Sacerdotes del sur de Sinaloa renuevan su compromiso en Misa Crismal
Entre las celebraciones eucarísticas especiales de la Semana Santa, sacerdotes de la Diócesis de Mazatlán, que comprende las parroquias del sur de Sinaloa, renovaron sus compromisos para seguir sirviendo en la difusión de la Palabra y el Ministerio de Dios.
La Misa Crismal fue oficiada por el Obispo de Mazatlán, Monseñor Mario Espinosa Contreras, en donde se consagran los Santos Óleos, que son el de los Enfermos, el de los Catecúmenos y el Santo Crisma, óleos elaborados con aceite de oliva que se utiliza durante el año para ungir a los enfermos, a quienes se bautizan y sellan los ministerios de la Iglesia Católica.
Ante decenas de presbíteros, religiosas y fieles que llenaron la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción, el Obispo de la Diócesis de Mazatlán, Monseñor Mario Espinosa Contreras, recordó que hoy se conmemora el día en que Cristo comunicó su sacerdocio a los Apóstoles y a los presbíteros.
“¿Quieren ustedes renovar las promesas sacerdotales que hicieron el día de su ordenación ante su Obispo y ante el pueblo santo de Dios?”, les preguntó Monseñor Espinosa Contreras a los sacerdotes presentes en la eucaristía especial oficiada a las 11:30 horas, a la que contestaron “sí, quiero”.
“¿Quieren ustedes unirse íntimamente a nuestro Señor Jesucristo, modelo de nuestro sacerdocio, renunciando a sí mismos y reafirmando los compromisos sagrados de vivir el celibato, la obediencia y respeto a su Obispo, la disposición a la misión del Señor y para servicio de la Iglesia que hicieron ustedes con alegría el día de su ordenación sacerdotal?”, preguntó a los sacerdotes. En la bendición de los Santos Óleos, el Obispo de la Diócesis de Mazatlán pidió a Dios que quiso curar las dolencias de los enfermos que atienda benignamente la oración que brota de la fe y envíe desde el cielo su santo consolador sobre el aceite fecundo que quiso que un árbol robusto ofreciera para alivio del cuerpo, de manera que por su santa bendición se convierta para todo el mundo, para todo el que sea ungido con él en protección del cuerpo, del alma y del espíritu.
“Para quitar todo dolor y toda debilidad y toda enfermedad, para que sea para nosotros Óleo Santo bendecido por tu Padre en el nombre de Jesucristo Señor Nuestro que vive y reina por los siglos de los siglos”, añadió el Obispo en la consagración del Óleo de los Enfermos.
Mientras que del Óleo de los Catecúmenos pidió a Dios que hizo del aceite un signo fortaleza que se digne de bendecir este aceite y fortalezca a los catecúmenos que con él serán ungidos (en el Bautismo), para que al recibir la fuerza y la sabiduría de Dios comprendan más profundamente el Evangelio de Cristo, apronten animosamente las exigencias de la vida cristiana y hechos dignos de la adopción filial sientan la alegría de renacer y vivir en la Iglesia.
En tanto que del Santo Crisma, utilizado para la unción de profetas, sacerdotes y reyes, expresó que el aceite que santifica, de haberlo hecho patente de modo especial en el Hijo Amado de Dios cuando llegó la plenitud de sus días, en efecto cuando el Hijo del Señor redimió al género humano con el misterio de la Pascua, llenó a la Iglesia y predicó con el Espíritu Santo y le aportó admirablemente de dones celestiales para que por su medio de llevar a cabo plenamente en el mundo la obra de la salvación.
“Desde entonces mediante este santo misterio del Crisma, de tal forma repartes a los hombres las riquezas de tu gracia y así como tus hijos renacidos en el baño bautismal quedan fortalecido por la unción del espíritu y configurados a tu ministerio participan en tu dignidad de profetas, sacerdotes y reyes”, continuó el Obispo de la Diócesis de Mazatlán.
JOSÉ ALBERTO ORTEGA ES ORDENADO DIÁCONO
Ante decenas de presbíteros, religiosas y fieles, José Alberto Ortega Navarro fue ordenado al ministerio del Diaconado.
En la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción, el Obispo Mario Espinosa Contreras le impuso las manos en la cabeza para conferir el orden de Diácono, con lo que ya puede celebrar algunos sacramentos antes de ser ordenado Presbítero.
Monseñor Espinosa Contreras precisó que el orden sacerdotal tiene tres grados que son el Diácono, el presbítero y el obispo.
“Y el primer grado es el diácono, que normalmente son diáconos hacia el final de su carrera sacerdotal y quedan disponibles para ir a una comunidad a acompañar a presbíteros, a párrocos como auxiliares, como colaboradores, es un ministerio hermoso porque por una parte se tienen ya las obligaciones propias de los presbíteros, también propias de los diáconos, y se tiene también ya una responsabilidad de servicios con sus hermanos y hermanas”, continuó.
“Pueden ofrecer bautismo, el matrimonio, presidir los funerales, también las exequias, tener liturgias de la Palabra, es una función de gran ayuda sobre todo en comunidades, donde tienen muchos pueblos son muy favorables su ayuda”.
Tras su ordenación como diácono, José Alberto Ortega Navarro fue felicitado por los presbíteros del sur de Sinaloa y sus papás, mientras que todos los presentes le ofrecieron un fuerte aplauso de felicitación.
Durante la Semana Santa, que comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Sábado de Gloria, se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.