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Taller De la crónica a la ficción

Gabriel García Márquez fue un extraordinario narrador episódico, asegura Juan Villoro

Al crear ‘La mala hora’ decidió ser un escritor diferente, asegura Juan Villoro

Cuando Gabriel García Márquez escribió La mala hora, su tercera novela, era ya un extraordinario narrador de episodios, pero en esta historia sobre la violencia colectiva, decidió ser ser un escritor diferente, aseguró Juan Villoro.

En la séptima sesión del curso Gabriel García Márquez, De la crónica a la ficción, organizado por Casa Estudio Cien años de soledad, el escritor mexicano recordó que esta novela publicada en 1962 no tiene una trama lineal, ni se desarrolla con una anécdota y el lector pudiera pensar que no es un narrador episódico.

“Y es al contrario, García Márquez es un absoluto maestro de episodios que decide ser otro tipo de escritor en La mala hora”.

El escritor y periodista mexicano recordó que justamente cuando Gabo estaba en la última versión de La mala hora, escribió un gran reportaje episódico en la revista Momento, en Caracas.

“Uno de ellos se llama Solo 12 horas para salvarlo y es extraordinario el manejo de la trama, algo fundamental, es muy interesante ver cómo los recursos de la crónica que va perfilando por un lado, en el periodismo, no necesariamente pasan a la literatura de ficción, pero están presentes en la obra de Gabo”.

$!La transmisión se llevó a cabo en redes sociales.
La transmisión se llevó a cabo en redes sociales.

En esa crónica, el colombiano narra la historia de un niño que fue mordido por un perro y tienen 12 horas para salvarlo porque el perro tenía rabia y en Caracas no había un antirrábico. Vacunas sí, pero el pequeño lo que necesita es un antídoto porque ya había sido mordido. La vacuna está en Nueva York.

Recordó que durante su estancia en Europa, hizo reportajes con un efecto episódico, en los que iba dejando al lector siempre pendiente, pues cada episodio lo terminaba con un elemento de suspenso y tensión.

“En las Jirafas, su estilo es celebratorio, destaca la manera irónica de llevar la realidad, sobrellevarla a través de la ironía, en los textos costeños la vida cotidiana es importante y muchas de estas crónicas tienen que ver con su capacidad de observación”, comentó.

“A partir de la noticia dura, agregaba una historia que la sustentara, fue un adiestramiento emprendió a los 14 años y a los 21 era ya un consumado periodista de color”.

La segunda etapa en su vida como periodista, cuando trabajó en El Espectador, en Bogotá, se acercó al reportaje en el sentido más estricto, documentando la verdad, hablando los testigos, los hechos, etc. Fue la época en la que surgió Relato de un náufrago y también su primera novela, La Hojarasca, fraguada con tres monólogos interiores.

Luego escribió El coronel no tiene quien le escriba, que consideró también una obra maestra y La mala hora fue una novela diferente, más dialogada, pese a los resabios del autor colombiano a los diálogos.

El título de La mala hora, compartió, surgió de un cuento que estaba trabajando llamado En este pueblo no hay ladrones.

“En 1961 estando Gabo ya en México, Álvaro Mutis, envía la novela por correo a un concurso de Colombia, pero la inscribe sin título, la novela gana, le piden un título, él había pensado ponerle Los 14 días de la semana, no le convence... se decide finalmente por La mala hora”, contó Villoro.

“Con ese premio gana 3 mil dólares, que le vienen de perlas en la Ciudad de México y los destina para pagar el parto de su segundo hijo, Gonzalo, comprarse un coche para trasladarse y pagarle unas camisas a Álvaro Mutis que siempre lo había ayudado y acababa de salir de la prisión de Lecumberri”.

Pero la publicación de la novela resultó decepcionante, aseguró el escritor mexicano, pues en España se la castellanizan.

“En aras de corregir la novela de García Márquez, la llenaron de españolismos, con una idea bastante colonial del idioma, esto fue terrible, pues tenía cinco años escribiéndola. La versión autorizada por Gabo finalmente se publicó en 1966 en editorial Era”, apuntó.

“El estilo de la novela es menos decantado, con respecto al Coronel no tiene quien le escriba, aunque tiene registros parecidos”.

La sesión fue transmitida en vivo, desde la Casa Estudio Cien años de Soledad, ubicada en la que fue la casa de García Márquez cuando escribió su máxima novela.

Ante cientos de espectadores que se conectaron en Facebook y Youtube, Villoro comentó que una de las cosas más importantes que puede lograr la literatura es crear una ilusión de la vida tal y como sucede.

“Solo la literatura reproduce la vida de manera minuciosa con todas sus contradicciones, con esa enorme asamblea colección de lujos pobres, La mala hora no es la más lograda de sus obras, por la trama, no diría inconclusa, pero fragmentada y diluida sí. Construye figuras de autoridad que se consumarán con El otoño del patriarca”.

En La mala hora, agregó, el autor hace una construcción de figuras de poder, que es otro tema importante, y es una obra fundamental para entender lo que hace después.