Los guardianes del Lago de Texcoco: conoce a las brigadas que protegen y restauran el humedal
Verónica Santamaría
En el Lago de Texcoco, cuatro brigadas realizan tareas comunitarias y de ciencia ciudadana dentro del territorio que hoy es una área natural protegida (ANP). Atender incendios forestales, registrar y monitorear la llegada de las aves migratorias y revivir el humedal, son parte de las actividades que a diario realizan.
Las brigadas son parte de los subprogramas de conservación que dicta el Programa de Manejo de la Área de Protección de los Recursos Naturales Lago de Texcoco, como el subprograma de protección, con el cual capacitan a las personas para aprender a prevenir y controlar incendios, y contingencias ambientales.
Por otro lado está el subprograma de restauración, que permite que las brigadas comunitarias atiendan y recuperen a las especies en peligro. Además, ejecutan acciones de conservación y restauración hídrica como la creación de bordos artesanales para captar el agua del humedal en zonas donde había sido desecado.
De acuerdo con el Programa de Manejo de la APRN Lago de Texcoco, los subprogramas tienen como objetivo el impulsar, de forma ordenada y priorizada, las actividades y proyectos que se lleven a cabo en ellas.
Para lograrlo, se establecen metas y acciones específicas para cada subprograma, con base en la problemática que presenta y sus necesidades.
Cada brigada cuenta con un uniforme y herramientas que les permite identificarse dentro de la área natural protegida para saber qué actividades realizan en sus jornadas y las herramientas de trabajo que utilizan, como es el caso de las personas que se encargan de observar, monitorear e identificar a las aves migratorias que llegan al Lago de Texcoco.
Pobladores de Atenco, los más presentes en las brigadas
En un recorrido liderado por autoridades de la Comisión de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) del Lago de Texcoco, conocimos cómo es el trabajo que realizan las brigadas dentro de los remanentes de ese humedal en compañía de Gabriela González Márquez, directora de la ANP, y Daniel Fonseca.
Las personas que forman parte de las brigadas comunitarias son principalmente amas de casa, mototaxistas, taxistas o personas jubiladas, que realizan actividades de protección y restauración enfocadas en el lago por un tiempo determinado.
De acuerdo con la Conanp y las entrevistas realizadas a las brigadas que trabajan dentro de la APRN Lago de Texcoco, en su mayoría las brigadas se componen por habitantes del municipio de Atenco que junto con Texcoco, son dos de las cabeceras municipales que comparten casi la misma extensión territorial en los límites de esa área natural protegida.
Atenco cubre una extensión de 6 mil 267.178810 hectáreas, lo que corresponde al 44.76 por ciento de la superficie de la área natural protegida; mientras que, Texcoco cuenta con 6 mil 197.184910 hectáreas, es decir el 44.27 por ciento de la superficie de protección.
Un humedal al que intentaron secarDespués de los intentos para desecar el Lago de Texcoco y dar paso a lo que sería el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) en la zona metropolitana de la CDMX, hoy el humedal es una área natural protegida.
En su momento, el sitio se decretó sin programa de manejo que la protegiera de posibles futuras nuevas construcciones o megaproyectos en su interior. Solo dos años después, el 5 de junio de 2024, el Área de Protección de los Recursos Naturales (APRN) Lago de Texcoco tuvo definidas, por fin, las reglas para su conservación.
Con dos años y seis meses cumplidos, el APRN Lago de Texcoco, forma parte de las 232 Áreas Naturales Protegidas que conserva y administra la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), al cierre de la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Para los pobladores del municipio de Atenco en el Estado de México, tener una área natural protegida es una oportunidad para cuidar, limpiar, vigilar, monitorear, conservar y restaurar los remanentes del Lago de Texcoco, entre ellos el lago Nabor Carrillo y la Ciénega de San Juan, de donde se obtiene la alga espirulina y el ahuautle.
Reconocer y aprender de las aves migratorias
Una de las brigadas dedicadas a reconocer, vigilar, registrar y monitorear la llegada de las aves migratorias en el Lago de Texcoco pertenece al subprograma de protección. Este grupo compuesto por mujeres, principalmente, se conoce como Monitoreo biológico de aves.
Durante el recorrido que autoridades de la Conanp dieron a Animal MX para conocer el trabajo de la brigada, llegamos a la Ciénega de San Juan, que junto con el lago Nabor Carrillo, la Laguna Xalapango y la Laguna Texcoco Norte, forman parte de la microcuenca del oriente a donde las aves llegan. Por su composición, algunos de estos cuerpos de agua se crean durante la temporada de lluvias.
El trabajo de monitoreo y vigilancia de las aves migratorias que realizan las brigadistas en la Ciénega de San Juan es crear bitácoras con las características de las aves que habitan y llegan al cuerpo de agua, registro de nidos e identificación del trinar o piar de estas especies.
Para sus actividades, las cuales inician desde las 07:00 horas, usan sombreros que les permiten cubrirse de los días calurosos. Además de binoculares, un GPS, manual de identificación de aves del Lago de Texcoco, calzado especial y un chaleco para salir a campo.
Su principal medio de transporte es la bicicleta, que les permite andar por la terracería alrededor de la Ciénega de San Juan y moverse sin invadir el espacio de esparcimiento de las aves. Para las brigadas, proteger el lago es una forma de recuperar la identidad hacia su comunidad.
