Celebran 7 años de comedor comunitario del Carmen; nunca ha faltado un plato de comida, asegura sacerdote
En Culiacán, el templo de Nuestra Señora del Carmen acondicionó una parte de su patio como cocina, con mesas y bancas, para comenzar a elevar de nivel su compromiso social con la comunidad, entregando desayunos calientes a personas en situación de calle.
El pasado 17 de mayo cumplieron siete años de servir unos 200 desayunos para quien lo necesite y desde la Semana Santa reciente, volvió a evolucionar con la entrega de unos 300 platillos de comida para mediodía.
“El 17 de mayo cumplimos siete años dando desayunos a los indigentes; resaltar la cuestión de las voluntarias, las señoras que vienen desde las seis de la mañana, porque aquí cocinamos, no damos cosas hechas, aquí cocinamos un promedio de 200 desayunos diariamente y 300 comidas. Ahora damos comida, antes eran puros desayunos”, señaló el padre Miguel Ángel Soto Gaxiola.
Desde la mañana de este miércoles, Sandra, Patricia, Rosalina, Albita, Eugenia, Lupita y Lolis prepararon salchicha con huevo, frijol, café y pastel como postre para repartir por la mañana; al mediodía el mismo grupo preparó machaca con papas para repartir también con frijol y agua de horchata.
También prepararon cochinita pibil para hacer tortas que repartirían en el festejo de Joel, un niño de 9 años que les ayuda en el comedor y decidió celebrar la fiesta de cumpleaños ahí mismo.
Soto Gaxiola recuerda que la idea del comedor salió del consejo de la iglesia, después de reflexionar que a sus 70 años, el templo debía realizar una obra social.
“Ya dábamos pláticas, dábamos catecismo, dábamos misa, pero obra social, para ayudar a los más necesitados no había, decidimos abrir el desayuno para indigentes, gracias a todos los feligreses, agricultores, empresarios, particulares, nunca nos ha hecho falta comida, siempre hemos tenido comida para todos”, dijo.
“Nunca nos ha faltado un plato de comida para la gente, entonces llegamos a siete años gracias a la generosidad de la gente y a los voluntarios que son clave”.
El equipo de voluntarios está conformado por 22 mujeres y cuatro hombres, que se turnan por días y por equipos.
Personas como David, el papá de Joel, comenzaron a acudir a ayudar como agradecimiento después de ser recibidos y fortalecer su fe.
“Aquí entregamos desayuno, se ponen mesas y aquí desayunamos, y la comida es para llevar; reciben su comida, su agua, y salen”, recalca el padre Miguel Ángel.