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Deporte

Resiembra esperanza el nuevo césped en campo de futbol de La Reforma, Angostura

Aunque con una inversión mínima, de unas decenas de bancas a lo alto, el empastado e iluminación led, la fecha era festiva para todos

LA REFORMA, Angostura._ En honor a la verdad y la justicia, “El Chuta” era el que estaba puesto de portero primero en la portería sur del recién empastado campo deportivo del campo pesquero La Reforma, cuando los organizadores comenzaron a acomodarse para realizar los tiros desde el manchón penal para bautizar el nuevo estadio.

Aunque con una inversión mínima, de unas decenas de bancas a lo alto, el empastado e iluminación led, la fecha era festiva para todos.

Por eso “El Chuta” se “emperró” cuando una pequeña jauría de plebes entre 7 y 12 años se formaron junto a él gritando “Yo soy el portero”.

“Yo estaba primero, pero este vato me quitó, a mí no se me hubiera ido ni uno...”, renegó después de ver cómo al “Marito” se le fueron varios de los tiros a las redes.

“Yo hace muchos muchos días que vengo a jugar aquí, pusieron este pasto desde ayer y nos dijeron que iban a venir el Gobernador”, contó Jorge Mario, de 9 años.

Él juega en este campo en el equipo de Adrián, como defensa y a veces como portero.

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Es cierto que también fue apabullado en el marco, pero fue porque su entrenador le pidió que hiciera la faramalla de buscar detener la pelota que pateara el Gobernador Rubén Rocha Moya; el Presidente Municipal de Angostura, Miguel Ángel Angulo Acosta, o cualquier otro de sus invitados.

“El Marito” midió bien el primer disparo, se separó de la línea de cal bajo el travesaño y atajó de manera exagerada para que el balón le pasara por encima de los brazos.

“Así está bien, muy bien”, le dijo el entrenador en voz baja. “El otro igual”.

El campo pesquero La Reforma no es el típico pueblito pintoresco que se puede leer con solo ver el mapa. Hay que voltear a verlo un par de veces para entender su geografía.

El puerto al final de la calle principal, el mirador en la primera ensenada, la iglesia a una calle del puerto principal, una gigantesca imagen de la Virgen de Guadalupe afuera y la plazuela en la otra calle, sin árboles, solo bancas y kiosko.

Es común que sus calles te envuelvan como cualquiera de la zona urbana, pero las pangas tiburones estacionadas afuera de las casas te recuerdan que estás muy cerca del mar.

Por eso el campo de futbol de La Reforma fracasó cada vez que le quisieron sembrar césped, simplemente se murió, porque su suelo no es igual al de Chinitos, ni a la cancha de Blanca Félix, la portera campeona con Chivas en la LigaMX Femenil, en La Sinaloa, que esta semana lo podaron porque llegaba a las rodillas.

“Me da mucho orgullo la verdad ver la cancha en estas condiciones, que creo que en muchas partes no han tenido la oportunidad de tener una cancha como esta está ahorita, y creo que va a haber mucha oportunidad para los jóvenes que van a crecer aquí “, dijo Sergio Octavio Mejía Sanchez, ex jugador profesional de futbol.

“Aquí había una cancha infantil y empecé a jugar de los 6, 7 años, tengo 28 años jugando futbol, gracias a Dios”.

Mejía Sánchez estuvo en Dorados de Sinaloa en Tercera División, pero nunca lo registraron.

Jugó para Murciélagos de Guamúchil y Salamanca en Segunda División e hizo una pretemporada de Primera División con el equipo Atlético San Luis, pero no logró quedarse.

Confirmó que es día de fiesta, porque la cancha, aunque sea de césped artificial, le reduce a los demás el largo camino que él tuvo que recorrer para llegar al profesionalismo.

“Sí, la verdad que con esta nueva oportunidad que hay ahora, yo creo que va a haber mucha oportunidad para los chavos que van empezando y creo que pronto va a salir algo bien de aquí, de esta comunidad”, expresó.

Recordó que en estos momentos las esperanzas en La Reforma están puestas en Jaziel Rubio, un joven que destaca en la categoría Sub-18 de los Xolos de Tijuana.

“Tenemos la esperanza de que pueda llegar a Primera División, que es lo que nos hace falta acá para que volteen de allá de arriba, que aquí hay muchísima muchísima calidad para jugar al futbol”, dijo.

Pero la fiesta también es para los que ya estaban, los que se quedaron. Que la pasión por el mar fue mayor.

“Para nosotros es un gran logro, porque nosotros jamás nos imaginamos que fuéramos a jugar en una cancha como ésta, y más porque nosotros jugamos con los veteranos y pues ya a la edad de nosotros piensa uno que jamás va a haber esto, y pues ha de cuenta que es un sueño para nosotros”, opinó Emilio Rubio, uno de los eternos visitantes del campo de futbol y reformeño de cepa.

“Ya lo habíamos intentado, pero como aquí el terreno no se dio para el pasto normal, ahora nos prometieron el pasto sintético, nos lo cumplieron y ahorita estamos emocionados para jugar ya lo antes posible, en la tarde, y mañana volvemos a jugar y todos los días, si es posible”.

Ahora los más grandes piensan en los que se fueron, en los que fueron figuras, como el Pelón Valenzuela, uno de los mejores porteros de la región, que ya no le tocó lanzarse en este nuevo campo empastado.