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Dice el profesor Cruz Hernández Fermín:

‘En tiempos de pandemia, hay que acercarse a los libros’

Inicia en Recoveco el Festival Cultural Gabriel García Márquez; su nieto Mateo García Elizondo presenta su novela ‘Una cita con la Lady’

Nelly Sánchez

En estos tiempos de pandemia y confinamiento, de estar solos en muchas ocasiones, hay que recurrir a los libros, animó el profesor Cruz Hernández Fermín, en el inicio del Festival Cultural Gabriel García Márquez.

Esta vez a distancia, el Centro de Bachillerato Tecnológico y Agropecuario 133 de Recoveco arrancó el décimo noveno festival que se lleva a cabo en honor al escritor colombiano, y con la presencia de un descendiente del Nobel colombiano, su nieto Mateo García Elizondo, que presentó su novela Una cita con la Lady.

“El maestro nos dejó un buen legado a toda la humanidad”, señaló Hernández Fermín, “y parece que tenía la bola de cristal en la mano, porque todo lo que escribió lo estamos viviendo: la pandemia, como en El amor en los tiempos del cólera, la peste del insomnio, plasmó los desastres que pueden ocurrir”,.

El fundador del Club de Lectura La Hojarasca e iniciador de esta semana de actividades agradeció la presencia de quienes se conectaron vía Zoom, alumnos, autoridades educativas, municipales, y dedicó un mensaje al autor de Cien años de soledad.

“A donde quiera que se encuentre nuestro maestro, le mandamos un abrazote”.

‘Me encanta hablar de mis abuelos’

Al momento de escribir, la mayor influencia que ha tenido de su familia, compartió Mateo García Elizondo, ha sido haber crecido en una casa en la que los libros y las historias son muy importantes.

Es nieto de dos grandes escritores, Gabriel García Márquez y Salvador Elizondo y ambos tuvieron influencia en su vocación y en su camino, reconoce. Pero su relación con ellos, más que como escritor, fue como nieto.

Y aunque considera que su voz narrativa es diferente a la de ellos, sabe que es inevitable que le pregunten de ellos

“Siempre se hacen comparaciones, trato de escapar pero no puedes escaparte tanto, creo que en esta novela las influencias fueron otras, Malcolm Lowry y sobre Juan Rulfo, siempre cito a Kafka, Dostovyeski. Pero son mis abuelos y me encanta hablar de mis abuelos”, dice.

Y la relación con ellos fue así: familiar.

“A preguntas sobre mis abuelos, lo que yo comento siempre es que no tuve una relación de escritor con ellos, sino más bien una relación de nietos en la que los vi ejercer su oficio, mi relación con ellos fue más personal, una relación de nieto y abuelo”, dijo.

“Y para cuando yo me estaba volviendo un escritor, que había estudiado y practicado un poco más, Salvador murió cuando yo era adolescente, Gabo al final de su vida tenía ciertos problemas de memoria y no era el tipo de conversaciones que teníamos sobre el oficio. Lo que aprendí de ellos acerca del oficio, fue al leerlos”.

La mayor influencia, reconoció, fue crecer en una casa en la que los libros y las historias eran un aspecto importante de la vida.

“Mi tío Rodrigo es cineasta, pero yo lo respeto mucho como escritor, mis abuelos de un lado y de otro, todos muchos estamos en este mundo de contar historias y creo que eso sí es algo que viene de una cultura, contar historias, recomendarse libros, tener conversaciones interesantes con gente interesante en lo que hacen mis abuelos”, dijo.

“Me influyó mucho que era una generación que sabía recitar mucha poesía de memoria”.

La novela y la influencia de Rulfo

García Elizondo comentó que lo que le ha interesado siempre es contar historias, que siempre ha estado eso en mi vida, Una cita con la Lady (Anagrama 2019) es su primera novela y antes, en 2015, había hecho el cortometraje Desierto.

Una cita con la Lady explora los estados alterados de la conciencia, inducidos por las drogas, a través de la historia de un adicto a la heroína que se va a un pueblo remoto para morir, porque está más cerca de la muerte que de la vida.

