Banda Parazit, los virtuosos del metal estarán en Sinaloa
Por Itzel Martínez Thomas
Parazit es un trío instrumental de metal progresivo que nació en Guadalajara como el escaparate de todo lo que no logra encajar en otros sitios y aquí hay lugar para ello. Para esta banda el instrumento toma el papel protagónico sin la presión de nada y en total libertad de crear según la intensidad de sus emociones.
Kello, Christian y José han canalizado sus sentimientos a través de la música y para ellos, Parazit es su grupo ideal. Esta agrupación que surgió en 2010 estará visitando Mazatlán el próximo 04 de noviembre como una de las bandas principales del Alternativo Rock Fest, en su quinta edición.
Parazit ha estado a nivel mundial abriendo giras de conciertos por Europa donde tuvieron que cubrir 24 fechas consecutivas en tres meses. También se han presentado en Canadá, Colombia, México y España.
La música en México y más después de la pandemia ha tenido que reinventarse. A Parazit los obligó a identificar cuál es el nuevo paradigma y desenvolverse en el mundo digital.
“No hay un frente unido en la escena mexicana del rock. Estamos muy fragmentados y lamentablemente todo sigue centralizado en la Ciudad de México”, comenta Kello.
Afirman que la música original no está en su mejor momento y que es necesario crear espacios para este género en particular.
Parazit es diferente, para el oído común es difícil de escuchar, sin embargo, llama la atención por el estilo que tienen.
“No vamos con las modas y somos muy honestos con lo que hacemos”, cuenta Christian.
El profesionalismo que caracteriza a estos tres músicos los ha ayudado a sobresalir y darle esa continuidad a su proyecto. Han buscado hacer mas digerible el metal para todo el público y sobretodo divertirse siempre que tienen un show.
Esta banda busca inyectar su valor personal a la música e influenciar a otros. No tienen reglas ni límites y funciona como un escape a todo.
‘Kello’ González Coppel, el mazatleco
Rogelio González Coppel, el Kello es bajista desde hace 30 años. Un virtuoso de la música que se rige bajo el término del Serendipity. Es originario de Mazatlán y a sus 20 años se fue a terminar la carrera a Guadalajara. Ahora, ha vivido más años en Jalisco que en su natal puerto sinaloense.
Kello viene de una familia alegre, a su papá le encantaba cantar y siempre encontró en la música una motivación. Es autodidacta. Sus inicios en el bajo fueron con el disco de And Justice for All de Metallica.
“Es el disco que menos tiene bajo de Metallica, pero en aquella época yo escuchaba la guitarra rítmica y me decía: Eso quiero ser cuando sea grande”, señala.
Su pasión por la música lo ha llevado a aprender mediante el oído, escucha los golpes y es capaz de recrearlos sin necesidad de las notas. Poco a poco Kello se ha ido creando un estilo particular de tocar. “El bajo puede ser tanto como yo sea”, menciona.
Entre los bajistas que más admira está Cliff Burton a quien considera les puso la vara muy alta. Además de que le gusta que la escuela de éste es poco convencional. En su juventud siempre quiso ser como él, y en mayo de este año tuvo una experiencia que califica como “mágica y difícil de describir con palabras”. Kello fue invitado a inaugurar el museo de Cliff Burton en Suecia.
“La sensación de que un mazatleco representara a México y pusiera el nombre en alto fue algo muy emotivo”, recuerda.
Su primera banda, BajoTres, nació en Mazatlán y juntos se fueron a recorrer la escena musical tapatía. “Quedarme en Mazatlán era terminar tocando covers”, dice.
Kello vive con la filosofía de que las cosas siempre suceden como deben ser. Su época con BajoTres le dio la oportunidad de ir creando lazos entre diversos artistas del medio ya que en algún momento tuvo la oportunidad de abrirle a Nata.
Su inspiración viene de bajistas como Geedy Lee de la banda canadiense Rush, Sabo Romo en el primer disco de Caifanes y Les Claypool por su ecléctica forma de tocar. Es de este último que le gusta mucho la forma en que ha ido evolucionando y es algo que a Kello le gustaría lograr en algún momento.
“No quiero quedarme en el mismo lugar. Quisiera que escuchen el bajo y digan, ese es Kello”, puntualiza.
Como sinaloense y músico de rock, Kello no escucha banda. “La tolero y convivo con ella, más la tambora que la banda. Pero en mi playlist no tengo”, ríe.
Kello es introvertido por naturaleza y genera un alter ego en el escenario que al bajar de este se apaga. Un aventurero de la vida y dedicado a que las cosas sucedan siempre que lo desea.
