Van 300 accidentes y 3 mil muertos en minas de carbón; es un siglo de omisiones oficiales y tragedias, reclaman activistas
En México, de acuerdo con registros de organizaciones civiles, 3 mil 103 personas han muerto en minas de carbón en 310 accidentes, como el que sucedió este miércoles 3 de agosto en Coahuila, donde 10 mineros permanecen atrapados en un pozo vertical de 65 metros de profundidad.
Estos accidentes tienen más de un siglo ocurriendo. Activistas advierten que siguen pasando tanto por falta de seguridad en las minas como por negligencia de las autoridades.
“En 2002, fue la primera vez que yo escuché que iban a enviar perros y buzos para el rescate de mineros atrapados en una mina; 20 años después, el gobierno dice que ya están listos los perros y los buzos para actuar. Pero no van a poder entrar a la mina, porque lo que hay ahí no es agua, es carbón con tierra, es lodo, no se puede bucear, y siguen diciendo lo mismo, porque sigue sin haber protocolos de atención a emergencias mineras y los accidentes se siguen repitiendo porque no hay medidas de no repetición”, dice a Animal Político Cristina Auerbach, directora de la organización Familia Pasta de Conchos.
El más reciente accidente, el de este 3 de agosto, sucedió en el municipio de Sabinas, Coahuila. La mina, llamada Pinabete y localizada en la población de Villa Agujita, del ejido El Mezquite, se inundó tras un derrumbe. Cinco de los trabajadores lograron salir, cuatro están hospitalizados.
Al Hospital General de Zona 24 del IMSS, en Nueva Rosita, trasladaron a Raymundo Tijerina Amaya, de 52 años; Fidencio Sillas Álvarez, de 33, y Héctor Javier Díaz Esquivel, de 46, quienes reciben atención médica por ingesta de agua. En tanto, Fernando Pompa Orta, de 36, tiene golpes en varias partes del cuerpo.
A lo largo de la historia de la región carbonífera, han muerto más de 3 mil personas en las minas de carbón y con cada muerte todo se rompe, dice el prefacio del libro de Auerbach, Carbón rojo. “Es muy difícil describir lo que las familias viven. En ese momento, cuando se enteran por otros mineros, por el radio, porque buscamos a una persona cercana a la familia para que vaya a informarles o por la información que publicamos en las redes sociales, todo se resquebraja y se hace añicos”, señala la activista.
En Pasta de Conchos, donde en 2006 un grupo de 65 mineros quedó atrapado y 63 cuerpos siguen sin ser rescatados, ya habían sucedido hechos de ese tipo. “Nos dejamos sorprender por una historia repetida. Aunque la extracción del carbón dio inicio décadas atrás, tenemos documentados, desde el año 1883, 310 eventos mortales en minas de carbón, en los que hemos contabilizado 3 mil 103 fallecimientos”, subraya Auerbach.
En su página de Facebook, el IMSS Coahuila informó que la mina de Sabinas, donde ocurrió el accidente del 3 de agosto, está registrada como patrón, sin adeudo en pago de cuotas. La Secretaría del Trabajo indicó en un comunicado que la mina inició operaciones en enero pasado y hasta la fecha no se tiene antecedente de denuncias por anomalías.
Sin embargo, medios locales publicaron que familiares de los mineros atrapados reportaron que el socavón de la mina era propenso a llenarse de agua, y que incluso por esta situación lunes y martes no bajaron a laborar.
En las minas de carbón, los trabajadores se juegan la vida por unos 11 mil 800 pesos al mes, de acuerdo con la página Data México. Para muchos, esta es la única fuente de empleo posible.
La región carbonífera de Coahuila es la más importante del país. En la actualidad, aporta prácticamente el 100% de la producción nacional de carbón, según el informe Perfil del mercado del carbón 2022, de la Secretaría de Economía. Esta región está ubicada en la parte centro, norte y noreste del estado, limitada por la frontera con Estados Unidos al norte, y al este, por los estados de Nuevo León y Tamaulipas.
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La Secretaría de Trabajo informó primero que eran ocho las personas atrapadas en la mina, pero después se indicó que eran 10. “A estas horas, más de 24 horas después del accidente, ni siquiera existe una lista certera con los nombres de los mineros atrapados. Ni siquiera hay certeza de que sean los 10 que están diciendo ahora. Esto habla de que estamos frente a la misma situación del año pasado en Rancherías y en Pasta de Conchos”, advierte Auerbach.
La activista se refiere a los accidentes en minas de carbón de junio de 2021, en el ejido Rancherías, municipio de Múzquiz, donde quedaron atrapados siete trabajadores después del desbordamiento de agua en el interior, y del accidente en Pasta de Conchos de 2006.
Lo sucedido este miércoles —dice Auerbach— es una muestra de que los trabajadores siguen en la misma situación de riesgo. “Lo que pasó en esta mina es porque no se están tomando las medidas de seguridad e higiene y la Secretaría del Trabajo no está haciendo las inspecciones que debe hacer para evitar más muertes”.
La Secretaría del Trabajo informó en un comunicado que este último accidente ocurrió cuando trabajadores, en el desarrollo de sus actividades de excavación, se toparon con un área contigua llena de agua, que al derrumbarse provocó una inundación en la que quedaron atrapados los 10 mineros.
El pozo en el que sucedió el accidente es un tiro vertical de 65 metros de profundidad. “El agua debe estar a unos 30 metros. Han estado bombeando 200 litros de agua por segundo, sin que baje el nivel, eso quiere decir que está entrando mucha más agua a esos pozos de la que logran sacar”, dice Auerbach. El plan para la tarde de este jueves era que llegaran bombas para extraer el triple de agua.
En un comunicado, la organización Familia Pasta de Conchos señaló que su exigencia de rescate de los cuerpos y medidas de no repetición —y no primordialmente indemnizaciones ni monumentos— ha sido la demanda permanente de las familias y organizaciones que presentaron el caso Pasta de Conchos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Llamamos al Estado mexicano a realizar con diligencia cuanto esté a su alcance para el rescate y a revisar de fondo las condiciones de la minería en la zona”, exige la agrupación civil.