El verbo se hizo carne
El ser humano es creado en el tiempo y para el tiempo con una trascendencia más allá del tiempo, misterio y síntesis de lo universal desarrollándose en la dualidad de su naturaleza, masculina y femenina, preámbulo de la unidad trinitaria de quien existe en el ámbito de la eternidad.
Es espacio-tiempo, lugar donde se desarrolla la eterna relación del devenir del cosmos en su avance hacia una eternidad, que lleva impresa su mismo origen con la expresión “El Verbo se hizo Carne y habito entre nosotros”.
El Verbo, profunda expresión, más allá de las limitaciones de la temporalidad, se convierte en criatura humana la afirmación sintetiza el misterio que une la naturaleza humana con la divinidad, algo que solo se puede lograr en la profundidad del amor
“Dios es amor”, así lo afirma el apóstol y evangelista, quien desde la frustrante realidad en su respuesta supo encontrar en el reconocimiento del amor divino, la respuesta en su rechazo a él, motivado por sus humanas ambiciones y la debilidad de sus temores.
“Quien vive en el amor vive en Dios y Dios en él”, “La creación espera con expectación la plena manifestación de quienes tienen ahora llevan la dignidad de llamarse hijos de Dios y serlo de verdad”.
El reto y la tarea lucen arduas y extensas, pero la dignidad del encargo recibido para continuar la obra del amor divino será el aliento y el aliciente para ver, algún día a los portadores de la divina imagen ver cristalizada la realidad de un reino creado desde el amor, que culmina en el amor: El reino del amor divino aquí en la tierra.
Un niño recostado en un pesebre, improvisada cuna que servía de ordinario de recipiente para dar alimento a los seres irracionales, ese niño está destinado a convertirse en alimento para iluminar la razón de lo quiera recibir. La divinidad ataviada con misericordia dispuesta esta para envolver en ella a quienes caminan desprovistos de ella.
La infantil figura del niño de Belén nos revela el destino y el misterio de una humanidad creada inferior a los ángeles, pero llena de gracia y de honor.
Un nuevo año nos espera, un tiempo y una oportunidad para continuar construyendo la ilusión
¡Próspero y feliz año a todos!