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"LITERATURA"

"¡Feliz cumpleaños, Gabo!"

"En 1927 nació Gabriel García Márquez, en la finca número 619 de la calle Monseñor Espejo, de Aracataca, donde surgió el imaginario macondiano"

ARACATACA._ Caía un aguacero torrencial fuera de estación cuando la tía Francisca Simodosea salió a la calle con prisa y dando amplias zancadas para llevar la noticia: "¡Varón!, ¡varón!, ¡traigan ron que se ahoga!".

Era el 6 de marzo de 1927, hace 91 años, cuando nació el autor que ha regalado al mundo un caudal literario y la mejor historia de la lengua española, después de El Quijote, de Cervantes, Cien años de soledad.

En el número 619 de la calle Monseñor Espejo surgió el imaginario macondiano, por el corredor de las begonias, bajo el candente Sol y cerca de las acacias rojas, caminan el Coronel Aureliano, Úrsula, José Arcadio, Rebeca, Amaranta y toda una estirpe condenada que vive bajo una maldición incestuosa.

Pintada de blanco y bajo un tejabán de barro, es la finca más famosa de Aracataca, la más visitada por los turistas, en donde los límites entre la realidad y la ficción se desvanecen.

La casa hoy pertenece al gobierno y es considerada Patrimonio Nacional.

"Es real que existía un cuarto de los santos", dice la cataquera Rubiela Reyes, "era el cuarto donde sus tías y su abuela velaban a todos los santos que parecían del tamaño de una persona o estampitas de santos que le colocaban velas o velones".

 

Un poco de historia

Aracataca era un pequeño pueblo que prosperaba gracias a la llegada de la United Fruit Company, cuando el coronel Nicolás Márquez, veterano de la Guerra de los Mil Días (1899-1902), llegó en 1910, como recaudador de impuestos. Venía de Riohacha y lo acompañaban su esposa Tranquilina Iguarán y sus tres hijos: Juan de Dios, Margarita y Luisa Santiaga.

La casa que los albergó, de madera, barro y techo de paja, se fue construyendo primero junto al alar izquierdo y luego hacia atrás, donde levantó el cuarto de su mujer, uno para huéspedes, un almacén, comedor y cocina.

Cuando Luisa Santiaga se casó con el telegrafista Gabriel Eligio García, el Coronel, casi en contra de su voluntad, se rindió a sus amores imbatibles y les ofreció su casa cuando supo que nacería su primer hijo.

Y fue en la habitación de los abuelos donde Gabito vio por primera vez la luz.

Creció bajo la sombra de un frondoso castaño y dio sus primeros pasos sobre los pisos de tierra, y fue ahí donde se gestó el universo literario que ha asombrado al mundo.

Cuentan los vecinos que como la familia era guajira y sedentaria, a las 18:00 horas las tías encerraban al pequeño escritor para contarle las hazañas y las anécdotas del abuelo durante la guerra y el mismo Coronel le contaba cuentos de miedo.

"Gabito creció en una casa de mujeres llena de historias de fantasmas sin cabeza, leyendas sobrenaturales y episodios de la Guerra Civil. Sus abuelos y una supersticiosa mujer con un talento especial para contar historias, lo criaron para calmar una disputa familiar causada por el matrimonio de sus padres, quienes se fueron a trabajar a Barranquilla", cuenta Reyes, "creció como un niño común y corriente que tenía sus amiguitos para jugar trompo, bolita de uña, patear balón y volarse los patios a robar mango".

 

Monumento nacional

Gabriel García Márquez se fue de Aracataca el 2 de marzo de 1937, dos días antes de que muriera el abuelo Coronel y cuatro antes de cumplir 10 años. Se lo llevaron a Sucre, después se fue a Barranquilla y luego a recorrer el mundo con la magia de sus letras.

La última vez que volvió a entrar a su casa natal fue en 1983, un año después de haber ganado el Nobel y aunque regresó a su pueblo el 30 de mayo de 2007, la fiesta macondiana que le hicieron de bienvenida, le impidió recorrerla.

En este pueblo, el más famoso de Colombia, está su cuna, la finca, que hoy resguarda libros, fotografías, pinturas y la primera máquina de escribir del afamado escritor, donde vio por primera vez la luz una mañana lluviosa.

 

GOOGLE LO CELEBRA

El portal Google celebró el aniversario de Gabriel García Márquez con un Doodle en el que aparecen iconos de Cien años de soledad: José Arcadio Buendía, Úsula Iguarán, las mariposas amarillas, la estación del tren, los pescaditos de oro y el perfil de Gabo.

 

En Recoveco también festejan su cumpleaños

Noroeste / Redacción

RECOVECO, Mocorito._ Con una manifestación cultural por la calle principal de Recoveco, donde se representó una parte de la Novela Cien Años de Soledad, inició el décimo sexto Festival Cultural Gabriel García Márquez, en Recoveco, Mocorito.

Organizado por el Club de Lectura La Hojarasca y el CBTA 133, este año se hizo un reconocimiento y homenaje especial al periodista y escritor Javier Valdez Cárdenas.

Manuel Ochoa Méndez, director del CBTA 133, destacó que Javier Valdez fue un gran amigo de la institución y de los jóvenes estudiantes.

"Se le va a extrañar en este festival cultural", dijo.

El primer día de actividades, el poeta Juan Esmerio Navarro presentó el libro La Novela Inconclusa de Bernardino Casablanca, de César López Cuadras; luego, Juan José Lomelí impartió la conferencia La Ciencia y la Medicina en la obra de Gabriel García Márquez; y al final se proyectó una película.