Diputados federales, sin riesgo de fallar
Distritos 1, 5 y 7: quien gane es bueno
A reserva de que el cálculo de escenarios cambie, como suele variar por diferentes factores concurrentes, comienza a perfilarse en la intención del voto que las tres senadurías que le corresponden a Sinaloa serán para los morenistas Imelda Castro y Enrique Inzunza, y la priista Paloma Sánchez, pero donde la expectativa ciudadana se muestra dudosa es en las candidaturas a diputaciones federales, sobre todo las que buscan Sergio “El Pío” Esquer y Jesús Ibarra en el distrito quinto; Merary Villegas y Noé Heredia en el séptimo, y Graciela Domínguez Nava y Juan Alfonso Mejía en el primero.
En la lid por tres escaños senatoriales, sin dar nada por hecho, nadie prevé cambios bruscos en el probable comportamiento del sufragio y resalta también la actitud de los candidatos de las dos principales coaliciones, Sigamos Haciendo Historia y Fuerza y Corazón por México, que van con la propuesta en ristre sin entrarle los opositores Paloma Sánchez y Eduardo Ortiz a guerras sucias que pervierten el nivel de la contienda.
En la carrera hacia las curules de San Lázaro destacan estas campañas a todo pulmón que sin distractores de naturaleza lodosa se centran en convencer a los votantes con ideas frescas, proselitismo a ras del suelo y perfiles limpios al grado de que los electores aventuran que cualquier de ellos tendrá un buen desempeño en el Legislativo federal. Es el ejercicio fiable de la política, desprovisto de colas ocultas tras apetitos de poder.
En Culiacán se están notando en el Distrito 5 dos campañas que sobresalen en materia de efectividad política. Son la del “Pio” Esquer, por la alianza opositora, que representa la oportunidad de que el sector agrícola tenga a un tenaz defensor en el Congreso de la Unión y los sinaloenses cuenten con un ciudadano que les gestione el acceso a modelos de desarrollo fincados en oportunidades y no en dádivas ni ocurrencias, y la de Jesús Ibarra, del partido en el gobierno, al que se le percibe nada atenido a ganar la elección con el voto tractor que aporte el Presidente López Obrador, pues el activismo que efectúa cara a cara es evidente a todas horas en cualquier crucero de Culiacán.
En el otro Distrito de Culiacán, el 7, Merary Villegas va por el refrendo de la curul federal que obtuvo en la elección de 2021, diciéndose segura de que el sufragio la ratificará allí. A pesar de que la tómbola morenista la puso en el lugar 15 de las diputaciones plurinominales, realiza una labor por tierra que le apuesta a mantener la confianza de la gente en vez de dejarlo todo a expensas de situaciones providenciales. Aquí mismo Noe Heredia, de Fuerza y Corazón por México, efectúa una de las mejores estrategias de visibilidad y posicionamiento con agendas cargadas en la batalla por el voto sin pizca de claudicación.
En el sur, la actividad política para ganar el Distrito 1 está concentrada en Graciela Domínguez Nava quien, no obstante el respaldo de los gobiernos que encabezan Andrés Manuel López Obrador y Rubén Rocha, gasta suela y suda la camiseta sin confiar del todo en escenarios triunfalistas. Igual Juan Alfonso Mejía, ex director de Mexicanos Primero y ex Secretario de Educación, mantiene un ritmo de campaña y un discurso que prescinde de la agresión al contrincante y le apuesta a fundar soluciones y respuestas a problemáticas y aspiraciones sociales.
Respecto a Ahome, donde la pelea es entre Ana Ayala, por Morena, y Brenda Látigo, de Fuerza y Corazón por México, con campañas de todo por el todo, aparte del tsunami de sufragios que aporte AMLO el veredicto de las urnas está a expensas también del voto de rechazo o respaldo que reciba el candidato a reelegirse como Alcalde, Gerardo Vargas Landeros, y que prenda el todavía alicaído proselitismo de Mingo Vázquez, postulado a Presidente Municipal por PRI, PAN, PRD y PAS.
En resumen, los distritos electorales federales 1, 5 y 7 constituyen una especie de laboratorio que determinará elementos para conocer el avance o atraso democrático en Sinaloa: hay propuestas en los candidatos, los pretensos prescinden de campañas negras, los perfiles que aparecerán en la boleta de votación son de buen nivel y en todos lo que está en juego es la ratificación o desaprobación de Morena. Sea cual sea el resultado habrá un referente de evaluación de los designios ciudadanos al elegir a gobernantes y representantes populares.
Cobra forma en los culiacanenses y mazatlecos la primera certidumbre de que gane quien gane la elección tendrán aceptables diputados federales en la 66 Legislatura de la Cámara de Diputados. Tienen razón por las opciones ciudadanas más que partidistas en las demarcaciones 5, que es el “Pío” Esquer, y en la 1 con Mejía López, que abren posibilidades de avances trascendentes de la fuerza cívica como provocación para que retorne al arbitrio social la toma de las decisiones trascendentales.
Por los atributos observados,
La gente no los ve como sayos,
Sino como excelentes gallos,
A los giros y los colorados.
Ya debió darse cuenta el Partido del Trabajo el tipo de alacrán que se echó encima con la candidatura al Senado de Jesús Estrada Ferreiro, que le está creando conflictos internos que complican el de por sí dificultoso escenario electoral petista en Sinaloa. Y aquí sí, con eso de que el ex Alcalde de Culiacán quiere hasta definir las postulaciones en el partido donde es arrimado y no líder encaja a la perfección la sentencia popular que dice que no tiene la culpa el indio sino quien lo hizo compadre. De no meterlo en cintura Leobardo Alcántara, el de Culiacancito va a terminar borrando al PT de la constelación partidista estatal.
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