‘Que investiguen... no van a encontrar nada’, dice AMLO de mansión en la que vivió su hijo
El Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo -tras el reportaje de que su hijo mayor, José Ramón López Beltrán, de 41 años, se ha dado una vida de lujo en Houston, Texas, Estados Unidos, junto a su esposa Carolyn Adams Solano, que investiguen la mansión y los contratos otorgados por Petróleos Mexicanos a la empresa estadounidense Baker Hughes, pero que no van a encontrar “nada”.
“Que no haya impunidad para nadie, el escándalo de lo de mi hijo de la renta de una casa, todo esto que difundieron muchísimo, lo mismo, si tienen pruebas que las presenten. Está abierta la investigación, a ver de quién es la casa, qué contratos recibieron de PEMEX, quién los autorizó, pues no van a encontrar nada, absolutamente nada”, insistió el político tabasqueño.
“Como ya lo mencioné de todas esas lacras de la política que prevalecían el amiguismo, el influyentismo, el nepotismo, no permitir nada de esto, tratándose de quién se trate, aunque sean mis hijos”, afirmó el titular del Poder Ejecutivo Federal mexicano, durante su conferencia de prensa matutina, llevada a cabo en el Salón Tesorería del Palacio Nacional.
Ayer, Baker Hughes, empresa energética transnacional, reconoció que la casa ubicada en Houston, Texas, en la que vivieron López Beltrán y su esposa, Carolyn Adams Solano, perteneció a un ex empleado de la firma.
La compañía emitió un breve comunicado en el que señala que “la casa es una propiedad privada que, según los registros públicos, pertenecía a un ex empleado. Además, detalló que este “dejó la empresa en 2019”. Sin embargo, en su perfil de la red social Linkedln, Keith L. Schilling señala que renunció a Baker Hughes en enero del 2020.
Asimismo, la compañía energética transnacional afirmó que “el inmueble nunca ha sido propiedad ni administrado directa o indirectamente por Baker Hughes y aseveró que “no estuvo involucrada en la supuesta transacción”.
También sostuvo que “es una empresa de tecnología energética con operaciones en más de 120 países, comprometida con los más estrictos estándares de anticorrupción y rendición de cuentas en Estados Unidos y en cada uno de los países donde operamos”.
La empresa energética transnacional afirmó en su comunicado, que opera en México desde hace más de 60 años, “siempre con total transparencia y apegados al Estado de Derecho”.
Por su parte, el periodista Carlos Loret de Mola Álvarez afirmó que el Presidente López Obrador no pudo desmentir el reportaje sobre la vida de lujos en Houston de su hijo mayor, y celebró que en redes sociales los cercanos al primer mandatario lo llamen “Lord Montajes”, porque aseguró que ello demuestra que el reportaje es “incontestable”.
En tanto que el equipo de periodistas de Mexicanos contra la Corrupción y la impunidad (MCCI), coautor del reportaje, junto al medio digital LatinUS, dijo que Baker Hughes aceptó que la casa que ocupó el hijo mayor de López Obrador “pertenecía a un ex empleado que dejó la empresa en 2019”.
“Lo que omite Baker Hughes es que el ‘ex empleado’ era uno de los presidentes de la compañía y ocupaba el cargo cuando el hijo de AMLO se mudó a esa casa”, abundó la organización no gubernamental, también, que documentos de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, indican que “el ex empleado” antes de ser ascendido a una de las presidencias de la compañía, fue su director comercial y presidente en Canadá, al mismo tiempo.
El reportaje difundido el pasado 27 de enero, apunta que “José Ramón López Beltrán contradice el discurso de austeridad de su papá, el Presidente de México.
Primero ocupó una mansión de un millón de dólares, propiedad de un alto ejecutivo de una compañía petrolera que tiene contratos vigentes en Pemex, y luego se mudó a una residencia recién construida. En Estados Unidos se mueve en una camioneta Mercedes Benz valuada en 1.5 millones de pesos.
BAKER HUGHES, MULTADA EN EU, EN 2007, POR SOBORNOS
Según lo descubrió la revista digital EMEEQUIS, Baker Hughes, empresa contratista de Petróleos Mexicanos, fue multada en 2007, en Estados Unidos, por pago de sobornos en varios países, además de que se le inició una investigación en 2020.
En abril del 2007, después de que la propia empresa Baker Hughes Incorporated aceptó su culpabilidad por pagos a agentes en seis países para obtener contratos, la Comisión de Bolsa y de Valores (SEC, por sus siglas en inglés) de EE.UU. determinó sanciones por poco más de 44 mdd.
En 2007 la SEC estadounidense impuso la multa a Baker Hughes -a la que describió como “proveedor global de productos y servicios de campos petroleros en Houston, Texas”- por violación de la Ley de las Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA, por sus siglas en inglés).
En aquel entonces, tras su investigación, la SEC informó que encontró que Baker Hugues pagó 5.2 millones de dólares a un par de agentes para sobornar a funcionarios del Gobierno de Kazajstán, de la empresa petrolera estatal Kazakhoil, y obtener contratos.
A uno de dichos agentes, la empresa energética transnacional le pagó 4.1 millones de dólares. Sin embargo, entre 2001 y 2006 obtuvo ganancias por 219 millones. Mientras que al otro le pagó, entre 1998 y 1999, más de un mdd por negociaciones con KazTransOil.
Asimismo, siempre según la revista digital EMEEQUIS, la SEC acusó a Baker Hughes por diversas violaciones de la FCPA y de otras de sus normas, las que cometió en Nigeria, Angola, Indonesia, Rusia, Uzbekistán y Kazajstán.
En esto seis países la empresa transnacional energética realizó pagos sin implementar controles internos para definir si eran hechos por servicios legales, serían para funcionarios y si serían registrados en sus registros.
Después de la acusación de la SEC y tras haber cooperado en las investigaciones, Baker Hughes aceptó un fallo acerca de futuras prohibiciones de la FCPA, a pagar una sanción civil, la restitución con intereses, y, además, contratar a un consultor independiente que revisaría sus procedimientos internos.
Por ello tuvo que pagar sanciones por 33 millones de dólares. En aquella ocasión también el Departamento de Justicia de EE.UU. presentó cargos penales, por lo que Baker Hughes se declaró culpable de violación de disposiciones antisoborno.
Así como de incitar a la falsificación de sus libros, además de un cargo por conspiración para violar la FCPA, por lo que tuvo que pagar 11 millones de dólares. Antes, en septiembre del 2001, Baker Hughes había admitido una orden de cese y desistimiento de la SEC por violación a la FCPA tras un soborno en Indonesia.
Asimismo, se informó que en diciembre del 2020, Baker Hughes fue notificada de que la SEC realizaba una investigación formal acerca de sus controles, libros y registros internos, en la cual dicha empresa supuestamente está cooperando.