Cuando la gente llega a un destino de playa, sobre todo cuando no está familiarizada con ellas, generalmente asume que es seguro introducirse en ella solo por la fama que puede tener uno de esos sitios.
Sin embargo, es común que los accidentes en las playas continúen registrándose ante la falta de una política clara de prevención de parte de las autoridades y de los sectores de servicios.
Aunque haya algunos letreros que anuncian las condiciones del mar, aún no hay suficiente información sobre los riesgos que se generan al introducirse y sobre todo, cuáles son los riesgos que enfrentan.
En Mazatlán, en lo que va del año se han estado registrando muertes, sobre todo de visitantes, que se introducen en diferentes playas donde el oleaje y las corrientes marinas los alejan de la orilla y terminan perdiendo la vida.
Y sí, hay anuncios de los niveles de alerta que prevalecen y se adaptan con las condiciones del día, pero está visto que no todas las personas ponen atención a esas advertencias.
Sí, es responsabilidad de cada uno de tomar las medidas preventivas antes de introducirse a un lugar que no se conoce, como puede ser el mar, pero también, es responsabilidad de quienes administran los sitios turísticos de alertar de manera continua cómo se encuentran las condiciones de las playas para evitar incidentes.
Es cierto que en muchos casos, los accidentes son impredecibles y no habrá forma de evitarlos por las diferentes condiciones que se presentan a su alrededor. Pero lo que sí es cierto es que la incidencia podría reducirse si se tuviera una manera más efectiva para alertar a los bañistas sobre los riesgos de exponer sus vidas.
Lo que ha ocurrido hasta ahora en Mazatlán, tan solo en lo que va del año, debe servir como un llamado urgente a las autoridades para implementar medidas efectivas que reduzcan la cantidad de accidentes. Y también, debe ser un llamado de atención de los bañistas, de la importancia de atender las alertas que se instalan en cada playa. Salvar las vidas está en manos de todos.