|
Violencia

Sinaloa supera los 1,000 asesinatos por Ola de Violencia

Tras 194 días de conflictos por disputas al interior del Cártel de Sinaloa, el promedio diario de homicidios alcanza los 5.2 casos

Con los cuatro asesinatos registrados la mañana de este viernes 21 de marzo en el túnel del Cerro Santa Lucía de la autopista Mazatlán-Durango, en el municipio de Concordia, Sinaloa superó los mil asesinatos desde que la Ola de Violencia se desató en el estado el pasado 9 de septiembre por la disputa entre las facciones de Los Guzmán y los Zambada en Culiacán y otros municipios del centro y sur del estado.

En los 194 días transcurridos del lunes 9 de septiembre de 2024 al viernes 21 de marzo de 2025, Sinaloa acumula mil 003 asesinatos, para un promedio de 5.2 diarios.

Además, se han registrado 3 mil 757 vehículos robados, mil 144 personas privadas de la libertad según las fichas de búsqueda, 942 personas detenidas y 69 personas abatidas por las Fuerzas Armadas en diversos enfrentamientos.

A pesar del millar de homicidios acumulados, este delito alcanzó su pico más alto en octubre de 2024 con 188; y desde entonces ha mantenido una tendencia descendente al registrar 175 en Noviembre, 163 en Diciembre, 142 en Enero, 124 en Febrero y en lo que va de marzo van 86 casos.

En promedio, la tasa de reducción de los homicidios en Sinaloa de octubre de 2024 a febrero de 2025 es de -7.47 por ciento mensual. De hecho, de mantenerse el promedio diario actual, marzo del 2025 podría concluir con 127 homicidios.


La Tercera Guerra del Cártel de Sinaloa

La disputa entre los Guzmán y los Zambada tras el secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada en Huertos del Pedregal el pasado 25 de julio, constituye la tercera guerra intestina del Cártel de Sinaloa en lo que va de este siglo, registrándose primero la de la facción de los Beltrán Leyva en 2008 y luego la de Dámaso López en 2016.

Pero a diferencia de las anteriores, esta disputa entre “Los Chapitos”, como se conoce a los hijos de Joaquín Guzmán Loera, y la facción de “El Mayito Flaco”, hijo de Zambada, ha incluido otras dinámicas violentas que van más allá de los asesinatos, tales como la privaciones de la libertad, la violencia patrimonial contra viviendas y negocios, acciones de narco-terrorismo como el uso de explosivos lanzados por drones, ponchallantas y bloqueos de vialidades con vehículos incendiados, además de la propaganda criminal en redes sociales.