Habitantes de invasión al sur de Culiacán piden apoyo al Gobierno Municipal
Al despertar todas las mañanas, Yesenia Lara Villagómez escucha a los gallos que con cuidado y afecto, los han cuidado ella y su esposo. También es un sentimiento de incertidumbre la que la envuelve durante y el día y se agrava mediante la noche, ya que donde viven, no es propiamente suyo.
Hace tres años su esposo estuvo trabajando en unos fraccionamientos al sur de Culiacán, a escasos metros de la colonia Barrancos, pero algunos edificios los dejaron en obras negras y al finalizar el trabajo, les dijeron a los empleados que podían agarrar una parte del terreno y desde entonces viven ahí.
“Es que primero llegó mi esposo y ya después, ya me vine yo y llegaron porque trabajaron aquí y desalojaron, dejaron todo esto aquí y pues le dijeron a la gente que el que se quisiera meter pues, se metiera y se metieron”, mencionó.
Son dos los edificios que quedaron abandonados, en el que vive Yesenia es de tres pisos y seis departamentos, en el que cada uno tiene sus respectivos espacios, con dos cuartos, un baño, esto sin contar la sala y la cocina; el otro edificio tiene cuatro pisos con 8 departamentos. Lo demás del lugar, lo habitan casas a medio construir, hechas de madera, ladrillos y techos de lámina.
“O sea que esto iba a ser prácticamente como un Infonavit, iban a seguir con edificios hacia allá y dejaron estos en obras negras y ya nos metimos nosotros y le pusimos puertas, ventanas”, indicó Lara Villagómez.
Al no ser propiamente suyo, no pueden arreglar demasiado los espacios, porque viven con el miedo constante que los puedan desalojar de lo que ha sido su hogar algunos años.
Los problemas en la comunidad
Al ser una invasión, ninguna de las calles formadas tienen nombre, tampoco cuentan con servicios básicos, como el agua potable y electricidad propios, ya que los que gozan de este ahora privilegio, se los “pasan los vecinos”.
Yesenia dijo que son alrededor de 400 personas las que se están conectadas a un solo transformador, por lo que en temporada de calor, se va la luz y tienen que esperar a que regrese.
En el tema de la basura, sí pasa el camión regularmente, pero les cobra un monto que va desde los 20 a 100 pesos, dependiendo la cantidad de basura acumulada, ya que, como no son una colonia como tal, están haciendo un trabajo extra.
“Entra el carro, pero le tenemos que pagar, porque no estamos registrados en el Ayuntamiento, como cuando registran una colonia, ya está registrada y entra la basura, pues no les cobra, pero a nosotros sí”, indicó.
Lara Villagómez externó que en el lugar hay varios niños que no cuentan con apoyos del gobierno, como por ejemplo su hijo de 10 años que asiste a la primaria, y que sí se necesita por la vida que llevan.
“La verdad que hay muchas carencias, de todo. Aquí nosotros no recibimos una despensa, becas, todas esas cosas, nada. Yo tengo un niño de 10 años y él no tiene beca”, expresó la madre de familia.
Lo que le piden al Gobierno Municipal
Yesenia dijo que anteriormente estuvo en la invasión Juan de Dios Gámez Mendívil, candidato a la alcaldía de Culiacán por Morena, y que les prometió que les resolvería el tema de la propiedad y los servicios básicos.
“Quedaron en venir a ayudarnos a arreglar papeles de aquí y estamos esperando al Presidente de si viene a arreglar. Él ya vino y lo que estamos esperando es que nos dé una respuesta si nos va a arreglar aquí o si no”, explicó.
“Pues que cumplan cuando andan ellos en política, que cumplan lo que dicen que van a ayudar a la gente. Lo que yo sí les pediría era que, que nos arreglaran aquí, ya que sea, ahora sí de nosotros”, manifestó Lara Villagómez.
Vida cotidiana
La madre de familia comentó que para ayudarle a su esposo con los gastos del hogar, limpia oficinas tres días a la semana y el resto vende ropa seminueva y nueva en los diferentes tianguis de Culiacán, que eso le ha beneficiado en tener una mejor solvencia económica.
Asimismo, indicó que no quiere volver a la vida del campo, pues ella es perteneciente a un pueblo al norte del estado, pues ahí si no trabajas del campo no tienes de dónde sacar.
“En el rancho es puro campo. Allá si no vas al campo no trabajas, a menos que, ahorita que ya andan transporte y eso sí, para sacarlos hacia la ciudad a trabajar”, expresó Yesenia.
Al lado del edificio donde vive, está un pequeño espacio en el que se apropiaron para tener su gallinero, que al día los animales ponen de cuatro a seis huevos, que es lo que usan para comer.
Lara Villagómez prepara todos los días tortillas de harina y de maíz en su horno que está hecho de ladrillos y lodo, y en el exterior, se puede observar el pequeño desgaste del tiempo.
De la misma manera, el espacio está rodeado de verde, pues las plantas y sus macetas están regadas por el suelo y de la barda improvisada con malla que cubre el patio. También las tiene en el bulevar a medio terminar que está detrás de los departamentos, donde una gran mancha natural se ha convertido en el jardín improvisado de Yesenia.