AMLO y Gobernador de Michoacán se enfrentan con Obispo de Apatzingán
El Presidente Andrés Manuel López Obrador criticó a la jerarquía de la iglesia católica al señalar que tenía “más simpatía por los potentados” y los ricos, luego de que el Obispo de la Diócesis de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, reprobó el mitin de celebración de cinco años del triunfo del Presidente el sábado pasado en el Zócalo de la Ciudad de México, pese a la situación de violencia que se vivía en el País.
Durante conferencia de prensa matutina señaló que había veces que la iglesia católica actuaba en sentido contrario a la “esencia del cristianismo”, que, dijo, se centraba a favor de los pobres.
“Hay veces que la jerarquía de la iglesia tiene más simpatía por los potentados, por los ricos, muy contrario al sentimiento, a la esencia del cristianismo. Porque Jesucristo siempre estuvo a favor de los pobres, por eso los poderosos de su época lo seguían, lo espiaban, lo llamaban alborotador del pueblo y por eso lo crucificaron”, expresó.
No obstante, dijo que se vivía en un País de libertades y todos se podían expresar y manifestar, “somos partidarios de un Estado laico, esto significa que se garantiza la libertad religiosa para todas las iglesias”, insistió.
El 2 de julio, el Obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, criticó la celebración del Presidente López Obrador con motivo de sus cinco años en el poder, ante la inseguridad que ha vivido México a lo largo de su Gobierno. En su mensaje, el religioso llamó al Mandatario nacional a que mejor llevara a cabo una conmemoración luctuosa.
“Mientras algunas autoridades dicen que todo está bien, los que vivimos aquí y un servidor sé que no está bien. Curiosamente ayer [sábado 1 de julio] nuestro primer mandatario celebraba el quinto aniversario de haber llegado al poder, al poder, cinco años”, dijo.
“Nos prometió que su principal objetivo era poner la paz. Yo digo, en vez de haber celebrado en el Zócalo, por qué no celebrar un día de luto, de duelo nacional, no sólo por los fieles de Diócesis que han perdido la vida, por tantos hermanos en México, celebrar un día de duelo y reconocer que en nuestro País hay más violencia que hace cinco años”, declaró.
Refirió que la primera promesa de López Obrador era “poner la paz en nuestro país”. Ante ello, llamó a que las autoridades, incluido el Presidente de la República, ofrecieran disculpas a la población mexicana, por la falta de resultados en materia de seguridad.
“Que pidieran perdón al pueblo mexicano y a los que han sido privados de un ser querido por la violencia o que no encuentran a tantos hermanos desaparecidos, en vez de un día festivo, un día de duelo, pedir perdón por no haber encontrado las estrategias necesarias para la paz“, añadió, quien agregó que aunque las autoridades habían afirmado que todo estaba bien en el País, era la población la que se enfrentaba a la realidad de “sufrimiento e inclemencia”.
El lunes, el Gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, criticó al Obispo de Apatzingán y acusó que algunos clérigos católicos criticaban al Estado y también encubrían a los líderes criminales.
“Critican al Estado, lo atacan, pero ellos mismos encubren a generadores de violencia y luego se convierten en voceros de bandas de criminales, es una realidad, a veces no se dice por hipocresía política, pero es claro la intención de esta declaración desde el púlpito, del obispo de Apatzingán, de hacer política, si quieren hacer política que dejen la sotana”, declaró.
“Lo que dijo el Obispo fue criticar la concentración masiva en el Zócalo, pero tenemos derecho a acompañar al Presidente Andrés Manuel López Obrador [...] pero todos tenemos una responsabilidad, y él como clérigo, alto clérigo, porque es Obispo, también la tiene, entonces serenos, porque recuerde el obispo que sacerdotes promovieron en su momento las autodefensas”, reclamó.
Ramírez Bedolla, afirmó que Hipólito Mora Chávez, uno de los fundadores de los grupos de autodefensas en Michoacán, asesinado el 29 de junio junto a tres de sus escoltas -durante un atentado en la región de la Tierra Caliente-, fue víctima de un estrategia “perversa” y paramilitar del Gobierno de Enrique Peña Nieto, para combatir a grupos criminales.
Afirmó que los grupos de autodefensa fallaron en su objetivo de “limpieza social”, debido a que fueron financiados y abastecidos con armas por integrantes de un organización criminal, para combatir al autodenominado “Cártel de Los Caballeros Templarios”, objetivo que aparentemente se habría logrado.
Sin embargo, destacó que el problema de violencia que vivía actualmente dicha entidad, es que que muchos autodefensas rechazaron después sumarse al grupo criminal que los abasteció de armas y dinero, mientras que otros se alinearon con ellos, infiltración que el propio Mora Chávez denunció.
Ramírez Bedolla añadió que a pesar de estos vínculos criminales, el Gobierno de Peña Nieto alentó la operación de los grupos de autodefensa, por lo que también se les podía calificar como un grupo paramilitar que utilizó a los civiles michoacanos como “carne de cañón”.
El Gobernador pidió terminar con el “mito” de las autodefensas, ya que, según él, a la distancia sus vínculos delictivos habían sido evidenciados, por lo que no se podía justificar su existencia y se les debía considerar como “un error”, con el fin de que no se volviera a repetir, ni a permitir grupos civiles armados en Michoacán.
Cuestionado respecto al presunto vínculo de Mora Chávez con el crimen organizado, dijo que el ex líder de los grupos de autodefensa “fue víctima” de una estrategia perversa del Estado mexicano, durante el Gobierno de Peña Nieto, para combatir a grupos del crimen organizado con civiles armados.
Ramírez Bedolla advirtió que los civiles mexicanos fueron utilizados como “carne de cañón” en esta lucha contra los cárteles, de forma muy similar a lo que ocurrió en Colombia, para combatir a las guerrillas y a los propios grupos criminales, con la asesoría del general colombiano, Óscar Adolfo Naranjo Trujillo, ex director de la Policía Nacional colombiana.