Araceli Rodriguez-Casanova, encargada del monitoreo biológico de aves en el Área de Recursos Naturales Lago de Texcoco las brigadas comunitarias integran actividades científicas que propician la inclusión comunitaria con el objetivo de restaurar el humedal.
De acuerdo con el Programa de Manejo de la APRN Lago de Texcoco, en el área se tiene un registro actual de avifauna reportada de 221 especies nativas, distribuidas en 18 órdenes, 47 familias y 137 géneros, lo que representa el 45 % de las aves de todo el Estado de México.
De ese total de especies, 79 son residentes, 105 migratorias de invierno o verano, 30 transitorias y siete consideradas como “accidentales”, es decir que no es habitual su presencia en la zona.
Además, se tiene el registro de 20 especies en alguna categoría de riesgo dictaminado por la NOM-059-SEMARNAT-2010, 11 están sujetas a protección especial, ocho tienen la categoría de “amenazadas” y una “En peligro de extinción”.
Combatir incendios en el lago
Otro de los grupos comunitarios que se encarga de proteger al lago es la Brigada de contingencias ambientales y manejo de fuego. Las personas que forman parte de esta cuadrilla están capacitadas para atender un conato de incendio dentro del humedal.
En esta ocasión, Dulce María, Agusto, Ricardo y Víctor, cuatro personas que conforman esta cuadrilla, hablaron de sus experiencias sobre cómo es cuidar el polígono Lago de Texcoco.
Con el decreto de área natural protegida, este grupo comunitario considera importante preservar el sitio y atender los incendios que se puedan presentar ya que no solo afectan a la vegetación, sino también al clima y la calidad del aire que respiran en la cuenca.
Jorge Pulido, subdirector de restauración ecológica para Lago de Texcoco, se encarga de revisar el trabajo de las brigadas que realizan actividades de restauración acuática o terrestre, así como de la cuadrilla contra incendios. Para él, restaurar esta área natural protegida implica recuperar la función ecológica de los ecosistemas.
Las principales actividades que realizan en el lago, señala Jorge Pulido, están enfocadas en los cuerpos de agua que aún están presentes y la vegetación que hay en ellos como los tulares o pastos halófilos.
“Ha tenido un impacto social [para las comunidades] el apropiarse del territorio y recuperar lo que conocían cuando eran niños y ver de nuevo la vegetación y la fauna presente en esa época. Además, algunas zonas que no tenían agua permanentemente, ahora las estamos rehabilitando para que puedan mantenerse por más tiempo, ya sea con establecimiento de vegetación como tular o el aumento del espejo de agua en algunas zonas”, explica Jorge Pulido en entrevista para Animal MX.
Tras el intento de desecar el Lago de Texcoco para el megaproyecto aeroportuario que se tenía planeado realizar en la administración del expresidente Enrique Peña Nieto, cuenta Pulido que ahora se han restablecido los ciclos de agua con vertedores, como el que conecta a la Ciénega de San Juan con una de las bardas perimetrales de lo que iba a ser el nuevo aeropuerto.
“El vertedor lo que hace es meter el agua que captura y recupera la Ciénega de San Juan hacia el Parque Ecológico [Lago de Texcoco], es una estructura que permite que el agua pase únicamente cuando hay un excedente, es decir, cuando la ciénega ya tiene su nivel máximo, el agua excedente pasa hacia la ciénega y no se desperdicia sino que pasa a los cuerpos de agua que están dentro del parque”, señala.
Espejos de agua en el humedal
Para dar vida al Lago de Texcoco con espejos de agua, la brigada de restauración se encarga de realizar actividades que comprende el levantamiento de bordos artesanales, es decir, largas extensiones de montículos de tierra para captar el agua de los vertedores y así crear los espejos de agua en el humedal.
Los bordos artesanales, según relata Jorge Pulido, son construidos de manera manual para mantener el agua en algunas zonas y que no se expandieran en extensiones más grandes que pudieran estancarse.
Para la creación de esos bordos se requirió del trabajo de siete personas. Diariamente realizaban 20 metros de grandes extensiones de tierra y les llevaba 12 días para diseñar y dar forma a un espejo de agua.
Con palas, cuerdas y botas para el agua, los pobladores provenientes del municipio de San Salvador Atenco se encargan de esas actividades de restauración.
Jorge Daniel Fonseca Cando, quien fuera integrante de la coordinadora #YoPrefieroElLago y hoy parte del equipo de la APRN Lago de Texcoco, señala en entrevista para Animal MX que los bordos, como obras de retención de agua, están hechos de material reciclado de lo que se usó para construir el aeropuerto como tezontle revuelto con tepetate.
“Es material que se quedó al interior del polígono y para no generar un impacto ambiental mayor, se decidió usar para tener mejor consolidación”, asegura.
Fonseca Cando, quien también es parte de las brigadas de restauración en la ANP, explica que las obras de retención de agua es que con el líquido que se capta de las lluvias se puedan tener microhabitats para las aves residentes y migratorias.
“Con las lluvias de la temporada, los espejos de agua comienzan a consolidarse y las aves llegan aquí. Los bordos se basan en el conocimiento local de las personas que desde antaño lo han hecho para realizar actividad lacustre. Ellos tenían conocimiento de cómo circulaba el agua en la región y la conducían hacia los lugares que ellos querían”, finaliza.