Alexis Cervantes nunca perdió la fe que volvería a casa a ver a su familia en Guasave
GUASAVE._ A pesar de permanecer en cautiverio por siete días y unas horas más, el basquetbolista guasavense Alexis Cervantes Guerrero dijo que nunca perdió la fe de que regresaría a su casa para volver a ver a su familia.
Minutos después de aterrizar en la pista de Camagüey, Guasave, y bajar del avión que dispuso el Gobierno de Michoacán para un traslado seguro a estas tierras, en sus primeras declaraciones a medios de comunicación el deportista de alto rendimiento agradeció las muestras de apoyo que se volcaron hacia él y su familia derivado de su desaparición.
“Muy a gusto aquí en mi casa ya. A descansar ahorita nada más”, dijo.
-¿Añorabas este momento?
-Claro que sí, estar en casa es estar en casa siempre. Estar en casa es lo mejor que hay ahorita y aquí está mi hermano y mi amigo César, de toda la vida.
Y es que tras pisar tierras guasavenses, a Alexis Cervantes ya lo esperaban su hermano Óscar y su amigo César Ojeda Anaya, quienes fueron dos de las personas que estuvieron muy al pendiente del desarrollo de su caso.
-¿Te esperan con alguna comida especial?
-No sé, pero siempre hay buena comida en mi casa. Vamos a comer lo que hace falta.
Cervantes Guerrero comentó que no ha tenido todavía tiempo de ver información en medios de comunicación ni en las redes sociales, pero por lo poco que le ha dicho su hermano, fue mucho el apoyo que recibió.
“Muy agradecido con eso, la verdad, yo no he visto nada de redes sociales y todo eso porque ayer desde que salí me la pasé ocupado en declaraciones y todo eso, ya voy a tener tiempo para ver todo lo que se ha hablado en redes sociales, imagino que fue mucho el apoyo. Me comentó mi hermano que sí, todo mundo muy unido y gracias a Dios estamos en casa ya”, expresó.
Con un vendaje en la muñeca derecha y una vendoleta en la nariz para sanar heridas físicas, el basquetbolista manifestó que ya tenía varios años yendo a jugar a Michoacán, sin que ocurriera ningún incidente.
“Uno siempre va a hacer a lo que se dedica nada más, hay cosas que pasan que uno no lo decide y así están las cosas. Gracias a Dios estamos aquí”, dijo.
-¿Aceptarías otra invitación para ir a jugar en Michoacán?
-Claro que sí.
Después de atender a los reporteros, el deportista fue escoltado hasta su casa, en la comunidad de San Antonio, donde ya lo esperaba el resto de su familia, entre ellos su madre Guadalupe Guerrero, quien fue la que más sufrió durante los días en los que estuvo en cautiverio.