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Pandemia

Quitar el uso de cubrebocas en exteriores no implica retirar otras medidas, coinciden especialistas

Levantar el uso de mascarillas en espacios abiertos es posible en estos momentos, pero se corre el riesgo de generar confusión y que las personas tampoco la usen en interiores o que ya no guarden sana distancia. Especialistas urgen a evitar que esto ocurra

En exteriores y con sana distancia real, no hay problema por dejar de usar el cubrebocas. Lo riesgoso es que no se guarde separación entre las personas, que la gente quiera pasar a interiores sin mascarilla y que esto se interprete como un mensaje de que ya se puede dejar de usarla cuando todavía hay casos de COVID-19, coinciden especialistas consultados por Animal Político.

Este viernes, el Gobierno de la Ciudad de México anunció que levanta la recomendación de utilizar el cubrebocas en espacios abiertos, con el argumento de que los indicadores muestran que la pandemia está en descenso.

La recomendación empezó a estar vigente a partir de este viernes 1 de abril. El uso del cubrebocas en la capital se mantendrá en espacios cerrados, por ejemplo, el transporte público, y también seguirá para personas adultas mayores, con enfermedades crónicas o que sean casos sospechosos de COVID-19.

La CDMX se sumó así a otras entidades que han levantado el uso del cubrebocas en espacios abiertos, como Coahuila, Nuevo León, Quintana Roo y Tamaulipas.

Respecto del levantamiento de esta medida, Alejandro Macías, especialista en medicina interna e infectología y ex comisionado contra la influenza, dice que “dada la baja incidencia de COVID en este momento, se puede decir que en exteriores se puede dejar de usar el cubrebocas, pero siempre y cuando se mantenga la sana distancia”.

Ese es justamente el punto que preocupa a los especialistas: cómo se hará para que la gente de verdad no se junte y para que se entienda en qué espacios abiertos sí se debe usar y en cuáles no.

“Es una medida complicada, que puede causar confusión, se tiene que entender que es para espacios abiertos, donde realmente no haya mucha gente, como cuando se va caminando solo por la banqueta, por ejemplo, o en el parque, pero no es una medida para el patio de una escuela o un centro comercial o la Alameda en domingo”, explica Mauricio Rodríguez, vocero de la Comisión para Atender la Emergencia por Coronavirus de la UNAM.

Además, dice Rodríguez, las personas pueden venir de un espacio abierto y pasar a un interior sin el cubrebocas. “Lo mejor es traerlo, y así no tienes que estar pensando si aquí sí y acá no, ya voy a entrar y no traigo, mejor traerlo puesto y ya”.

Alejandro Sánchez, maestro en Ciencias Biomédicas, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM e integrante del Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica, señala que hay dos importantes barreras que protegen a las personas para evitar un contagio: el cubrebocas y la sana distancia.

“Si quitas el cubrebocas, quitas una protección muy importante, porque la sana distancia es fácil que se pierda. ¿Quién va a controlar que de verdad se guarde una sana distancia en lugares que suelen ser muy concurridos, por ejemplo?”, dice.

Malaquías López, epidemiólogo y también integrante de la Comisión COVID de la UNAM, advierte que otro problema es que la gente malentienda el mensaje y crea que ya no hace falta usar el cubrebocas, cuando en México se tiene un buen apego a su uso.


¿Qué dice la OMS?

En el sitio web de la Organización Mundial de la Salud (OMS), no hay ninguna mención sobre que se recomiende levantar el uso del cubrebocas en espacios públicos. Lo que se señala es que las mascarillas son esenciales para reducir la transmisión del coronavirus y salvar vidas.

“La utilización de mascarillas bien ajustadas debe formar parte de una estrategia integral del tipo ‘¡Hágalo todo!’, que abarque mantener el distanciamiento físico, evitar entornos cerrados y concurridos en los que haya contacto directo entre personas, garantizar una buena ventilación de los espacios interiores, limpiarse las manos con regularidad y cubrirse al estornudar o toser con un pañuelo de papel o con la parte interna del codo”, recomienda la OMS.

De hecho, Malaquías López apunta que todavía hay señales de peligro en el horizonte internacional. “Lo que ha pasado en China, con los repuntes, pese a tener poblaciones más vacunadas que la mexicana, es una señal poderosa que se debería atender. Acá por supuesto que podríamos tener un aumento de casos, aunque no necesariamente de fallecimientos y hospitalizaciones, por la vacuna, pero más valdría no arriesgar”.

Sobre todo, dice López, porque las personas en México ya se acostumbraron a usar el cubrebocas, no hay protestas como en otros países ni tanta resistencia. “¿Cuál es la urgencia entonces de quitarlo en exteriores y mandar un mensaje confuso? No ganamos mucho y sí corremos riesgos”.

Mauricio Rodríguez señala que, ante el levantamiento de la recomendación de usar cubrebocas en espacios públicos en algunas entidades, se tendrá que volver a apelar a la conciencia colectiva de usarlo realmente solo cuando se esté en espacios abiertos sin mucha gente o mejor seguir usándolo.

Lo que sí debe quedar muy claro, subraya Alejandro Macías, es que la pandemia aún no ha terminado. “Esto no va a acabar hasta que la incidencia de casos sea muy, muy baja. Por ahora, hay que usar el cubrebocas en espacios abiertos con mucha gente, siempre en interiores, ventilar los espacios y vacunarse”.