Policías de Guerrero asesinan a dos supuestos normalistas de Ayotzinapa; estudiantes incendian patrulla
Dos supuestos estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa murieron asesinados la noche del 7 de marzo por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero, en la salida de Chilpancingo hacia el municipio de Tixtla.
A través de un comunicado, la SSP informó que los normalistas supuestamente iban armados y al pasar por un retén, no detuvieron la marcha del vehículo con reporte de robo en el que viajaban, disparando hacia los policías estatales, quienes repelieron la agresión.
Ante ello un estudiante muerto en el lugar de los hechos y otro más que falleció al recibir atención médica en un hospital.
La SSP de Guerrero afirmó, adjuntando varias fotografías, que los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa portaban un arma de fuego corta, cartuchos útiles, así como “3 bolsitas de una sustancia cristalina y cervezas”, por lo que la Fiscalía General del Estado realizaba las indagatorias correspondientes, “para esclarecer los hechos”.
“La @SSPGro informa que, la noche de este jueves se recibió un reporte vía 911 sobre una alerta en el arco del [Registro Público Vehicular] REPUVE, sobre un vehículo con reporte de robo de la marca Nissan tipo Frontier NP300, modelo 2020, color blanco la cual se dirigía con dirección a #Chilpancingo”, indicó la Secretaría de Seguridad estatal.
“Al atender la alerta, la Policía Estatal visualizó dicho vehículo mediante las cámaras de C4 en el punto conocido como Hotel Petatlán y al arribar al lugar los tripulantes de la camioneta recibieron a los elementos de seguridad con disparos de arma de fuego. Por lo que el personal de la @SSPGro repelió la agresión logrando detener a un masculino”, abundó.
“En el intercambio de disparos fue lesionado uno de los agresores por lo cual fue trasladado para su atención médica. En el interior del vehículo se localizó un arma de fuego corta y cartuchos útiles, así como 3 bolsitas de una sustancia cristalina y cervezas. La @FGEGuerrero realiza las indagatorias correspondientes para esclarecer los hechos”, detalló.
Tras estos hechos, un grupo de normalistas de Ayotzinapa se dirigieron a Chilpancingo donde vandalizaron las instalaciones de la Policía Municipal, con petardos y piedras.
Los elementos de seguridad pública repelieron la agresión, por lo que los estudiantes se retiraron.
Sin embargo, al pasar por el punto conocido como Las Parotas, sobre la avenida Insurgentes, los normalistas ubicaron una patrulla de la Policía Estatal, a la cual prendieron fuego con varios petardos, mientras que los elementos de seguridad pública que la tripulaban se retiraron del lugar.
Los estudiantes regresaron a la sede de la Normal Rural, ubicada en Tixtla, a bordo de los autobuses que habían retenido desde antes.
El mismo día, la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos llamó al Gobierno Federal, a retomar el diálogo con los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre de 2014.
Un día antes, un grupo de normalistas derribaron, usando una camioneta pick up de la Comisión Federal de Electricidad una de las puertas del Palacio Nacional para intentar ingresar al Salón Tesorería, donde el Presidente Andrés Manuel López Obrador daba su conferencia de prensa matutina.
El organismo de la ONU también pidió al Gobierno de México que se respetara a los padres de los estudiantes y que les entregara toda la información que demandaban, como los 800 folios de la investigación del caso, en poder del Ejército Mexicano.
Asimismo, instó a asegurar la plena colaboración de las autoridades federales, para seguir avanzando en las investigaciones del caso Ayotzinapa y que se reconociera a las organizaciones acompañantes.
El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) dijo que si bien no compartía los actos vandálicos realizados por los normalistas, la irrupción en el Palacio Nacional respondió a “la negativa militar a entregar documentos y al intento gubernamental de dividir a las familias”, al tiempo que rechazó que los padres estuvieran “manipulados”.
Atribuyó los hechos vandálicos realizados por los estudiantes de Ayotzinapa a que durante meses, el Presidente no se había reunido con ellos y a la “indiferencia frente a plantón”, que se mantuvo durante 10 días en la Plaza de la Constitución o Zócalo de la Ciudad de México.