El tema sobre templanza y sobriedad lo he tocado muchas veces, pero como siempre digo, necesitamos aprovechar las circunstancias que va poniendo la vida y el día a día, y esa circunstancia hoy es la pandemia que no tiene para cuándo terminar.
En todos los hogares nos vemos enfrentados a ver cómo mantener la familia, se está dificultando, porque suben precios y no sueldos al mismo ritmo, muchas personas sin trabajo o con sueldos más bajos, las cosas no se presentan muy de animarnos, pero esto es con lo que tenemos que arar.
Esa austeridad que nos tienen tan cacareada es parte de estas virtudes, solo que la traen tan manoseada y sacada de lo que debe ser, que es bueno aclarar los términos y por eso regreso al tema, cuando se usan mal las palabras, pues emborucan y es el mal del siglo no tener claros los términos y aplaudir o seguir otros caminos que no tienen que ver con la palabra o que se usan a comodidad y conveniencia de quien las usa.
Primero, aclarar en qué consisten, sobriedad: es prescindir de lo que no es necesario y justo, es decir, los antojos sí los necesitamos algunas veces, pero no todo el día, todos los días, comer necesitamos, pero no excedernos ni con la bebida ni con nada, porque corremos el riesgo de terminar con muchos vicios y sintiéndonos chinches y enfermos.
Templanza: va un poquito más, nos habla de no ser apegados a las cosas, acumuladores, a usar las cosas con cuidado para que duren y no estar necesitando comprarla cada rato, no hacernos necesidades, ni estarnos comparando con los demás que nos falta tener, no desesperarse, ni echar culpas.
Es decir, tener lo que se necesita para el trabajo que se hace, no se trata de ser tacaños, se trata de orden, lo que se necesita se consigue, eso depende del medio en que te mueves.
Unos necesitan ropa formal, hay que tenerla de buena clase para que dure, que se pueda combinar para no parecer retrato, ni aburrirnos, a menos que sea uniforme. Es decir, lo que se necesita es lo que se tiene.
Pensemos en nuestro clóset, habrá algo que compramos y no usamos, muchas cosas las adquirimos porque nos gustó y luego no encontramos uso, en la cocina seguro que hay, hay quien compra para salir de la depre.
Estas virtudes puedo asegurarles que no tienen nada que ver con la cantidad de dinero que se tiene, hay personas muy adineradas que son perfectamente sobrias y personas que apenas tienen con qué vivir y gastan como si les sobrara y no cuidan nada.
Cuando nos damos todos los permisos decimos que sí siempre, todo son facilidades, ¡qué padre! Ahí nos vamos y seguimos y ya pescamos más de un vicio y otras tantas enfermedades del cuerpo y de la razón, cuando hemos de decir que no, entonces viene la lucha y no siempre la victoria sino la derrota.
Por lo tanto, debemos acostumbrarnos a decir que no para vencer en la lucha, la templanza nos hace templados como el acero de una espada Samurai, la falta de templanza nos hace como un churro muy sabroso, pero no sirve para hacer palanca cuando hay que apretar y no queremos hijos como churros, que no sirvan para nada, sino que se sepan defender y salir adelante en sus vidas. Decir que no, ya es en sí una victoria interna y da satisfacción y paz.
¿Cómo educarlas? Como siempre, se requiere fortaleza y el ejemplo, y promover la libertad, la obediencia ciega sin razonamientos no es virtud, no la queremos, el “porque yo lo digo” sólo será ocasional y circunstancias especiales.
Es más fácil dar las razones, lograr que las entiendan y hagan suyas para que sigan haciéndolo aunque nadie les revise, les cheque, les recuerde.
Entonces, revisando cómo está mi sobriedad y mi templanza, me doy cuenta en que tengo que decir no (demasiado uso de móviles, de bebidas, de comida, de teléfono, de antojos, de comprar).
Y luego con fortaleza decir que no a nuestras apetencias y a los antojos de los hijos de lo que sea, también los chiquitos entienden que papá o mamá o los dos tienen que trabajar muy duro para traer dinero para lo que necesita la familia, qué tienen que pagar, enseñen la lista y si lo gastan en tonterías, no alcanza para lo importante, si pide tantas cosas van a tener que trabajar más tiempo y no podrán estar con él y cuidarlo y jugar.
Es conveniente que tengan que ganarse eso que quieren, cuando les cuesta lo cuidan y aprecian más “en este frasco pondremos tu domingo, cada berrinche, desobediencia, no cumplir con tus tareas en casa, portarse mal con los hermanos etcétera, se quitará una moneda, (es importante que aprendan a cuidar todo lo que hay en casa desde la luz, agua, todo el menaje: muebles. hasta tijeras todo).
Por cumplir con cada cosa se pondrá una moneda por cada una y que esperen, se aguanten, estos tiempos de inmediatez, con un botón, son un reto, es importante que aprendan a esperar y horario para dulces y chatarra, pero no siempre.