Hace dos décadas, un biólogo de la CFE descubrió una nueva especie de cactus en Nuevo León
El biólogo Manuel Nevárez de los Reyes encontró un cactus que se parecía mucho a un sacasil en flor, pero como no estaba seguro de lo que había encontrado, pidió el apoyo de los expertos de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Y sí: estaban ante un descubrimiento formidable para México, la cabeza de medusa, una nueva especie de cactus.
Esta historia que sucedió en junio de 2001 fue rescatada por la Revista Alterna, la revista de periodismo y divulgación científica de la Comisión Federal de Electricidad en su edición 5 o de los meses junio-agosto de 2023.
En el artículo firmado por Lucero Ríos se explica que cuando la CFE construye una central, una línea de transmisión o una subestación, entre otras, realiza investigaciones previas para determinar el impacto social, ambiental o arqueológico y precisar la viabilidad del proyecto, es así que el biólogo Manuel Nevárez pudo tomar las fotografías de la especie para estudiarlas en coordinación con la UANL y la Semarnat.
Una de las conclusiones a la que llegaron fue que el cactus Digitostigma caput-medusae ocupaba una superficie aproximada de 2 kilómetros cuadrados en el desierto de Nuevo León y que es micro endémica, pero que en su hábitat estaba expuesta a amenazas como el desarrollo de la agricultura y la degradación por sobrepastoreo.
Los siguientes pasos de la Comisión Federal de Electricidad fue inaugurar un jardín botánico de la especie y registrarla como Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre.
“El 29 de julio de 2006 la Residencia Regional de Construcción Noreste inauguró en Monterrey el Vivero y Jardín Botánico CFE Construcción Cactus del Noreste. Este vivero tiene el fin de proteger y reproducir la cabeza de medusa, así como de reincorporarla a su hábitat y asegurar su sobrevivencia”, se recuerda en el artículo de Lucero Ríos.
“El 4 de octubre de ese mismo año fue registrada como Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) ante la Agencia de Protección al Medio Ambiente y Recursos Naturales del Estado de Nuevo León”, se detalla.
En el artículo se explica que las UMAs son predios de propietarios o poseedores que voluntariamente destinan su territorio para aprovechar sustentablemente las especies silvestres que habitan ahí.