Obispos de Guerrero se reúnen con líderes criminales, para buscar la paz, pero no lo logran
José de Jesús González Hernández, Joel Ocampo Gorostieta, Dagoberto Sosa Arriaga y Leopoldo González González, obispos y arzobispo de las diócesis de Chilpancingo-Chilapa, de Ciudad Altamirano; de Tlapa; y, de Acapulco, respectivamente, se reunieron con líderes de la delincuencia organizada para pactar la paz, pero no hubo acuerdos, por la división del territorio de dichos grupos.
Así lo reveló el obispo de Chilpancingo-Chilapa, durante una conferencia de prensa, luego de la celebración litúrgica del Miércoles de Ceniza, llevada a cabo en la Catedral de la Asunción de María de Chilpancingo.
El obispo informó que él y sus tres homólogos buscaron un diálogo con los criminales, antes de que se desatara la crisis por la violencia contra transportistas en Acapulco, Zihuatanejo, Taxco, Chilpancingo e Iguala.
“Los obispos de Guerrero empezamos a buscar diálogos con jefes que pueden darnos la paz, pero todavía les di misa, se mueven intereses en el corazón y en la cabecita de cada uno, y no se logró, pero no nos detendremos en seguir buscando los espacios de diálogos”, sentenció.
González Hernández detalló que los líderes de los grupos criminales en Guerrero “pedían una tregua con sus condiciones, pero esas condiciones no fueron de agrado a algunos de los participantes”.
Según el obispo de Chilpancingo-Chilapa, dichas condiciones fueron relacionadas a los territorios. “Entonces no lo sueltan, les ha costado vidas, les ha costado trabajos, les ha costado dizque ganárselos”, indicó.
González Hernández dijo que se tendrían que buscar “otras maneras” de ofrecer la mediación a los delincuentes. “Nosotros creemos que el Gobierno tiene la solución [...] ellos [las autoridades] tienen poder, tienen los recursos, tienen los medios, ellos pudieran mediar, pero parece que los han abandonado, o nos han abandonado”.
A pregunta expresa de con cuántos grupos se reunieron, el líder religioso explicó que cada obispo católico se reunió por separado con distintos líderes criminales. Detalló que, en su caso, tuvo encuentros con capos que operaban en la región Tierra Caliente y la Sierra guerrerense.
Según González Hernández, dichos encuentros se llevaron a cabo tras la reunión con el papa Francisco, en el Vaticano, en junio del 2023. Asimismo, enfatizó que los cuatro líderes religiosos de Guerrero “estamos muy motivados, de poder nosotros alzar la voz”, e incluso afirmó que el papa Francisco les sugirió invitar a otros obispos, de Morelia, Puebla, Oaxaca y a toda la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM).
El obispo de Chilpancingo-Chilapa aseguró que los líderes religiosos de Guerrero decidieron intervenir, debido a que la ola de violencia que afectaba a dicha entidad y al país entero. “Ya nos caló también a nosotros, ya nos llegó también a nosotros, y no podemos quedarnos cruzados de brazos”, aseveró.
“A nosotros nos han matado a ministros de la comunión, acólitos, presidentes de la comunión, mayordomos, catequistas, ahorita no nos han matado sacerdotes, pero sí ya los hubo anteriormente y eso nos da tristeza”, comentó el líder religioso.
“Nosotros vamos al corazón, no a las cosas materiales, pero ellos [los líderes de las organizaciones criminales] están metidos en las cosas materiales y nosotros tenemos que seguir con estrategias para llegar al corazón”, expresó González Hernández.
“Nosotros hacemos un llamado a que las cosas se hagan con sana intención, porque si lo hacemos con otras intenciones caemos en hipocresía, ¿verdad?. Es decir, se busca la paz y no se ve. Nos dicen que hay un cambio y no lo hay. Y prometen mejores condiciones y no las tenemos; ¿entonces qué es lo que hay? Hay mentira, hay falsedad”, agregó el obispo, al cuestionar al Gobierno estatal, encabezado por Evelyn Cecia Salgado Pineda.
“Son preocupantes las situaciones de violencia e inseguridad que como sociedad enfrentamos diariamente en Chilpancingo, esta crisis es lacerante pero también inaceptable [...] nos unimos al llamado para que se lleven a cabo las acciones necesarias por parte de las autoridades competentes para restablecer la paz y se ponga un freno a la crisis de violencia en Chilpancingo”, indicaron sacerdotes del Decanato de dicho municipio.
“Hacemos un llamado respetuoso y firme a nuestras autoridades de los tres órdenes de gobierno para que no se difundan mensajes en los que se normalice la violencia, ya que Chilpancingo está ante una emergencia que demanda de toda la sociedad acciones concretas, inmediatas y vinculadas en favor de la paz”, abundaron los clérigos de la capital guerrerense, en un comunicado.