una demanda que acaba de ganar por daño moral. Una sentencia que confirma que hubo una relación asimétrica e ilícita —aunque el delito ya prescribió— y que condena al productor por haber dañado su dignidad, su libre desarrollo a la personalidad, su honor y su integridad física, psicológica y moral, además de obligarlo a disculparse públicamente y a abstenerse de hablar sobre los hechos.
En entrevista, al ser cuestionada sobre cómo se encontraba la cantante respondió que nerviosa... pero con la convicción de que “es mejor hablar a quedarse callada y hacer como que esto no pasa, porque sí pasa”, dijo.
Lleva 40 años haciendo entrevistas, señaló, pero este caso lo calificó de “íntimo y doloroso”, que le resulta particularmente incómodo.
“Ojalá esto sirva para visibilizar este problema y prevenir el abuso de otros menores”.
Respecto a qué fue lo que la motivó a hablar después de 38 años de haber guardado silencio, la intérprete de Serás el aire compartió que claramente, ella tenía normalizada esta relación por el nivel de manipulación y grooming que vivió.
“Estar con él me hacía sentir una niña especial, vista; porque el personaje al que todos a mi alrededor admiraban, aplaudían y respetaban, en lugar de irse con una mujer despampanante, me había mirado a mí. No solo no rechacé sus avances, aún con miedo y nervios, sin entender bien qué significaban, los acepté porque me hicieron sentir bien. Como otras víctimas de un abuso sistemático, tardé mucho tiempo en tomar conciencia sobre lo que viví”.
Dijo llevar décadas en terapia. “Mis terapeutas en diferentes etapas me decían: Pero, Sasha, ¿no puedes ver que eso que sucedió era asimétrico?”
Mis parejas posteriores me lo decían, amigos cercanos me planteaban esa misma pregunta, pero yo en todas las situaciones defendía a Luis, ya que él me había dicho frases como ‘yo no tuve la culpa, no pude meter las manos, tú eres una niña tan seductora que yo no pude hacer nada’. Y a mis 14 años yo le creí”, subrayó.
Sobre si el productor le hizo sentir que todo era su culpa, Sasha compartió que fue así, creía que había sido ella quien había dado la pauta para que esto sucediera porque siempre fue estigmatizada por vivir esa relación.
“Yo oía a la gente cuchicheando sobre mí, en cambio, nunca oí a nadie que lo cuestionara a él. Esto reforzaba la idea de que yo era la culpable. Resulta cruel que los cuestionamientos siempre se dirigen a la víctima, el típico: “Tú traías falda corta”, “¿dónde andabas”, “seguro tú lo provocaste”, detalló.
Durante años, dijo, escuchó entrevistas que Luis daba para promocionar sus libros.
“Mencionaba la relación, mintiendo sobre su alcance y consecuencias. Decía que había durado dos semanas, que yo tenía 17 años, que mi familia estaba al tanto. Puras mentiras”.
Recordó que fue el 6 de marzo del 2022 (en una entrevista con el presentador Yordi Rosado) donde Luis de Llano dijo lo siguiente: “Ahora resulta que nos tenemos que preocupar por la niña chiquita, ¡¡por favor!!”. Al escuchar esas palabras, todo ese caparazón de mentiras y manipulación donde había vivido 38 años se vino abajo.
Dijo, que después de haber escuchado esto, inmediatamente se puso a escribir en su teléfono y a llorar y llorar, y a escribir y escribir con una sensación de lucidez como sólo la dan los momentos poderosos de su vida, consciente de la magnitud de lo que podría suceder al hacerlo público.
¿Cómo protegerte y poner un límite si esta persona va a seguir hablando?, ¿qué ejemplo soy para mis sobrinos? Se me venía a la mente mi mamá, que falleció hace 25 años, sonriendo al verme aceptar, finalmente, lo que ella me había dicho y yo negaba a toda costa.
“Durante nueve horas analicé todas las posibilidades hasta que dije: “Cuando tenía 14, 15 o 16 años no tenía las herramientas para defenderme. Pero ahora que me doy cuenta de lo que pasó, no podría verme a mí misma en el espejo si no lo nombro”.
Resaltó que al poner un límite, no se lo puso a Luis, se lo puso a sí misma, porque cada vez que él hablaba de ella la revictimizaba. Y usó su apellido para decirlo. “Luis de Ya No. Basta”.
“Luego, dijo Sasha, que él subió un comunicado donde miente absolutamente diciendo que los papás de ella siempre consintieron y que la relación había sido transparente. Esa fue la palabra que usó para definir la relación. Y entonces, decidí demandar. Vamos a ver qué dice la ley, siendo demandado por daño moral”.
En la entrevista, Sasha dejó claro también que su causa penal prescribió hace muchos años, que tenía que haberse dado cuenta dos años después de que la relación terminó y haberlo denunciado, o sea, antes de cumplir 19.
“Yo me pregunto, si el dolor no prescribe, ¿por qué prescribe la ley? Por lo menos ahora las leyes reconocen que las víctimas podemos tardar décadas en entender lo que nos pasó y por eso a partir del 2021, casos como el mío ya no prescriben y se penan hasta con 24 años de cárcel, que se pueden incrementar cuando hay una relación profesional o de confianza”.
