‘La literatura es una vía de escape en un mundo en descomposición’, asegura María Julia Hidalgo
CIUDAD DE MÉXICO._ María Julia, a través de una crítica social lúdica, propone la literatura como vía de escape en un mundo en descomposición.
Un homenaje a la Ciudad de México que bien recibe y mejor se nutre de todos los estados de la república. Una mirada al norte del país, donde la protagonista dignifica el carácter y el ser de esa región.
En torno a la exposición colectiva Ellas, en el Salón de la Plástica Mexicana (SPM), se presentó, este jueves, el libro La mujer que quiso hacer todo al revés, primera novela corta de la escritora sinaloense María Julia Hidalgo López.
“Yo no sé si su estilo es parte del fenómeno de la literatura contemporánea, o de la irreverencia de la escritora que sabe que uno puede hacer lo que quiera con el lenguaje y que hoy se puede escribir novela mezclando todos los géneros”, dijo la guionista y escritora Susana Cato, vía remota.
“María Julia escribe con un ritmo al que sólo detienen dos palabras: nostalgia y melancolía, parece haber perdido la guerra frente al mundo moderno. En La mujer que quiso hacer todo al revés hay personajes que no se atreven a soltar la memoria, el campo, el pasado, los ancestros, las tumbas, la tradición, las cartas perfumadas, escritas y dibujadas a mano”.
La autora, quien dijo ser una escritora de calle y no de silla, mencionó que sus personajes no tienen recato en mostrar su vulnerabilidad, no importa si es el más laureado académico (aparecen tres en la historia: un filósofo, un fisiólogo y una economista), o uno del medio rural; ninguno se libra.
Todos tienen el poder de sobreponerse, y lo hacen. Pero ellas, Roberta, Ivana y Marina, llevan la voz cantante y parecen estar hechas de otros cueros.
También mencionó que lo primero que le preguntaron es que si ella es quien quiso hacer todo al revés: “no tuviera yo tanto talento para ir siempre contracorriente, pero sí mis personajes, principalmente ellas, que sin importar el señalamiento del que son presa, van con todo hasta las últimas consecuencias”.
Historias paralelas que corren sin interponerse, personajes que definen claramente su propia voz narrativa, una prosa sencilla y ágil que sólo muestra un arduo trabajo de escritura es lo que encuentro en la arquitectura narrativa de este novela, mencionó Claudia Cárdenas, maestra de español en el Centro de Estudios para Extranjeros, CEPE-UNAM.
“Todos llegan a tener un personaje favorito, el mío es Roberta y el fisiólogo, Cocijo Alavez, ambos por su carácter y determinación. También aprecio que el inicio empieza con el final, un párrafo de pocas líneas que encierra toda la historia”.
La historia arranca con Abel, un periodista que, decepcionado de su quehacer periodístico, avienta todo y decide recorrer la ciudad con otro ritmo. Desaparece de las redes sociales, se libra del ímpetu colectivo, se olvida de los like y se deja sentir, escuchar. Llega a la cafetería de Roberta y encuentra los textos que olvidó Ivana; allí es donde inicia todo.
Cecilia Santacruz destacó que la lectura resulta muy rica por el lugar desde donde está escrita la historia. Las preocupaciones generacionales quedan muy latentes. Un testimonio de la transición entre las viejas y las nuevas tecnologías.
Para la autora fue una presentación llena de simbolismos donde dijo sentirse arropada por el trabajo de mujeres destacadas: estar en la sala de exhibición de Ellas, portar el huipil “Piel de agua” de la pintora y grabadora Aliria Morales y contar con la participación del Colectivo RITO, un preludio interpretado por la bailarina Ana Chaparro y la actriz Carmen Vera.
Y como dice ser una mujer de interpretaciones, algo bien debió haber hecho al revés para que su primera novela cuente con tales privilegios.
La autora
María Julia Hidalgo es colaboradora de Noroeste, desde hace 15 años, con su columna Las alas de Titika.
Presentará su novela en Culiacán
El 30 de diciembre, presentará en Culiacán La mujer que quiso hacer todo al revés, en Café Jaldi, a las 19:00 horas.