¿Para qué sirve el periodismo?

    “Mientras el médico construye su ética alrededor de la vida y el abogado en torno a la justicia, el periodista lo hace sobre la base de la verdad. Los demás valores están subordinados a ella”._ Javier Darío Restrepo. El zumbido y el moscardón.
    El periodismo desempeña un papel vital en una sociedad democrática al mantener informados a los ciudadanos y permitirles tomar decisiones informadas. El periodismo investiga y presenta información sobre temas de interés público como política, economía, medio ambiente y justicia social, entre otros. El periodismo actúa como un contrapeso al poder y expone la corrupción, los abusos y las injusticias.

    @isaacarangureconacentoenlae

    A principios del año pasado inicié el Taller de ética periodística de Javier Darío Restrepo, publicado como “El zumbido y el moscardón”, no era mi primer texto de formación periodística pero sí por mucho el más profundo en términos de técnica y el más práctico en términos de trabajo y su aplicación, fue un regalo y fue uno de esos que tocan profundo. Javier Darío Restrepo tenía una pluma virtuosa además de una autoridad excepcional que se transmite seguramente producto de su experiencia como periodista en la América Latina durante todo el taller. Este taller por cierto, fue iniciativa de otro colombiano que pasó sus últimos años en México, también periodista de formación y con una pluma virtuosa, el Gabo, Gabriel García Márquez. Actualmente su fundación es la encargada de seguir replicando este taller que arrancó por aquel ya no tan cercano mayo de 1995. El propio Restrepo narra en su libro que el Gabo le pidió el taller porque veía “la unión indisoluble de lo ético y lo técnico en esta profesión”, acompañado de la frase que daría el título al taller: “la ética no es una condición ocasional sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón”.

    El taller abre inmediatamente con una sección que se llama “De Quijotes y Utopías”, y es que ¿qué es el periodismo sin ideales? Para Restrepo, está claro que la utopía es una necesidad humana, que partimos y estamos viviendo constantemente en el punto R (realidad) y nos movemos (por las razones que fueren) al punto U (utopía), pero ¿qué pasa cuando la realidad y la utopía se alcanzan?, pues queda construir una nueva utopía, así la ética, así el periodismo. Una vida activa y en constante progreso solo puede ser explicada por un alto nivel de utopía, las utopías nos permiten seguir avanzando. El periodismo, visto desde este punto de vista, no puede, ni debe parar en su nivel exigencia, los tiempos cambian, en periodismo no necesariamente para bien y aquellos que escojan este camino se verán en la necesidad de adaptarse a las nuevas condiciones y construir nuevas medidas éticas para mantener el profesionalismo, la rigurosidad y sobre todo el compromiso con su ideal más alto, la verdad.

    El periodista, entonces, entrega su servicio a la comunidad a través de la información, es mediador entre los hechos y los lectores, se vuelve un relator de historias, la voz, los oídos y la lengua de la comunidad y es además un testigo activo de la actualidad, en palabras de Jesús de Martín-Barbero rescatadas por Restrepo dice:

    “El intermediario establece relaciones entre creadores y públicos, entre políticos y electores, o entre gobernantes y gobernados. Las relaciones que propone no son de uso, de apropiación o de goce, sino de obediencia, reverencia y culto. El mediador en cambio, se sabe socialmente necesario; busca la participación de la gente en la historia común. Descentra la cultura, la política y la economía; activa la capacidad de la gente para analizar, criticar y proponer”.

    Restrepo pone en el lugar más alto los ideales del periodista, lo hace sentir muy parecido a un Quijote cuya utopía es cambiar el mundo y la historia con el arma de las palabras y la bandera de la verdad, encumbra la ética y define los valores que la acompañan, mismos que se subordinan siempre ante la verdad. Pero ¿para qué sirve el buen periodismo? ¿A quién le sirven los buenos periodistas?

    En primer lugar, el periodismo desempeña un papel vital en una sociedad democrática al mantener informados a los ciudadanos y permitirles tomar decisiones informadas. El periodismo investiga y presenta información sobre temas de interés público como política, economía, medio ambiente y justicia social, entre otros. El periodismo actúa como un contrapeso al poder y expone la corrupción, los abusos y las injusticias.

    Los periodistas son responsables de mantener a los gobiernos y otras instituciones en su lugar, al proporcionar una cobertura objetiva y crítica.

    El periodismo conecta a las personas al proporcionar una plataforma para el intercambio de ideas y opiniones. A través de él, las comunidades pueden entenderse mejor y encontrar soluciones a los desafíos que enfrentan.

    En resumen, sin periodismo no existe una sociedad democrática, ya que promueve la transparencia, la rendición de cuentas y el debate informado. Ayuda a mantenernos como ciudadanos informados, capacitados y a fomentar un diálogo constructivo sobre los problemas que enfrenta nuestra sociedad. Sostiene búsquedas necesarias para tener una sociedad más justa, por eso no renunciemos al periodismo. No dejemos que muera el buen periodismo.

    El buen periodista sirve a la verdad y la verdad te sirve a ti.

    En ese sentido, no me queda más que dar las gracias y reconocer a Noroeste por mantenerse estos 50 años en pie de lucha, a todos los reporteros, periodistas y áreas de apoyo que lo han hecho posible; a sus directores, sus fundadores, sus socios comerciales y, lo más importante, a sus lectores y suscriptores. Que siga el periodismo para rato.

    A seguir leyendo, que cada vez se hace menos y se necesita más.

    Como cada semana, gracias por leer hasta aquí, nos leemos pronto.

    Es cuánto.