|
Sustancias

Nuevas drogas y dinámicas de consumo preocupan en México y el mundo

El Informe Mundial sobre Drogas 2024 detalla que personas entrevistadas de todos los países consideran a las juventudes como más propensas que las personas adultas a usar drogas sintéticas

Durante la pandemia, Aaron Rojas, director de Inspira, supo que había una nueva experiencia relacionada con el consumo de sustancias psicoactivas, a través de plataformas digitales como zoom.

Una persona, desde su casa, “arma” una sesión virtual en internet con toda la producción que se ha relacionado, y erotizado –dice Aaron– en los contextos de consumo, como ciertos tipos de iluminación, música o vestimenta.

“Armas como si fuera –voy a usar estas palabras– un ritual, como si fuera tu escenario, armas la sesión, te conectas y tú estableces los criterios para que más gente se conecte. Por ejemplo, hay quienes te dicen ‘es obligatorio mostrar el rostro”, relata.

“Un tema de salud mental súper complejo”

Lo problemático de la situación, aclara, es que tras su acentuación durante la pandemia, ahora es complejo, para personas que están muy enganchadas con ese tipo de prácticas, salir de ese contexto de consumo.

“Esto es una opinión personal, como consumidor: el espacio, esta dinámica, este contexto, este lugar, te jala a no separarte. Entonces si sales, lo que quieres hacer es regresar y estar ahí para que cuando haya un antojo, la sustancia siempre esté disponible.

“Eso es algo que no se ha visto desde la parte de las instituciones (en México), que no lo han observado, que no lo han abordado, pero nos estamos enfrentando a un tema de salud mental súper complejo que detonó con el tema Covid, y que ha acentuado el encierro a raíz de este tipo de experiencias de consumo por plataformas”, señala.

Ejemplos como el que relata Aaron, vinculados con nuevas experiencias, y a veces también con nuevas sustancias, son, de hecho, una preocupación central en el Informe Mundial sobre Drogas 2024, entre cuyos hallazgos se destaca que los jóvenes son un grupo de alto riesgo en el consumo de drogas sintéticas y, además, se inclinan por entregas a domicilio y mediante redes sociales, subraya en entrevista Hugo Córdoba, coordinador de proyectos en drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en México.

“Un aspecto importante a seguir es el relacionado con el aumento en el consumo de drogas en el mundo, pues se pronostica que esta tendencia siga al alza los próximos años; por lo tanto, es indispensable reforzar las acciones de prevención y reducción de daños, haciendo énfasis en las poblaciones vulnerables y con perspectiva de género”, señala el especialista.

Añade que el aumento en la aparición y consumo de nuevas drogas sintéticas es otro de los grandes temas a los cuales debe darse seguimiento a partir de la publicación del informe, pues la letalidad y alto nivel de adicción a estas sustancias representa hoy un reto importante de salud pública en el mundo. Además, enfatiza la necesidad de reforzar la cooperación internacional para combatir su fabricación y emitir alertas tempranas tan pronto se identifiquen.

Juventudes, más propensas a nuevas drogas

El Informe Mundial sobre Drogas 2024 detalla que personas entrevistadas de todos los países consideran a las juventudes como más propensas que las personas adultas a usar drogas sintéticas, al igual que se observa con otras sustancias, especialmente en el caso de los varones.

“El uso de drogas entre los jóvenes debe ser un foco de alerta para ser rastreado y atendido, ya que las edades de consumo son cada vez menores y son tendencias de fácil expansión, como el uso de vapeadores o consumo de benzodiazepinas producto de retos virales. El impacto del consumo de drogas en niños y adolescentes es significativamente dañino para su desarrollo físico y mental”, apunta Córdoba.

Desde su perspectiva, además es necesario fortalecer las acciones para combatir el uso de redes sociales e internet para la comercialización de drogas. El documento de UNODC señala que las motivaciones de las personas jóvenes para usar drogas sintéticas incluyen el deseo de potenciar su desempeño escolar o laboral, el de euforia o entretenimiento y el uso de sustancias por sus pares.

“Estas motivaciones contrastan con aquellas típicamente asociadas con personas adultas, como la automedicación y el manejo del dolor, así como el deseo de superar la fatiga. Una de las personas entrevistadas también destacó que, dado que las personas jóvenes usan más las redes sociales, tienden a tener mayor conocimiento sobre nuevas drogas sintéticas”, añade el reporte.

