¿Se acaban los pactos y acuerdos?

    Parece que se ha acabado la nefasta política de ‘abrazos no balazos’.

    En México se critica que las autoridades de Estados Unidos realizan “pactos” con delincuentes confesos o en proceso judicial, con tal de que denuncien y proporcionen información sobre las actividades delictivas de otros acusados, cuyas denuncias se utilizan como “pruebas” condenatorias, con lo cual abrevian los juicios y obtienen condenas con mayor rapidez y certeza, todo a cambio de conceder al denunciante el carácter de “testigo protegido” o una menor condena. Eso sucedió en el juicio contra Genaro García Luna que prácticamente fue juzgado y sentenciado con las declaraciones de delincuentes, algunos de los cuales fueron perseguidos y aprehendidos durante la gestión de García Luna en el Gobierno mexicano; así también se está llevando a cabo este “mecanismo” judicial en el caso del recientemente aprehendido, “El Mayo” Zambada, en cuyo juicio han estado declarando los hijos de “El Chapo”, Ovidio Guzmán López “El Ratón” y Joaquín Guzmán López, proporcionando información contra “El Mayo”, a cambio de un mejor trato y reducción de condenas de sus propios delitos.

    Lo anterior indica que se acabó el pacto entre “El Chapo” Guzmán y “El Mayo” Zambada, tanto por la traición de su secuestro y entrega a las autoridades norteamericanas, como por las confesiones y acusaciones de “Los Chapitos” en los tribunales; las consecuencias han sido una guerra implacable entre los dos grupos y con choques constantes con el Ejército en Sinaloa.

    Otra consecuencia de esta guerra entre narcos es que parece que se ha acabado la nefasta política de “abrazos no balazos”, que ha permitido a las bandas fortalecer sus posiciones con más gente, más armas, más contrabando de estupefacientes y más territorio controlado. Ese “pacto” se acabó, ya no existe la “protección oficial” a “El Mayo” y su gente, pues en las últimas ocho semanas el Ejército ha abatido a 46 delincuentes y detenido a 100 más, y han incrementado el patrullaje por calles y rancherías, dispuestos a disparar. Así, “el mes de octubre ha sido el octubre más violento de la historia”.

    Prácticamente se acaba o se debilita el pacto o los acuerdos entre Estados Unidos y México para el combate a la producción y exportación de drogas, principalmente fentanilo, pues el Gobierno mexicano se considera “agraviado” por la falta de información de las autoridades norteamericanas, respecto al secuestro y traslado de “El Mayo” Zambada “después de 40 años de evadir su captura”, por la agencia Investigaciones de Seguridad Nacional ((HSI), agencia “con un enorme alcance global”, que fue la que coordinó y acordó con “Los Chapitos” la operación.

    Con el triunfo de Donald Trump como Presidente de Estados Unidos, todos los pactos y acuerdos entre México y Estados Unidos entran “en pausa”, como decía López Obrador, y entre ellos el Tratado de Libre Comercio, mismo que sería revisado en 2026 con ciertas restricciones para México; ahora con Trump, Estados Unidos impondrá más y mayores condiciones negativas a México.

    Los “pactos” con los cárteles y los acuerdos formales o informales sobre el narcotráfico y el Tratado Comercial están en entredicho; habría que agregar el problema de los migrantes, no sólo los que pasan por México, sino también los miles de migrantes mexicanos que no dejan de cruzar la frontera, los muros y el desierto, en busca de una vida mejor. Trump prácticamente impondrá a México que acepte convertirse en “país seguro”, en donde se obliga a detener, atender y repatriar a su país de origen a los migrantes o les otorga visa o la nacionalidad mexicana.

    Se debilitan o se modifican otros “acuerdos”, no escritos pero que se consideraban reconocidos y aceptados, son los que hasta antes del régimen de López Obrador se tenían con la Iniciativa Privada sobre el aspecto fiscal, en el que los empresarios podían defenderse en tribunales buscando no pagar o pagar menos, llegándose muchas veces a un acuerdo a satisfacción de las dos partes. Sin embargo, con AMLO se ejerció una especie de extorsión a los grandes contribuyentes amenazándolos con castigos mayores, pérdida de contratos con el Gobierno o los pasan a “la lista negra” en cuanto a otros impuestos. El Fisco “recuperó” así en el sexenio miles de millones de pesos que estaban en litigio de las empresas con el fisco, aumentando bastante la recaudación, pero además, todavía se tienen otros miles de millones en litigios con Hacienda, quien aplica “extorsión” a las empresas bloqueándoles las cuentas bancarias, mientras no se resuelven los juicios o se llega a un acuerdo. Estos son los “nuevos tiempos”.

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    cp_rafaelmorgan@hotmail.com