Candidatos y partidos que quitan el sueño
Campañas de medianoche, absurdo táctico
A las campañas políticas que iniciaron el primer minuto de hoy en Sinaloa en los casos de candidatos al Senado de la República y Cámara de Diputados, les viene como anillo al dedo la adaptación cómoda del proverbio bíblico traducido a conveniencia como “al que madruga, Dios lo ayuda”, pues tal apoyo providencial estará sujeto a que la alianza Fuerza y Corazón por Sinaloa logre esconder la denominación de los partidos que la integran y los de la coalición Sigamos haciendo historia se tatúen en la frente las siglas del Movimiento Regeneración Nacional.
De lo contrario, ninguna deidad podrá alterar el desenlace al que apunta la jornada de votación del 2 de junio si los ciudadanos son capaces de detectar que a la Oposición la integran los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y Sinaloense, y que en el bloque de la Cuarta Transformación a Morena lo acompañan los del Trabajo y el Verde Ecologista de México. Nada ni nadie pasará desapercibido, no ahora que los electores son expertos en desenmascarar las propuestas.
La sabiduría popular lo traduce en que “hay que ser cochi, pero no tan trompudo”, aunque el sentido común establece que aquello que no se transforma al mismo ritmo que evoluciona la sociedad está predestinado a la intrascendencia. Y la metamorfosis debe ser en serio debido a que la inteligencia social ya es a prueba de disimulos y encubrimientos; quien insista en permanecer en la miopía desde la cual le ve la cara de tonto al pueblo, que antes adquiera el espejo para que vea la estulticia del sí mismo.
En principio es una tontería iniciar el proselitismo en la madrugada que es cuando la gente duerme, la delincuencia se mueve y la noche exige respeto. De entrada da la percepción de jornadas que nacen en la oscuridad y continuarán en las tinieblas. Constituye una falta de respeto al simpatizante, ya sea afiliado al partido o adherente, cuyo reposo nocturno le ayuda a estar en plenitud de sentidos al día siguiente porque a los ciudadanos se les necesita despiertos.
Luego viene de día la pregunta al ver a los activistas de partidos y candidatos disputando los cruceros, si éstos les tienen tanto amor a los pretensos como para realizar gratis el trabajo de promoción política. O todavía peor, ¿sufren de algún daño mental que los hace olvidar los agravios de siglas y personajes que durante décadas abrieron tantas heridas que apenas son cicatrices y cualquier rasguño ocasiona que vuelvan a sangrar? ¿Cuál es padecimiento crónico que los convierte en promoventes de sujetos con largas colas como héroes de desplegadas capas?
El desasosiego público es también por el concurso de perfiles que en un lado pareciera un cartel de “se busca” a reincidentes enemigos públicos, y en otro la boleta electoral es el catálogo de funcionarios y legisladores que tuvieron la oportunidad de servirles a los sinaloenses y acabaron sirviéndose ellos en el bufet de la ineficacia, con refill incluido. ¿Y si por madrugar ellos Dios decidiera mejor apiadarse de los que pernoctaron en casa?
La víspera del inicio de campañas debió ser la noche de los mil y un demonios. Imaginemos a los priistas, pasistas y panistas esbozando cómo ganarle una elección al adversario al que la tendencia del voto le da una ventaja de 2 a 1. Igual conjeturemos a la fuerza política dominante, la de Morena y cofrades, trazando rutas por donde no los alcance mucho el lodo que los contrincantes les lanzarán por toneladas. En los dos casos el juego limpio se tornó entelequia; no hay victoria electoral posible sin tener que atravesar los campos de batalla de la guerra sucia.
Quizá por eso los partidos y pretensos decidieron empezar hablándoles a sufragantes somnolientos que escucharon los murmullos imperceptibles del inicio de hostilidades y que el subconsciente usó para elucubrar alguna pesadilla. Allá, en la vía pública, trasnochadores con ángeles y demonios cuchicheándoles al odio; acá, en las habitaciones del hogar, sueños premonitorios de la madre de todas las batallas en la lucha por el poder. Pobres ciudades, pobres habitantes, cuando el trueno nocturno les anuncia la víspera de tormentas intensas donde la civilidad, tolerancia y cultura cívica acabarán siendo los principales damnificados.
Nomás hay dos opciones. En una de las ofertas políticas la apuesta es por al voto no razonado, exento de sufragantes que quieran saber qué hay detrás de la mezcla ideológica que se les vende y poco indaguen de tufos o sentinas; en la otra la papeleta electoral adquiere la función de carta bajo la manga, automáticamente cruzada por amlovers y beneficiarios de programas sociales que con bastante anticipación decidieron votar por ya sabemos quién.
Por tales razones vale la puntualidad del aviso del alto costo que significa el hecho de votar a ciegas, adormilados o deslumbrados. De antemano hay que saber que no hay marcha atrás una vez que los candidatos reciban mayoría y, entonces sí, se olvidan de promesas y electores. Palo dado ni Dios lo quita.
Ya tienen un primer reproche,
Por arrancar con la anomalía,
De primero arruinarnos el día,
Y ahora también la noche.
Al estar por fin definidas las candidaturas de Morena para las 20 presidencias municipales que se disputaran en las urnas electorales en Sinaloa, lo que sigue es determinar cómo será la operación cicatriz para que los muchos aspirantes a dichos cargos se aglutinen en torno a quienes resultaron nominados. En esta pelea hay alcaldías como las de Mazatlán y Ahome donde la más mínima dispersión es asunto de derrota o victoria. La alianza contrincante se dice empeñada en evitar que la Cuarta Transformación vaya a un día de campo el primer domingo de junio.
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