Malecón

MALECÓN
16/10/2024
Por cierto, después de cinco semanas de crisis de seguridad, al fin fue visto en las calles Sergio Leyva, Secretario de Seguridad y Tránsito Municipal de Culiacán, y fue para no dar declaraciones ni hablar de la corporación que lidera.

La capital pidiendo auxilio a los demás

Quizá suene algo “culichicentrista”, pero cómo hemos de estar los culiacanenses en medio de esta ola de inseguridad, que ya tiene más de un mes, como para siquiera pensar en que se necesita ayuda de los demás municipios de Sinaloa, que por dimensiones y capacidad de todo tipo, no tienen comparación.

El comentario, chusco y medio agrio del Regidor Sadol Osorio Porras, puede entenderse desde el lado político o el ciudadano, y para efectos de esta columna nos quedaremos con el segundo.

Ya estará enterado sobre la situación de la Policía Municipal de Culiacán, que tiene casi un mes desarmada, y aunque luego boletinen que las patrullas ya andan fuera, de poco sirve si los oficiales no cuentan con su equipo completo.

Bueno, pues la famosa revisión a la Licencia Oficial Colectiva de la corporación local no tiene para cuando acabar, sobre todo cuando el Gobernador del Estado ya avisó que irán a hacerse evaluaciones de control y confianza hasta la CDMX.

Aprovechando ese punto, solo queremos subrayar que a los elementos de Navolato, a quienes también les revisaron de forma extraordinaria, no los han convocado para dicho examen en la capital del País.

Retomando lo de las armas y el comentario de Sadol Osorio, puede que sea un dicho con muchas complicaciones legales y difícil, por no decir que imposible en la práctica, pero puede reflejar el pensamiento de más de algún culiacanense.

Porque sí, en estas semanas han llegado a Culiacán efectivos del Ejército y Guardia Nacional como si no hubiera un mañana, o como si vinieran a probar el sushi culichi, pero la percepción de inseguridad entre la raza se mantiene muy latente, y con justa razón.

Después de los cientos de pelotones de las fuerzas federales que han arribado, algunos ya piden hasta ayuda divina, pero con tal de que disminuya y cese esta ola de violencia que nos tiene asfixiados en nuestra propia ciudad.

Y sobre todo, el tema de los delitos del fuero común que tanto lastiman al culiacanense promedio, los robos a locales, de vehículo, a comercios, esos que atiende la Policía Municipal, si tan solo tuviéramos una en funciones.

La policía que sirve a medias

Por cierto, después de cinco semanas de crisis de seguridad, al fin fue visto en las calles Sergio Leyva, Secretario de Seguridad y Tránsito Municipal de Culiacán, y fue para no dar declaraciones ni hablar de la corporación que lidera.

No es nuestra intención ningunear la labor del titular de Seguridad de Culiacán, pero la cosa es que ignoramos a lo que se ha avocado en estos momentos de crisis de inseguridad, pues sus funciones no habían sido transparentadas y menos ha tenido el cuidado de dar una explicación a los medios.

El Municipio tiene desde el 26 de septiembre con una Policía Municipal desarmada, que ha sido criminalizada por la opinión pública pues no se les cree que el desarme obedezca a una inspección de rutina para revisar la Licencia Oficial Colectiva por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, y en todo este tiempo el titular de Seguridad no había salido a dar ninguna declaración que diera certidumbre o hablara bien de la corporación.

El Secretario salió ante medios de comunicación este miércoles para auxiliar a una manifestación de personas buscadoras, que marcharon desde La Lomita hasta la Catedral.

Y es que resulta que las activistas pidieron ante el Instituto de Protección de Periodistas y Activistas que les acompañara personal de seguridad para auxiliar con la vialidad, y pues ni la Policía Municipal, ni estatal, ni Tránsito llegó.

Es vergonzoso para el Gobierno de Culiacán dejar lidiar a personas que buscan a sus desaparecidos con los desesperados y prepotentes automovilistas que no tienen dos dedos de empatía, y echan sus carros con la intención de agredir a manifestantes que buscan a sus familiares. Un acto totalmente falto de una responsabilidad de Estado.

Pues bien, Leyva llegó al cruce del bulevar Francisco I. Madero y avenida Álvaro Obregón para ofrecer protección a las manifestantes, pues aseguró que la corporación no estaba enterada de la manifestación y simplemente las encontraron en un recorrido de rutina.

La verdad es que la actuación para abrirles paso y protegerlas del tráfico fue sumamente eficaz y necesaria, pero alguien está faltando a su chamba pues las manifestantes solicitaron protección y a los policías no les llegó el mensaje.

Desde acá señalamos de nueva cuenta la opacidad, y esperamos que la autoridad se apegue a esta nueva anormalidad de crisis de seguridad en la que es necesario rendir cuenta de sus acciones, que aunque bien intencionadas les toca transparentar.

Las dos caras de García Luna

A propósito de los tiempos que estamos viviendo en Sinaloa, queda claro que nos toca reflexionar sobre nuestra clase política actual, que tiene tal tufo a narcotráfico y que justamente eso es una de las razones por las que sufrimos de esta manera una guerra interna de un Cártel de Sinaloa y el hecho que haya personajes conocidos de la política asesinados y otros muy embarrados.

Ayer, el juez Brian Cogan, en la Corte de Brooklyn, en Nueva York, le dio un discurso a Genaro García Luna, ex Secretario de Seguridad Pública federal en México, antes de condenarlo a 38 años de prisión.

“Usted tiene una doble vida. Usted vestirá muy elegante. Usted podrá decir que respeta la ley. Y seguro lo cree, pero su conducta es la misma que la del Chapo (Guzmán)”, le dijo Cogan a García Luna.

En el discurso, que duró más de 15 minutos, el juez también le dijo a García Luna que su caso, en realidad, no es tan distinto al de otros que ha visto en la Corte.

“Hay personas que pueden vestir muy bien. Tener muy buenos modales. Pero eso no implica que al mismo tiempo sean capaces de hacer cosas horribles”, agregó.

“Usted dice aquí que tiene más de 30 premios... algunos dicen que fue Policía del Año. Pero señor, esto no hace más que confirmar que esa es solo una de sus dos vidas. Es su cortina de humo. Es lo que aprovechó para facilitar todos los otros crímenes horribles...”.

También le señaló que le cree cuando dice que respeta la ley, que incluso si le hubieran puesto el polígrafo pasaría el examen.

“Porque usted mismo se ha creído su historia. Pero es una de sus dos caras. La otra, la responsable de los delitos, existe”, recalcó.

Durante su estancia en la prisión de Brooklyn, García Luna y su abogado enviaron una carta en la que presumió haber dado clases, haberse ganado la amistad y confianza de otros internos y hasta de los guardias. “Todo eso es cierto...”, le dijo el juez a García Luna, pero le recordó que ni él ni su defensa desmintieron que intentó sobornar a internos para que declararan a su favor.

“Y está es otra confirmación de su doble vida señor. Usted es esas dos personas, pero las cosas horribles que hace son las que lo condenan”, sentenció el juez.

Como en el caso de García Luna, en Sinaloa tenemos, sin duda, una clase política que tiene doble cara y que son responsables de muchas cosas horribles que han pasado y que van a pasar.

Malecón es columna institucional de esta casa editorial

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