No se necesita ser adivino para pronosticar que Morena perderá las elecciones para las alcaldías en los tres principales municipios de Sinaloa.
Sus candidatos, ‘El Químico’ Benítez, en Mazatlán, Estrada Ferreiro, en Culiacán, y Gerardo Vargas, en Ahome, no tan solo cargan un enorme desprestigio en la ciudadanía, sino también, fomentan profundas divisiones en Morena. Y, por si fuera poco, a lo anterior habría que sumar el lastre que les arroja el PAS.
Nadie les cree a las cúpulas de Morena, vamos ni los más convencidos de sus militantes, que sus candidatos se eligieron mediante encuestas, porque si lo hubiesen hecho los tres agrios mosqueteros habrían sido los últimos en la medición.
Es evidente que el trío logró las candidaturas a base de las más torcidas y oscuras negociaciones, y no pocos chantajes, con un puñado de burócratas de ese partido, el Senador Rocha y su equipo compacto. Es más: suena a inverosímil que el candidato de Morena a Gobernador los haya propuesto, porque de haber sido así ya estaríamos dudando seriamente de la experiencia política del Dr. Rocha Moya. Lo que sí es cierto, es que en las negociaciones lo vencieron, y eso demostraría no inexperiencia, pero sí debilidad política, tal y como lo evidenció en los acuerdos con el PAS.
Guillermo Benítez y Estrada Ferreiro demostraron con feroz insistencia que son pésimos administradores públicos, pero determinados amantes del erario público. Vargas Landeros ha demostrado que su única convicción es el poder a toda costa y con quien se deje.
Los tres son inocultablemente autoritarios y cortos de ideas, pero suficientemente hábiles para doblegar, con la ayuda de sus padrinos dentro y fuera de Morena a quienes se les hayan puesto enfrente. El ejemplo más claro, de estas tres derrotas de Rocha Moya es que Graciela Domínguez, una de las militantes más capaces del equipo compacto rochista, fue groseramente marginada en Culiacán, aunque dirige su inconformidad y crítica hacia Vargas Landeros. ¿De qué tamaños serán los poderes superpuestos al Dr. Rocha que eliminó a una experimentada e inteligente mujer que le demostró incondicionalidad?
Pero, si el trío ha maniobrado lo necesario para sacar adelante sus candidaturas dentro de Morena, los votantes de los tres municipios han demostrado suficiente madurez en el pasado para concluir que volverán a recurrir a ella para impedir que sigan dañando el interés público.
Nadie desconoce, aunque Benítez y Estrada digan que fue por sus méritos, que fue la corriente arrasadora de AMLO quien los hizo alcaldes en 2018. Pero una vez que ya se conoció su incapacidad para gobernar, las mayorías ciudadanas los rechazarán. En esta ocasión ni el Peje los podrá salvar. Vargas llegó tarde a los regalos amloístas porque en 2021 el milagro pejista no se repetirá en los tres municipios más poblados y económicamente más fuertes de Sinaloa.
Mas, no todo ha sido responsabilidad de los burócratas centralistas de Morena, porque el Dr. Rocha Moya ha demostrado una flaqueza prematura para negociar con tres candidatos que no quería, y con el PAS, al que sí quería, pero que le impuso una cuota de poder imposible de creer y aceptar en la preprimaria de la política.
A diferencia de López Obrador que pactó con el PES y el Verde, distantes ideológicamente de Morena, pero que los hegemonizó tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, Rocha Moya ha cedido espacios políticos importantísimos y de un tamaño muy superior a lo que ofrecen el PAS y Vargas Landeros. Y no tan solo le cedió al PAS el treinta por ciento de las candidaturas a las curules locales y de las propuestas electorales para las alcaldías, sino que ha permitido que, en los hechos, Melesio Cuén aparezca como su vocero y coordinador de campaña; y, por si fuera poco, figure más en los medios de comunicación que el mismo candidato a la Gubernatura. Es muy sabido que al dueño de la UAS-PAS le fascinan el protagonismo y las cámaras, pero Rocha Moya se ha dejado opacar.
Ahora bien, la crisis por la que está pasando Morena no es exclusiva de Sinaloa sino de las quince entidades donde va a haber comicios, lo cual hablaría de un partido desarticulado y sin participación de sus bases, situación que es aprovechada por pequeñísimos grupos de interés, como sucede en nuestro estado, para decidir arbitrariamente qué alianzas se establecen y qué candidatos se proponen.
Esta exclusión de sus bases ha llevado a gran parte de ellas a rebelarse en todas partes y a buscar participación política en otros partidos, como ya sucede en varios municipios de Sinaloa. Pero lo peor de esta crisis política morenista es que ha dejado fuera de las candidaturas a sus representantes más dignas y dignos, a la vez que más populares, tal y como lo vemos en Ahome, Culiacán, Mazatlán y San Ignacio, por lo menos.
Así pues, en este escenario, es lógico preguntarse hasta dónde afectará a la candidatura de Rubén Rocha Moya la inevitable derrota de sus candidatos a alcaldes en Ahome, Culiacán, Mazatlán y San Ignacio, y quién sabe cuántos municipios más. En las redes los morenistas expresan dos posiciones ante el candidato a Gobernador: los que no votarán por los candidatos locales, pero sí lo harán por Rocha Moya; y los que declaran que no votarán ni por ex Rector ni por los candidatos impuestos en los municipios.
Si lo anterior sucede al interior de Morena, entre la ciudadanía no partidaria la situación es más grave porque el rechazo a Cuén y el PAS se ha ido extendiendo cada vez más.
Ante tantos errores políticos uno creería que Morena busca afanosamente la derrota.
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