Por ejemplo, aunque el tramadol, un opioide sintético, es usado por personas de todos los grupos de edad, es más probable que las más jóvenes usen “nuevas” drogas sintéticas, como algunas variantes sintéticas de los cannabinoides.

Este grupo poblacional no solo está más expuesto al uso de sustancias, sino que enfrenta impactos desproporcionados cuando se trata de consumos problemáticos. En primer lugar, remarca el informe, son más propensos a ser objetivos del sistema de justicia criminal; en segundo, pueden involucrarse más fácilmente en actividades sexuales riesgosas. Por otro lado, en algunos países es frecuente que sean expulsados de sus casas, lo que vuelve más difícil enfrentar el consumo problemático u obtener ayuda.

‘Chemsex’ e infecciones de transmisión sexual

Gracias a su experiencia como una organización que hace pruebas rápidas de infecciones, Inspira ha detectado en nuestro país, específicamente en la capital, otra de las preocupaciones derivadas de una de las nuevas dinámicas a nivel global que documenta el Informe Mundial sobre Drogas 2024, el consumo de sustancias en contextos sexuales.

“Estamos detectando más casos de hepatitis C. Lo que estamos viendo en VIH, por ejemplo, es que las personas tienen fallas en la adherencia, o sea, se olvida tomar el medicamento, pero también por estar en una sesión o por la resaca, ya no se va a la cita médica, entonces dejan de ser constantes con la atención y empiezan las dificultades para que retomen el tratamiento”, apunta Rojas.

Córdoba destaca que el consumo de drogas por inyección sigue siendo un factor importante facilitador de la epidemia mundial de hepatitis C: la Organización Mundial de la Salud calcula que el 23% de nuevas infecciones son atribuibles a prácticas no seguras. En tanto, casi una de cada dos personas que se inyectan padece hepatitis, y las enfermedades hepáticas atribuidas a esa infección representan más de la mitad de las muertes derivadas del consumo de drogas.

En su edición 2024, el informe mundial dedica un apartado a una de las dinámicas que involucra el uso de drogas sintéticas en contextos sexuales, particularmente entre hombres que tienen sexo con hombres y que usualmente es llamado “chemsex” o “uso sexualizado de drogas”, y se refiere al uso de sustancias con el fin de mantener, potenciar, desinhibir o facilitar la experiencia sexual.

“Como parte del ‘chemsex’, el uso de tres tipos de drogas sintéticas, solas o combinadas se ha reportado en la literatura científica. Estas incluyen metanfetamina, mefedrona y GHB o GBL, que con frecuencia se usan con MDMA, ketamina o cocaína y sildenafil, tadalafil o vardenafil (sustancias que comúnmente se indican para tratar la disfunción eréctil), así como nitritos de amilo (poppers)”, describe el documento.

Según el informe, además de los motivos de potenciación del desempeño sexual o incremento del placer, otros relacionados con el uso de drogas sintéticas en contextos sexuales son la búsqueda de un sentimiento de desestigmatización del comportamiento sexual, de pertenencia, de apertura emocional, unidad, empatía o simpatía, así como una especie de ayuda para establecer relaciones y facilitar encuentros sexuales con múltiples parejas.

Sin embargo, no es una práctica –aclara el documento– que esté limitada a hombres que tienen sexo con hombres. El uso de GHB y metanfetamina, por ejemplo, se ha reportado también entre parejas y compañeros heterosexuales. En algunos casos, incluso de manera intencionada –y opuesta a registros previos de su uso como droga para violaciones en citas– con el fin de potenciar la socialización y el sexo entre parejas.

La UNODC advierte que el uso de sustancias en contextos sexuales se ha asociado con conductas de alto riesgo, incluido el sexo sin protección con múltiples parejas, así como con una mayor posibilidad de contraer infecciones de transmisión sexual como VIH y hepatitis.

Por ejemplo, las personas heterosexuales usuarias de metanfetamina tienen mayor probabilidad de involucrarse en conductas sexuales riesgosas que las no usuarias. Pero, además, en comparación con los hombres, las mujeres usuarias tienen una mayor propensión de participar en conductas sexuales de riesgo, así como más probabilidad de contraer VIH, hepatitis y otras.

Periodismo ético, profesional y útil para ti.

Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.


Suscríbete
Regístrate para leer nuestro artículo
Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


¡Regístrate gratis!