“Es un poco este proceso, le cuesta encontrar la muerte, una historia que parece tratar mucho sobre las drogas, pero para mí fue una manera de explorar un poco la naturaleza del deseo. Es una novela que puede parecer oscura, trata sobre la muerte y al fin y al cabo, pero hablar de la muerte es un pretexto para explorar la vida y lo valioso de la vida”.

La primera novela del escritor, hijo del diseñador y pintor Gonzalo García Barcha y de la fotógrafa Pía Elizondo, ganó el Premio Ciudad de Barcelona 2020.

Reconoció reminiscencias de Malcolm Lowry y de Juan Rulfo, pues la novela arranca con la frase Vine el Zapotal para morirme de una buena vez.

“Pedro Páramo era una influencia fuerte y cuando estaba escribiendo pensaba que era influencia de Rulfo, cuando uno está tratando de escribir sobre pueblos abandonados, fantasmas, hay grandes luminarias que pasaron por ahí y en esta novela hay ciertos homenajes a Rulfo”.

Esa frase, reconoció, le vino a la mente al inicio de la novela, a pesar de que intentó moverla y cambiarla, por ahí tenía que empezar, pues era la decisión de su personaje irse a un pueblo y morir de una vez.

“Traté de darle mi estilo, pero en efecto Rulfo es alguien que está en el inconsciente colectivo de los mexicanos y todavía estamos explorando lo que es eso. Yo entiendo un poco desde donde escribía Rulfo, sé que era viajero, se movía por ciertas regiones del país, muy remotas, montañosas, fantasmagóricas y yo he estado en lugares similares, desde donde he construido El Zapotal, que es el pueblo de la novela”.

Terror, fantasmas y nuevos proyectos

A Mateo García Elizondo siempre le ha gustado el terror y su novela, añadió, es una historia de fantasmas, que viene también de esa cultura de los libros.

“Siempre me ha gustado mucho leer, en la adolescencia leí muchas historias psicodélicas, todo ese universo me interesaba, en un momento hubo un plus de universos, el de las heroína y drogas”, dijo.

“Hay un aspecto mágico, me interesaba explorar el cruce de la psicodelia, el terror, los fantasmas, eso me fue llevando hasta allá. Y el libro es la culminación de ese proceso, temas que nos interesan a todos a lo largo de una vida, historias que nacen cuando diversas ideas se cruzan”.

Reconoció que un aspecto importante en su familia es la memoria.

“Es una enfermedad, se va perdiendo poco a poco, y todo se vuelve muy como de ensueño, muy realismo mágico”

Y cuando le pidieron qué consejo daría a los jóvenes que se interesan en escribir dijo que el mismo que siempre le dio Gabo: escribir.

“Lo básico para escribir es escribir, fue lo que siempre me dijo Gabo y eso es, ser terco y necio, es una manera de ser escritor y esa ha sido la mía, he seguido dándole”.

Sobre sus nuevos proyectos no quiso revelar mucho, pero compartió que ganó el apoyo del Fonca de Jóvenes Creadores para escribir su próxima novela, que será un drama familiar con tintes de terror sobrenatural.

Y en proyectos audiovisuales, series de televisión, ha estado trabajando en thrillers y terror y está preparando algo de lo que dará noticias más adelante.

AGENDA

Martes 2 de marzo

10:00 horas. Conferencia La literatura en tiempos de Covid, con Élmer Mendoza.

12:00 horas. Tertulia literaria con clubes de lectura, coordinados por el Club de Lectura La Hojarasca.

Miércoles 3

10:00 horas. Presentación del libro Macho viejo, Hernán Lara Zavala, con Eduardo Villegas.

12:00 horas. Conferencia Periodismo en la pandemia, con Ismael Bojórquez Perea, director de Ríodoce.

Jueves 4

10:00 horas. Presentación de los libros Vestidos negros, de Pastora Almanza y Güebsait, de Karina Castillo.

12:00 horas. Presentación del libro Detrás de quién va todo el verano, de Muamar Kadafi.

Viernes 5

10:00 horas. Presentación del libro En busca de las sandías, de Guillermo Gallardo.

Sábado 6

10:00 horas. Develación de la placa en honor al finado escritor sinaloense César López Cuadras, en el CBTA 133 de Recoveco.