Si la transición del triunfo de Rubén Rocha el 6 de junio a su toma de posesión el 31 de octubre fue aterciopelada, los primeros días de gobierno están siendo medio rasposos.
Que nos digan los memoriosos, pero no recordamos tantos conflictos políticos simultáneos en varios municipios como los que ahora contemplamos: Guasave, El Fuerte, Cosalá, Mocorito, Escuinapa, y sobre todo, Mazatlán, no son poca cosa.
Lo que sucede en esos municipios nos habla, en gran medida, de que las alianzas electorales entre Morena y el PAS tenían bases muy endebles, y muy pronto están surgiendo los problemas, sin olvidar que el partido-movimiento imaginado y creado por AMLO no parece que vaya a terminar de cuajar, y el PAS sigue dependiendo de un solo hombre.
Ambos partidos, Morena y PAS, son políticamente muy inmaduros. Si bien, a nivel del Gobierno estatal, Rubén Rocha y otros miembros de su Gabinete tienen una amplia experiencia política, en sus municipios sus miembros están más verdes para actuar institucionalmente que un mango a principios de mayo. Pero, además de inexpertos y desconocedores de la vida institucional, son sumamente ambiciosos, quieren todo para ellos.
En Mocorito, nos informa el periodista Oswaldo Villaseñor, Morena le está aplicando al PAS la misma receta que el partido de Melesio Cuén le está aplicando al Químico Benítez:
“Resulta que los regidores de Morena, del PRI, PRD y MC le boicotearon por segunda ocasión la realización de una sesión de Cabildo a la Presidenta Municipal por su inconformidad de sentir que no tomarlos en cuenta para la designación de nombramientos para los cargos de Secretario, Tesorero y Oficial Mayor tal y como lo mandata la ley. La presidenta María Elizalde Ruelas, -esposa del ex Alcalde Guillermo Galindo- dio los nombramientos y se rehúsa a aceptar una negativa para ratificarlos por parte del Cabildo”.
“¿Y qué es lo que quieren los morenistas del gobierno pasista? Lo mismo que le exigió el PAS al Alcalde morenista de Mazatlán. La entrega de posiciones y entre ellas cuando menos una de las tres importantes. De entrada, los morenistas acusan a la Alcaldesa María Elizalde de no respetar ni cumplir los acuerdos signados por la alianza que llevó a Morena como su aliado electoral y que fue indispensable para ganar las elecciones”.
Pero ese no es el único problema en Mocorito, también hay otras irregularidades jurídicas además de compadrazgos. En Mocorito, al igual que en Escuinapa y Rosario, varios nombramientos de los alcaldes del PAS no cumplen con requisitos jurídicos. Por ejemplo, la Oficial Mayor en Mocorito, la Secretaria del Ayuntamiento en Rosario, y funcionarios de primer nivel en Escuinapa, no residen en esos municipios tal y como lo demanda la ley.
Por si fuera poco, ante los serios problemas financieros que enfrentan casi todos los municipios, y más particularmente los aludidos, lo que hacen es adjudicárselos a los gobiernos anteriores, tal y como sucede en El Fuerte, donde el Alcalde morenista y numerosos regidores le piden a la ASE le hagan una auditoría a la anterior Alcaldesa, Nubia Ramos, por concluir que hubo malversación de los recursos municipales.
En Escuinapa, la Alcaldesa Blanca Estela García Sánchez, del PAS, responsabiliza al anterior Alcalde, Soto Grave, de Morena, de una deuda millonaria con la CFE, que puede dejar sin luz eléctrica al municipio.
El conflicto municipal mayor, que sigue escalando, es el mazatleco. El origen de todo reside en un acuerdo electoral apresurado, forzado, inviable entre el PAS, con una presencia mínima entre el electorado, menos del 10 por ciento, con Morena que, gracias, a AMLO, por sí solo tenía el triunfo en su bolsa. Pero, resulta que los morados “siglaron” al Químico, porque éste estaba legalmente invalidado, y por eso quieren los principales cargos de gobierno. En efecto, “El Químico” no fue el gran seductor del electorado, pero el aroma AMLO en Morena sí. En estas condiciones ¿por qué un partido con una mínima presencia y conflictivo quiere la mitad del pastel? Y lo peor es que quiere gobernar desde la Secretaría de Salud.
Obviamente, esta inestabilidad política no corresponde al Gobierno de Sinaloa, pero sin duda sus ondas lo tocan y no deben tenerlo tranquilo. No obstante, lo que sí le ha removido el piso al doctor Rocha Moya es el conflicto laboral de los trabajadores de la salud que se manifestaron en Culiacán, Guasave, Ahome, Salvador Alvarado, El Fuerte, Choix y Escuinapa. Aquí el asunto no parece nada fácil, máxime que el Secretario de Salud está más metido en los conflictos políticos donde cogobierna o gobierna su partido, como es más que notorio en Mazatlán.
El arrollador triunfo que obtuvo Rubén Rocha Moya con Morena y el PAS indicaría que tendría la suficiente legitimidad y fuerza política para iniciar su gestión sin mayores complicaciones, pero no está siendo así porque los problemas financieros de los municipios y del Gobierno estatal son muy grandes. Por si fuera poco, los desencuentros políticos del PAS y Morena también, tal y como algunos previmos.
Vamos a ver si la alianza Morena-PAS en el Congreso funciona, al igual que en el Gobierno estatal, porque en los municipios, por lo pronto, no están siendo nada amistosos.
Sinaloa tiene gente de enorme talento y valía, si no, volteen a ver a sus deportistas, artistas y científicos, pero los partidos políticos no corresponden a esas alturas.