En torno a en qué consistió ese caparazón que construyó para protegerse a sí misma para no hacerse daño, la cantante enfatizó que por un lado, en las cosas que él dijo durante años, a quien recuerda diciéndole a otros adultos que trabajaban en el grupo había sido ella quien lo había seducido, yo no pude hacer nada”.
Agregó que el 9 o 10 de marzo del año pasado, después del comunicado, una amiga le mandó El Consentimiento (de Vanessa Springora, Lumen, 2020). Algo que para Sasha fue revelador porque permitió cronológicamente revisitar su propia historia.
Detalló que iba apuntando al lado del libro lo que a ella misma le había sucedido. Recordó cuando por primera vez tuvo una actitud diferente con ella (Sasha) en comparación con sus compañeros. Y que por primera vez, se dio cuenta de lo que había sucedido.
“Me tomó meses leerlo, porque era tan devastador leerme en su historia. Y fui, como pude, desenhebrando... Aprendiendo a recordar y a nombrar. Poniéndole lugar y nombre a la experiencia”.
Sobre si ella recuerda cómo empezó todo, el momento cuando sintió que él comenzó a acercarse, Sasha omitió dar detalles, pero contó que ningún niño termina en la cama de un adulto si no hay un proceso previo. Y ese proceso duró algunos meses, cinco o seis previos a que se llevara a cabo la primera relación sexual.
“Todo empezó tal cual, separándome de los demás, haciéndome sentir especial con actos muy concretos. Uno de mis compañeros recuerda esos actos, porque le llamaron la atención y él decía: “Ojalá me trate así a mí”. Si esa atención que depositó en mí la hubiera depositado en cualquier otro, muy probablemente hubieran acabado en la misma historia que yo”.
Agregó que hoy sabe que a lo que hizo durante esos meses previos al inicio de su relación se le llama grooming. Luis pudo llegar hasta donde llegó porque tenía su confianza y la del núcleo cercano, incluida la familia. Él manipuló y disfrazó de afecto su abuso.
Respecto a cómo vivió todo esto la familia, Sasha dijo que hubo muchas mentiras los dos primeros años para que en su casa no se dieran cuenta. La mentira, dijo, aísla de una forma tenaz. También empezó a mentirles a sus amigas del grupo. De la noche a la mañana pasó de ser una niña normal, que jugaba, a ser una femme fatal que ocultaba cosas a todo el mundo.
“Dos años después de que la relación comenzara, senté a mi familia en la sala de la casa para decirles lo que estaba sucediendo porque no podía cargar más con esto. Y ahí es cuando mi mamá y mi papá se enteran, cuando mis hermanos se enteran, e inmediatamente me sacan de Timbiriche y me mandan al extranjero. Pero todo el año que estuve fuera, la relación siguió a escondidas de mis papás. Luis fue muchas veces a Estados Unidos a verme y a diario hablábamos por teléfono. Por eso me duele tanto que, en sus entrevistas y comunicado, Luis haya hecho creer que la relación fue transparente. Y la gente opina y pregunta: “¿Dónde estaban los papás?”, pues estaban engañados y confiando en un señor que era nuestro productor y que supuestamente nos cuidaba y protegía”.
En torno a cómo terminó la relación, la cantante dijo a el diario El País, que le costó mucho trabajo terminarla, precisamente por el poder que él tenía, no nada más en la industria, sino porque era su representante y productor.
Recordó que no sabía qué iba a pasar, si iba a seguir teniendo carrera, si podría seguir cantando. Luis, hasta mediados de los 90 y 2000 era el productor estrella de la música en este país.
“A la distancia reconozco que tuve mucho valor para terminar esa relación con 17 años. Creo que no dimensioné lo que estaba haciendo, si lo hubiera dimensionado quizá no me hubiera atrevido a romper. Lo que es cierto es que mi segundo disco no tuvo ni de cerca el mismo éxito que el primero, que contó con su apoyo”.
Finalmente, la cantante fue cuestionada sobre quú sentía después de haberlo denunciado, contestando que cuando alguien denuncia, se siente atada irremediablemente a su agresor. Pero no podía no hacerlo.
“Me tardé 38 años en atreverme a ver lo que me pasó. Ojalá el abuso hubiera terminado en el 88, pero es que sigue sucediendo hoy. Cada vez que habla de mí, es una forma de abuso. Si esto se limitara a lo que sucedió hace tres décadas, ¿crees que hablaría con el dolor con el que hablo hoy? La relación de abuso no termina cuando deja de haber contacto sexual”, resaltó la cantante.
Hoy tras la sentencia, señaló por primera vez se estabiliza la verdad, que por primera vez el juicio público cae en él. Pero el proceso legal es sólo una parte, y que su trabajo personal continúa.
“Lo que más satisfacción me da, es darme cuenta de que lo mediático de mi caso pueda traer a un tema tan oscuro un poco de luz”.