Educar para la paz

    Educar para la paz debe ser una tarea fundamental y permanente. La negociación y resolución de conflictos debe comenzar a desarrollarse desde temprana edad en el hogar, espacios de convivencia, juegos y aulas. Si no queremos que las cosas se resuelvan por autoridad y a la fuerza, es necesario educar en la comunión, participación, diversidad, cooperación, templanza y tolerancia.

    A todos nos preocupa la guerra que se ha suscitado entre Rusia y Ucrania, así como los permanentes conflictos en los países del Medio Oriente. Sin embargo, esas bélicas manifestaciones son tan sólo la punta de la madeja, el conflicto que llegó al punto de ebullición y sobrevino la gran erupción.

    En efecto, todos los grandes enfrentamientos tienen su origen soterrado en continuas y cotidianas diferencias, agresiones o violencias que se suscitan en el seno de las familias, escuelas, comunidades y centros de trabajo. Los odios, envidias, avaricias y resentimientos se van incubando lenta y progresivamente. El veneno inoculado aflorará y manifestará tarde que temprano. La Biblia señala que el primer homicidio se dio entre hermanos.

    Por tal motivo, educar para la paz debe ser una tarea fundamental y permanente. La negociación y resolución de conflictos debe comenzar a desarrollarse desde temprana edad en el hogar, espacios de convivencia, juegos y aulas. Si no queremos que las cosas se resuelvan por autoridad y a la fuerza, es necesario educar en la comunión, participación, diversidad, cooperación, templanza y tolerancia.

    La educación en valores debe ser una labor central e impostergable: paz, justicia, libertad, respeto, solidaridad, entre otros. Hoy se habla mucho de educar en competencias (habilidades), pero muchas veces se comprenden como rivalidades que propician sobresalir a través del egoísmo; no obstante, se puede competir en buena lid. Por otra parte, el término también debe entenderse como educar en lo que te compete y corresponde.

    María Montessori dijo hace mucho: “Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz. La gente educa para competir y este es el principio de cualquier guerra. Cuando eduquemos para cooperar y ser solidarios unos con otros, ese día estaremos educando para la paz”.

    ¿Educo para la paz?