No hay empresa más difícil que llegar a reparar los daños cometidos por otros, y peor cuando el responsable fue tu jefe.
Hoy a las 5:00 de la mañana inició el trabajo del Alcalde sustituto de Mazatlán, Édgar Augusto Zataráin González, el hombre que intentará restituir la confianza de la ciudadanía en sus autoridades, después del paso de algo parecido a un huracán político.
Durante sus primeros tres años, el ex Alcalde Luis Guillermo “El Químico” Benítez se colgó de la derrama en obras impulsada por el ex Gobernador Quirino Ordaz Coppel.
Fueron esos tres sus mejores años como Presidente Municipal, cuando se llegó a sentir el mejor Alcalde de México y soñó con la Gubernatura, pero en cuanto se fue Quirino, se quedó desnudo, ya no hubo pretextos para su desastre.
Sin obras que presumir y sin recursos para disfrazar su inoperancia, lo único que quedó de “El Químico” fueron sus viajes sin fin, su gusto por la bebida y su bajeza moral, que lo ha convertido en protagonista de memes, mensajes y bromas porteñas.
A Zataráin González le toca reparar la joya que le sirvieron en bandeja de plata a “El Químico” y que no supo mantener, las calles se abren a pedazos, los parques se caen solos, la ciudad grita por ayuda.
Uno de los reclamos más urgentes viene de la zona más olvidada: del Mazatlán alejado del malecón y la Zona Dorada, ese que tiene años pidiendo que lo vean y que se suponía que la 4T ayudaría. El reto es enorme.
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