‘Somos un presente que no termina de pasar’, dice Rosy Paláu
Escribir “Recuerdos que ya no existen”, la autora sinaloense Rosy Paláu se quedó con una reflexión: “somos un presente que no termina de pasar; nuestra propia memoria, la que a veces ya borrosa nos engaña o la que podemos regresar a través de unos pasos o un olor”.
En el patio del Centro Sinaloa de las Artes “Centenario”, la autora estuvo acompañada en los comentarios por Marysol Ojeda y Georgina González Mendívil, así como de Ernestina Yépiz, directora de Literatura del Instituto Sinaloense de Cultura, que editó el volumen en 2019, y que por la pandemia no se había presentado en forma.
“Al momento de escribir, uno no percibe hasta dónde hay partículas de una vida propia o una necesidad de recrear algo que alguna vez pasó, un momento inadvertido que el recuerdo ha guardado quién sabe por qué razón, como cuando se toma la fotografía apuntando a un objeto definido y luego, al revelarla, nos encontramos con algo que no vimos y que termina cobrando más importancia que lo que quisimos retratar”.
Marysol Ojeda, quien es hija de la autora, comentó que, en “Recuerdos que ya no existen”, los lectores se adentran en un universo en que la realidad se transforma para dar paso a lo maravilloso.
“Y desde las primeras páginas nos obsesionamos y nos preguntamos si es la memoria de alguien más o si nos asomamos en un pozo que nos devuelve la mirada”, dijo.
“Rosy Paláu navega sobre esta línea y nos entrega una serie de relatos en los que los personajes buscan dentro de sí mismos una respuesta a su añoranza; las almas son una constante en recuerdos que ya no existen y, por tanto, el lenguaje poético que las acompaña; al libro lo componen imágenes, árboles de luz, telas que adornan el silencio y un rato de claridad, y si lo pensamos bien, es natural que sea la poesía la que le dé ese brillo a la narrativa”.
González Mendívil expresó que abrir este libro fue como sumergirse en un universo donde lo no dicho tiene tanta importancia como lo que sí.
“Y una de mis frases favoritas está justo en la primera página del primer cuento, donde uno de los personajes nos dice que ‘Dios habita en el silencio’”, apuntó.
“La narrativa de Rosy goza de los beneficios del precioso manejo del lenguaje que ha desarrollado y que tanto se disfruta en su poesía; escribe sin afectaciones, encontrando los términos precisos para transportarnos”, añadió.
Ernestina Yépiz comentó que este libro está conformado por once relatos cuyos personajes transitan en una línea que va entre los sueños y la realidad.
“Entre las sombras y la luz, entre este mundo y el otro; y hay historias amorosas, hay determinados tipos de amores en las historias, y hay siempre una pregunta, o muchas preguntas que buscan respuesta”.