Migrantes denuncian engaños del INM para deshacer caravana que partió desde Tapachula
En septiembre pasado, Eduardo Santos inició una travesía con su familia desde Honduras hasta México, donde se unió a la caravana de migrantes que partió el 24 de diciembre de Tapachula, Chiapas, ante la falta de respuesta del Instituto Nacional de Migración (INM) a la solicitud de permisos para transitar libremente por el país.
Después de caminar por varios días y pernoctar en campamentos de migrantes, Eduardo y su familia se entregaron con funcionarios de migración en el municipio chiapaneco de Mapastepec, donde les prometieron apoyo del DIF para obtener los permisos de tránsito en México, pero solamente fueron trasladados en camiones a Villahermosa, Tabasco, donde les hicieron firmar un documento en el que aceptan que su estancia en el país sea de treinta días nada más, después de los cuales no saben qué pasará con ellos.
De acuerdo con Luis Rey García, director del Centro de Dignificación Humana A.C., esta semana el INM realizó este tipo de acciones para disolver al llamado “éxodo de la pobreza”, en el que participaban más de 4 mil migrantes de distintas nacionalidades, de los cuales al menos 19 se encuentran desaparecidos desde que se entregaron a Migración.
García, quien ha acompañado a esta caravana, explicó en entrevista que el 1 de enero, el INM les hizo llegar a los migrantes un documento con el que llamó a niños, adolescentes, núcleos familiares y adultos mayores a “entregarse” para que esta dependencia los pusiera a disposición del DIF Nacional, con el fin de que la Procuraduría de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes resuelva sus casos “sobre el interés superior del menor y bajo los principios de la unidad familiar e indique lo procedente”.
“El documento tiene rúbrica de Héctor Leoncio Martínez Castuera, director de la Coordinación de las oficinas de representación del INM en Chiapas, y en él se comprometían a regularizar a los grupos vulnerables; yo hablé con él al menos tres veces por teléfono e incluso ofreció trabajo para los migrantes, autobuses que los iban a llevar fuera de la República y que iban a ser tratados dignamente”, indicó García, y lamentó que nada de esto se cumplió.
Acerca de las 19 personas que se reportan como desaparecidas, García comentó que “en el mejor de los casos están en algún lugar, en la calle, y como les quitaron su teléfono no tienen manera de comunicarse”, sin embargo, hasta el momento desconocen cualquier información de su paradero.
Animal Político consultó al INM sobre el documento entregado a los migrantes y el destino de las personas que se entregaron con funcionarios de la dependencia, sin que hasta el momento de la publicación haya obtenido respuesta.
Al respecto, lo único que ha señalado el INM, a través de redes sociales, es que “apegado a una política de derechos humanos y de flujos ordenados, seguros y regulares- informa que actualmente no existe ninguna caravana que atraviese el territorio nacional hacia los Estados Unidos”.
“No podemos volver a nuestro país”
Entre enero y noviembre de 2023, 29 millones 959 mil 38 personas extranjeras no residentes en México entraron al país, de las cuales 108 mil 375 fueron visitantes por razones humanitarias y 4 millones 282 mil 865 fueron catalogados por el INM como “otros visitantes sin permiso de actividad remunerada”, de acuerdo con las Estadísticas Migratorias publicadas por la dependencia.
En el mismo periodo de tiempo, Migración emitió 57 mil 758 Tarjetas de Residente Temporal y renovó otras 62 mil 609, también entregó 64 mil 380 tarjetas de residente permanente para refugiados y 126 mil 564 tarjetas de visitante por razones humanitarias.
Eduardo y su familia, entre quienes se encuentra una mujer adulta mayor y dos niños, esperan que antes de que pasen los 30 días que les dieron para permanecer en México las autoridades les brinden los documentos necesarios para poder quedarse de manera definitiva en el país.
“No podemos volver a nuestro país porque salimos como víctimas de extorsión y amenazas de muerte, no podemos volver porque nos sacaron de nuestras casas en un departamento de la ciudad de San Pedro Sula, uno de los lugares más peligrosos. Nosotros queremos quedarnos en México, en alguna zona donde no se nos engañe y no corramos peligro”, expresó.
“Lo único que queremos es hacer un llamado de derechos humanos, porque a Migración no le está importando la vida de los niños, las personas que vienen enfermas y las miles de familias, no le importa que nos quedemos en la calle, a la intemperie, sin comer, algunos con problemas respiratorios o del estómago”, agregó Eduardo.
Luis Rey García lamentó que el gobierno federal despliega a elementos de las fuerzas armadas para perseguir a migrantes, y pidió a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) pronunciarse y tomar medidas para garantizar su atención, “porque ahorita hay mujeres y niños durmiendo en la calle, comiendo de las dádivas de gente con buen corazón”.
“Hay mucha crueldad con los grupos más vulnerables, porque no es el mismo trato para los migrantes ricos que aquellos que vienen persiguiendo una vida lejos de la violencia y la desigualdad, esto no era una caravana, era un éxodo de la pobreza contra el cual el Estado mexicano utiliza todo su aparato para contrarrestar un movimiento justo”, reclamó García.
De acuerdo con el defensor de derechos humanos, las personas que participaron en la caravana son originarios de Honduras, Cuba, Haití, Guatemala, El Salvador, Venezuela, Nicaragua, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Perú y Brasil.
También estuvo integrada por personas provenientes de Mauritania, Mali, Bangladesh, Siria, China, El Congo, Guinea Bissau e India.