Recorre Lupita, ‘La Novia’, las calles de Culiacán por la paz
Largos velos y vestidos blancos lucieron más de dos decenas de mujeres por las calles de la ciudad. Su intención es recordar a Lupita Leyva Flores, “La Novia de Culiacán”.
Atrevidas y temerarias, en punto de las 12:00 horas de este domingo recorrieron la calle Ángel Flores y entre aplausos de admiración de otras mujeres y comentarios lascivos de algunos hombres entraron al Mercado Garmendia.
A lo largo y ancho de la calle se acomodaron para seguirse unas a otras y mostrar honor a Lupita, mientras la señora Norma recita de memoria, frente a todos y mientras camina, el poema La Novia de Culiacán de Jaime Rochín González.
Para la artista visual y organizadora de la movilización, María Romero, este encuentro tiene dos etapas, la primera que inició con ella recorriendo las calles de la ciudad, de 1996 al 2014, como un refugio para abrazar la muerte de su madre y justificar la locura que en ese momento internaba en sí misma.
“Decidí en un momento de mucho dolor recuperar el personaje que me ayudaba a blindarme para no sentir dolor, y me vestía de novia porque no podía recuperar a mi mamá y recuperé el personaje (...). Yo podía ir a todos los lugares vestida de novia para justificar mi locura”.
Posteriormente, desde el 2015, se convirtió en una experiencia colectiva combinando el recuerdo de Lupita ‘La Novia de Culiacán’, quien recorría las calles de la ciudad portando un vestido blanco, lentes oscuros y adornada con maquillaje hasta convertirla en el estandarte de la caminata tradicional que cumple ya 29 años.
Su historia de dolor se fusionó en la memoria de los culichis, quienes recuerdan a la verdadera Lupita, pero guardan los recuerdos y fotografías de una mujer que desfilaba de blanco por las calles de la ciudad, María Romero.
“El año pasado me dice una personas ‘yo conocí a Lupita, a la verdadera’ y le digo ‘¿hace cuántos años?’ y responde ‘hace 25 (años)’ y era yo, porque Lupita murió en el 82 y yo no digo nada y cuando me enseñan fotos soy yo de hace 30 años, es muy padre”.
Lupita ya era ‘La Novia de Culiacán’ cuando María Romero la conoció, pero a raíz de su vestimenta y modos distintos a lo ordinario lo primero que sintió fue miedo.
“Yo tenía 10 años, me daba miedo, pues yo era una niña, entonces veía una mujer de blanco y decía ‘una loca’, y luego con chapetes rojos, yo traigo chapetes rojos, pero ella los traía más rojos. Era una mujer que traía sus uñas largas y rojas, muy producida, impecable y a mí me asustaba la imagen.
“De darme miedo pasó a darme ternura porque era una ancianita que caminaba así encorvadita, que fue cuando murió”.
Vestidos
La variedad de vestidos que portaron las mujeres que desfilaron por el primer cuadro tenían pequeños toques brillantes, algunos cortos, cola larga, lisos, de dos piezas y todas con velos.
Sin embargo, María Romero le añadió al suyo una banda de tela de la bandera de México en alusión a la primera Presidenta que asume el cargo en el País y unos pequeños moños de seda negros en los olanes del vestido referente a la violencia que azota a la entidad desde hace más de cien días.
“El primer vestido que utilicé, lo utilicé por 25 años y ahora tengo cuatro años que uso vestidos diferentes. Este año está dedicado a la primera vez que una mujer se está poniendo la banda presidencial y los moños son por el luto que vive Culiacán y las muertes de algunas personas”.
Cerca de las 13:00 horas arribaron al Santuario, se acomodaron para una fotografía grupal y entraron juntas a una misa en honor a Guadalupe Leyva Flores.