Athletic acaba con el sueño del Mallorca de Aguirre y se corona en la Copa del Rey
SEVILLA._ El Athletic Club se coronó campeón de la Copa del Rey después de 40 años al derrotar en tanda de penales al Mallorca que dirige el mexicano Javier “Vasco” Aguirre, en una frenética final celebrada en el estadio La Cartuja.
Dani Rodríguez puso adelante al Mallorca a los 20 minutos, pero Oihan Sancet igualó por los de Bilbao al 50’ para obligar a un alargue en el que ya no se movería el marcador.
Fue desde los once pasos que el Athletic se coronó al imponer por 4-2 para llevarse la Copa número 25 de su historia, sólo por debajo del Barcelona que tiene 31 conquistas, mientras que el cuadro del técnico mexicano se quedó con las ganas de levantar su segundo trofeo de la historia en este certamen.
Después de cierto dominio del Athletic, el Mallorca abrió el marcador al minuto 20. Un tiro de esquina por la izquierda derivó en una serie de rebotes que Dani Rodríguez capitalizó en el área rival para mandar la pelota al fondo, directo al ángulo superior izquierdo, y adelantar 1-0 al equipo del Vasco Aguirre.
Corría el minuto 50, cuando Nico Williams recuperó un balón y le filtró un extraordinario pase a Sancet, quien le ganó la espalda a la defensa, antes de definir ante Grief y poner 1-1.
El primer tiempo extra pasó sin mayor novedad, más allá de un tiro libre de Muniain que pasó muy cerca de la cabaña de un Mallorca que añoraba los penales. Ya en el segundo, Nico Williams se quedó muy cerca de la gloria, pero su disparo rozó el poste, así como el Mallorca tuvo la suya al minuto 112 con un cabezazo de Muniqi. Sin embargo, llegaron los penaltis.
Mallorca abrió la tanda por conducto de Muriqi, quien cobró excelso. Le siguió Raúl García del Athletic para empatar la tanda a un gol. Tocó el turno de Morlanes, quien falló al atajar Julen Agirrezabala, lo que aprovechó el equipo de Bilbao para adelantarse con gol de Muniain.
La situación empeoró para el Mallorca al volver a fallar Radonjic, mientras que Berenguer se convirtió en el héroe al marcar el cuarto penalti, con el que selló el triunfo y la conquista de la Copa del Rey.