Comparte el Coro de la Ópera de Sinaloa el ‘Stabat mater’ de Jenkinscon
Una bella interpretación vocal e instrumental compartió el Coro de la Ópera de Sinaloa, en el clásico oratorio medieval “Stabat mater”, con la musicalización contemporánea del músico galés Karl Jenkins, en la Parroquia Cristo Rey, de la colonia Burócrata.
Bajo la dirección del maestro Marco Antonio Rodríguez Badillo, las 30 voces del Coro adscrito al Instituto Sinaloense de Cultura, interpretó con reciedumbre y vigor los 12 temas que integran la pieza estrenada en 2008 en Liverpool, con una pequeña orquesta integrada por músicos de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, de la Banda Sinfónica Juvenil y del conjunto de percusiones Trommer, que dirige Fernando Correa.
Brillantes las tres solistas que, en solos o en duetos, interpretaron algunas de las piezas: la soprano Miroslava Elizabeth Aguilar, y las mezzosopranos Alma Calderón Pérez y Gabriela Sánchez Zazueta.
La obra, presentada para conmemorar la Semana Santa, y cuya letra habla del dolor de la madre María al ver a su hijo Jesús en la cruz, consta de las piezas “Cantus Lacrimosus” (que inicia con la conocida frase en latín “Stabat mater dolorosa...”), para continuar con “Incantation”, “Vidit Jesum In Tormentis”, “Lament”, “Sancta Mater”, “Now my life is only weeping”, “And The Mother Did Weep”, “Virgo Virginum”, “Are You Lost Out In Darkness”, “Ave Verum”, “Fac, Ut Portem Christi Mortem” y cerró fuerte con “Paradisi Gloria”.
Es una versión que incorpora textos de otras tradiciones y música oriental, a diferencia de otros “Stabat mater” que se han escuchado por aquí (el de Gioachino Rossini y Giovanni Battista Pergolesi, básicamente), sino más bien al estilo de “Adiemus”, de Karl Jenkins (Gales, 1944).
La interpretación mantuvo en vilo al público que llenó el recinto católico, con su techo colorido de murales con motivos religiosos del pintor José García. Incluso, mucha gente soportó de pie, con estoicismo, la hora y media de duración, tras la cual el público aplaudió con vehemencia a los intérpretes al final del concierto, realizado allí a petición de la misma parroquia, en única función.
“Stabat Mater” es una secuencia que data del siglo XIII y comienza con las palabras “Stabat mater dolorosa” (“Estaba la madre sufriendo”, en latín), en la que se medita sobre el sufrimiento de María al contemplar la crucifixión de su hijo y, por extensión, evoca el dolor de todas las madres que han perdido a un hijo.