Como todo periodo vacacional, la alta afluencia de vehículos en carreteras y la gran cantidad de personas paseando siempre hay consecuencias funestas. Hubo varios fallecimientos y lesionados en accidentes carreteros, algunos de ellos motociclistas. Además en Choix hubo dos muertes de jóvenes en suertes de caballos.

    Saliendo de Semana Santa

    Con un saldo relativamente blanco terminó la Semana Santa.

    Y decimos relativamente blanco porque aunque efectivamente no estuvimos exentos de fallecimientos en accidentes, al menos lo que se presagiaba medio negro no resultó tal, afortunadamente.

    Y es que aunque en Culiacán días previos a Semana Santa se dio la escandalosa privación de la libertad de 66 personas, las cosas se fueron calmando ya entrado el periodo vacacional.

    Lo mismo en Mazatlán, luego del relajo con el tema del ruido, y de que poco antes había habido cuatro ahogados en el mar, al menos sólo tuvimos la saturación del puerto y la tocadera de bandas.

    Sin embargo, como todo periodo vacacional, la alta afluencia de vehículos en carreteras y la gran cantidad de personas paseando siempre hay consecuencias funestas.

    Hubo varios fallecimientos y lesionados en accidentes carreteros, algunos de ellos motociclistas. Además en Choix hubo dos muertes de jóvenes en suertes de caballos.

    En Guasave sí se ahogó uno en un canal.

    Y en Mazatlán, pues al fin puerto lleno, sí hubo decenas de accidentes en la ciudad que por fortuna no dejaron pérdidas humanas, pero ya ayer domingo por la tarde sí hubo un choque carretero con dos víctimas mortales.

    Por supuesto que no podían faltar rescates de personas en el mar, picados por mantarrayas y hasta niños perdidos en la zona de playa, que por fortuna pudieron ubicar de nuevo con sus familias.

    Así el saldo hasta ayer domingo de esta primera parte del periodo vacacional. Aún nos queda un buen trecho.

    Accidentes de todos modos manchan operativo

    En términos pragmáticos, el operativo de Semana Santa en Sinaloa ha funcionado en cuanto al cuidado que se le ha dado a la gente que ha asistido a los diferentes balnearios y playas de la entidad.

    Hasta ahora, los cuerpos de auxilio han respondido a tiempo y poniendo a salvo a quienes han estado en riesgo cuando se encontraban ya sea en el mar o en ríos.

    También, han dado el auxilio en la atención de menores que se extraviaron mientras se encontraba en alguno de los sitios de esparcimiento, poniéndolos bajo resguardo y ayudando a localizar a sus tutores.

    Sin embargo, fuera de esos lugares es donde han ocurrido incidentes donde lamentablemente han ocurrido decesos.

    Ha habido accidentes carreteros en diferentes puntos de la entidad, con choques, atropellamientos y volcaduras. Y también, el incidente que ya mencionamos en una carrera de caballos.

    Es lamentable que estos casos se hayan presentado en este período vacacional, pues a veces resultan inevitables porque obedecen a varios factores que están fuera de control.

    Ojalá que en lo que resta del período vacacional escolar, en la Semana de Pascua, las cosas funcionen bien y no haya incidentes que sumen las cifras de muertes en estas vacaciones.

    Y la banda, toque y toque

    Y tras el desastroso intento de regular la contaminación auditiva en la zona turística de Mazatlán, finalmente las bandas hicieron lo que les dio la gana, y la dizque campaña del sector empresarial terminó en un pitorreo con el Neto Coppel cantando con Eduin Caz, del grupo Firme, y accediendo a que las bandas siguieran en las playas mazatlecas.

    Como bien dicen las redes, como si fuera el dueño de Mazatlán y como si Eduin fuera de Mazatlán. Claro que en las redes la gente se toma todo literal y muchos ni siquiera entendieron que se trataba de un orquestado manejo de crisis entre el empresario y el cantante, suponemos que para tratar de salir avante de la tunda que le pusieron al Neto a nivel nacional tras el video donde exige frenar el ruido escandaloso de la música en la zona hotelera y el Centro Histórico.

    Y es que lo que podía haber sido un buen intento por tratar de llegar un arreglo entre bandas, transportistas, sector turístico y autoridades se descompuso.

    Para empezar se hizo en la víspera de Semana Santa, la mejor temporada para los músicos, pulmoneros y aurigueros, por el alto flujo de turistas. Por supuesto que no iban a acceder a nada si esto ponía en peligro perder esas estupendas ganancias que seguramente tuvieron en estos días.

    Segundo, el tono de la campaña, que se sintió un tanto agresivo y hasta clasista, despertó el sentido de pertenencia y de defensa de la tradición de miles de personas, no solo mazatlecos, sino sinaloenses en general y por supuesto de todo el País que gustan de la música de banda. Que ahí entra otro factor, la música de banda y en general el llamado regional mexicano, que podría decirse cuyo epicentro está en Mazatlán, nunca había sido tan gustado y tan buscado a nivel nacional e internacional.

    Y tercero, se hizo en época preelectoral, cuando ningún político se va a atrever a tomar acciones que lo afecten a él o a su partido. Y aunque el propio Alcalde de Mazatlán al parecer no va en sí por un cargo de elección popular, por supuesto que hay interés y lo que sí se notó es que todos los aspirantes y desde el Gobierno estatal prefirieron hacer mutis en el asunto, máxime cuando vieron la catástrofe mediática que se hizo a nivel nacional.

    Lo cierto es que este asunto, que para las redes sociales y los medios nacionales podría parecer nuevo, en realidad es un problema añejo para los mazatlecos. Sobre todo para el sector turístico que le tira a un turismo de alta gama, y para los residentes del Centro Histórico y de la zona de playa, que no son pocos.

    El punto es que ahora tenemos un problema desbordado precisamente por el éxito de Mazatlán, tanto en el incremento del flujo de turismo como en lo inmobiliario.

    Es más difícil porque ahora el puerto se encuentra lleno casi todo el año, no como antes, que teníamos pocos días de temporada alta y largos meses del llamado “piojillo”, término del que ahora casi nadie se acuerda.

    Es decir, el asunto de la contaminación auditiva, que no de la presencia de las bandas, es un problema que se agudizó precisamente por el éxito de Mazatlán, y la cuestión de la música, como todo negocio involucrado con el segmento turístico, debe ser regulado para beneficio de todos, no sólo de unos cuantos y de seguir afectando a otra gran parte de la población.

    Ojalá que los trabajos y reuniones de negociación no cesen en este tema, pues los sectores involucrados y las autoridades lo primero que deben entender es que llegar a un acuerdo de beneficio para todos llevará tiempo, meses o incluso años. No se arreglará en un tris, ni mucho menos en un día. Hay trabajo, mucho trabajo por hacer.

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    Malecón es columna institucional de esta casa editorial.

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