La violencia contra las mujeres en Sinaloa se ha convertido en uno de los delitos con más incidencia en el estado; golpes, agresiones físicas, verbales, sicológicas, económicas, laborales, nos llevan a retomar conciencia de que no hemos avanzado lo suficiente en la educación para no violentar a las mujeres.
El sábado en el interior de un motel fue encontrada una mujer que había sido golpeada y agredida sexualmente.
El hecho es condenable y nos espanta la violencia pero también nos asusta por su incidencia. De acuerdo a la Secretaria de las Mujeres, Teresa Guerra, pese a que hay una mayor cultura de denuncia, las agresiones sexuales van al alza, y preocupa el subregistro porque la incidencia es mayor a las denuncias.
Porque para las mujeres que sufren este tipo de agresiones pasan de un infierno a otro.
Las víctimas de violencia deciden no denunciar debido a la constante revictimización que viven durante el proceso.
Ellas, siendo las víctimas, tienen que estar narrando en las diferentes dependencias los hechos, se tienen que someter a revisiones, preguntas, etc.
Para Guerra Ochoa, hay que buscar cómo hacer que las víctimas se sientan acompañadas, apoyadas, pero estos procesos son complicados.
Mucho, quizás se haya avanzando en las leyes, incluso se sabe de todos los días de agresores sexuales e incluso feminicidas que son llevados a proceso y juicio y reciben una condena, pero en los hechos la incidencia sigue aumentando.
Obliga a toda la sociedad a colaborar no solo en cuestiones de autocuidado, sino también en educar desde el hogar para que en verdad se dé paso a una cultura de no violencia contra las mujeres.
Hace apenas unos días nos enteramos de que una mujer fue quemada por su pareja, ahora lo del motel, y las denuncias de violencia intrafamiliar se acumulan y ante esto hay que exigir un basta a las autoridades, pero también hay que ver la manera de cómo ayudar.
La violencia golpea a las mujeres una y otra vez, y esto no puede seguir sucediendo.