Crónica de otro jueves de violencia y psicosis
La tarde del jueves el miedo volvió con la misma velocidad con que se difundían reportes que generaban confusión sobre la violencia que se registraba en la zona conurbada del norte de Culiacán.
El informe oficial señala que hubo un ataque armado a una unidad del Ejército en la comunidad de Paredones, al norte de la ciudad, lo cual dejó un militar lesionado, pero por una volcadura, además de algunos vehículos incendiados.
Los reportes extraoficiales, los que se difundieron en redes sociales, en servicios de mensajería y de boca en boca, es que alguien había sido detenido y la delincuencia organizada reaccionaba.
El miedo creció de la misma manera en que noticias no confirmadas se replicaban una y otra vez en redes sociales.
Y la tentación ganó a varios, a muchos, que se adelantaron y hablaban, afirmaban de la detención de un miembro de la delincuencia organizada.
Po eso, el enfrentamiento armado se tomó como una operación del Ejército para detener a alguien “pesado” y generó especulaciones sobre lo que estaba por venir.
En el primer “jueves negro”, cuando Ovidio Guzmán López, el 17 de octubre de 2019, en Culiacán se reportó tres personas desaparecidas, ocho civiles abatidos, cinco personas lesionadas, cinco autos robados, 29 vehículos dañados y 11 militares privados de su libertad.
Para el 5 de enero de 2023, la jornada violenta regresó a Culiacán también en jueves, cuando Ovidio Guzmán fue detenido en Jesús María. Ahí, se registraron 29 personas muertas, de manera oficial, 19 civiles y 10 militares; además, hubo 35 militares heridos y más de 250 vehículos despojados, desde Escuinapa, hasta la frontera con Sonora.
Este jueves 29 de agosto de 2024, lo registrado en Culiacán fue un enfrentamiento en Paredones al norte de Culiacán, dos militares heridos en una volcadura, cuatro vehículos incendiados, un bloqueo y ponchallantas en la zona, sin detenidos, heridos ni abatidos.
Sin embargo, tras el enfrentamiento y los vehículos incendiados, se difundieron versiones de que llegaría a la zona urbana de Culiacán.
E incluso, se llegó a hablar de que los actos de violencia podría extenderse hacia otras partes de Sinaloa.
Era jueves, como otros jueves de Sinaloa que se han quedado en la memoria de los sinaloenses por los hechos de violencia sobre los que aún se sigue lidiando por los temores que genera.
Y en cuanto se pudo, algunos sectores de Culiacán se vaciaron de vehículos y peatones, negocios cerraron sus puertas y se fueron a un lugar seguro. Otros, aguardaron a que el servicio de transporte público reanudara sus operaciones.
Fue hasta que llegaron los comunicados de las autoridades en que la incertidumbre empezó a diluirse y la población regresara a la normalidad, aunque en redes, había quien insistía en llamar “culiacanazo” a un evento que no fue.