Para este bajista regresar a su tierra natal es devolver un poco de lo que ha recibo. “Si lo veo en retrospectiva, es como cerrar un ciclo cada vez que vuelvo”, dice.
Christian Gómez Rodríguez
Christian Gómez Rodríguez inició en la música tocando la guitarra clásica y en 1998 dio su salto a la batería. Viene de una familia de músicos donde su hermano y su papá también se dedican a la música profesionalmente. Creció escuchando clásicos del rock and roll de los sesentas como Popotitos y Rock de la cárcel.
De pequeño tuvo un grupo con su hermano y algunos amigos de su colonia.
“En aquella época formamos una banda que se llamó Sexto Sentido y participamos en un concurso llamado Expo Rock. No ganamos pero nos salió propuesta con Emi Capitol y nos congelaron”, recuerda.
Christian tiene más de 30 años en la música y su inspiración viene de su papá. Nació en Canadá ya que en la época su papá anduvo de gira por Estados Unidos y a él le toco vivir todo eso. La música ha estado presente en él desde siempre.
Su influencia musical proviene de agrupaciones como Planet Hex, Meshuggah, Animals as Leaders y Haken, es decir, le gusta todo lo que es progresivo. Sin embargo, se considera una persona versátil.
A Christian no le interesa la fama y fortuna ya que hace la música porque le apasiona. Su sueño es inspirar a otros como lo han hecho con él y llegar con la música lo más lejos que se pueda.
Ha compartido escenario con artistas de tallas internacionales como Ha-Ash, Lupita D’Alessio, Ricardo Montaner, Yuri y Alejandra Guzmán.
Christian conoció a Kello durante la época de BajoTres e inmediatamente hicieron clic.
“Kello me platicó del proyecto, tenía toda la música hecha con la compu, maquetas, cuando la vi se me hizo muy complicada de lograr pero lo intenté. Me gustó tanto que ya llevamos 4 discos”, recuerda.
José Ramón ‘Macario’ Tovar
Estudió comunicación, pero ha destacado como músico y productor. En Parazit toca la guitarra. Su inicio en la música fue a los 6 años cuando sus papás le compraron una guitarra acústica. A los 10 años entró al conservatorio de Guadalajara. Su gusto por este instrumento fue gracias a su tío Hugo y es fan de la guitarra flamenca.
La inspiración de Macario, como le gusta que lo llamen, viene de Paco de Lucía ya que considera que logró hacer de la música flamenca algo universal.
“Fue quién la sacó de España y dio a conocer en todos lados”, comenta. También se inspira en Korn porque lo que hacían en la música metalera de la época era muy diferente.
Admira a John Mayer ya que le parece un fenómeno muy interesante digno de ser admirado al igual que a Tigran Hamasyan. En cuestión de gustos musicales Macario es diverso. Le gusta escuchar desde la música regional hasta el rap.
“Como trabajo en producción siempre me gusta estudiar y entrar en el mood. En ocasiones puedo estar escuchando a Rosalía, Lamarque y hasta el último disco de Beyoncé”, dice.
El sueño de este guitarrista es tocar, siempre tocar lo que le gusta para ser recordado por lo que hizo. Para Macario, la industria musical ha cambiado.
“No soy fatalista, pero ahorita está el mismo género en todos lados, se necesita mayor apertura”, reflexiona.
Para José lo más importante de hacer música es transmitir su propio arte, su propio estilo e inspirar a los demás a dedicarse a la música. Siempre busca desarrollar proyectos originales y no ser músico de sesión de artistas.
José ha colaborado en la producción con artistas como Leonel García, Paty Cantú, Santa Fe Klan, Trivium, con su disco que lanzó a inicios del 2022, también tiene sus producciones personales en Spotify las cuales se pueden encontrar como Instinto.
Años atrás José trabajaba en una tienda de instrumentos y fue ahí donde conoció a Kello.
“Siempre iba a comprar instrumentos, un día me invitó a tocar para cubrir a otro guitarrista. No tenia ni idea de lo que estaba haciendo”, recuerda.
Le tomó casi un año empezar a aportar sus ideas en Parazit y darle un poco del estilo y personalidad que lo caracterizan y reiteró que para ellos no existen las reglas. “Si hay un plan y a la vez no”, dice.
Macario como es conocido también en la escena musical es un apasionado, obsesivo, paciente y despistado. Va de extremo a extremo haciendo la música por satisfacción personal.
“La idea es divertirse y hacer música, no hacerlo por dinero porque pierde la esencia”, reitera.
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