Amigo lector de Noroeste, cuando usted realiza actividad física sea esta deportiva o no, aguanta rato, la jornada, y si hace actividad física deportiva aguanta el entrenamiento sin “coyotear”, o el partido. Todo esto puede ser por acciones no aptas para su trabajo cardiopulmonar, pero sea la causa que fuera, usted tiene que poner atención del por qué “no aguanta” y se fatiga.
El hombre como género tiene la capacidad de adaptación, siempre y cuando se le someta a un entrenamiento donde se busque la condición física necesaria y se lleve a cabo el trabajo físico sin poner en riesgo la salud de individuo, ya que de no tener cuidado puede evolucionar a la muerte súbita, es por esto que se recomienda que toda carga física a cualquier grupo etario no se llegue al cansancio fatiga o dolor.
Es bien sabido que el cansancio representa un proceso complejo que afecta todos los niveles de funcionamiento del organismo, desde el nivel molecular, subcelular, celular, de órganos y sistemas, hasta las reacciones del organismo íntegro. El cansancio se interpreta como un conjunto de cambios en el estado físico y psíquico del hombre, que se desarrollan como resultado de la actividad y llevan a la disminución temporal de esta. El indicio fundamental del cansancio es la reducción temporal de la capacidad general de trabajo, que tiene lugar como resultado de tal o cual actividad.
El cansancio es considerado tradicionalmente un fenómeno negativo; por esto se dan diferentes recomendaciones para su disminución y postergación en el tiempo, o sea, para crear condiciones que protejan al ser humano contra el cansancio como factor desfavorable. Este problema se resuelve en el deporte de otra manera. El cansancio se utiliza ampliamente para estimular procesos de adaptación del organismo de los deportistas y el crecimiento de los efectos del entrenamiento. Hay que recordar que la eficacia de la labor competitiva, en la mayoría de las modalidades deportivas cíclicas, depende del nivel de desarrollo de los sistemas funcionales del organismo del deportista y sus aptitudes para vencer las molestas sensaciones de cansancio sin reducir sustancialmente la capacidad de trabajo. La facultad del deportista de vencer el cansancio, “aguantar” y “hacer esfuerzos máximos” en la actividad competitiva, determina en muchos aspectos el logro de los resultados planificados.
El cansancio, hasta cierto límite, que haya buena comunicación entrenado y entrenador, es uno de los factores determinantes que contribuye a elevar el efecto del entrenamiento y la eficacia de la actividad deportiva. Si el entrenador cuenta con estudios de fisiología deportiva estará en condiciones de aplicar esta herramienta al entrenamiento, pero de no tener experiencia en este factor (cansancio), como parte en su entrenamiento, hay que hacer equipo con el metodólogo, y en equipo con este profesionista llevar a cabo la carga de trabajo donde el deportista sea el beneficiado.
Los procesos que operan en el organismo durante una labor muscular intensa y que limitan la capacidad de trabajo del deportista son muy complejos. En la actualidad existen razones para afirmar que no hay un mecanismo único que, debido al cansancio, limite o interrumpa el rendimiento del hombre en la actividad muscular.
Ahora esto es para atletas y personas que el día de mañana serán deportistas. En el caso de personas que hacen ejercicio o actividad física en estas si el ejercicio es para la salud, no se debe permitir cansancio, fatiga o dolor, ya que nos dan la alerta que el “deportista” puede estar cursando con alguna insuficiencia.
Es necesario que cuando se inicie con alguna actividad física, sea esta deportiva o no, se fije un programa de carga dependiendo de lo que se quiera lograr, ya que es de suponer que en los distintos trabajos a nivel muscular participan sistemas fisiológicos del organismo lo que llevan a distintos tipos de cansancio.
Sobre el cansancio se han realizado diferentes investigaciones, donde se concluye que el cansancio se puede utilizar en beneficio del rendimiento deportivo, pero el descanso es fundamental.
