Retiran alrededor de 10 toneladas de residuos de la biobarda del Puente Juárez

El equipo del colectivo ambientalista MazConCiencia con ayuda de personal de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Mazatlán, voluntarios y una retroexcavadora retiraron alrededor de 10 toneladas de residuos sólidos de la biobarda del Puente Juárez, que fueron depositados en un camión de volteo.

La limpieza que dio inicio desde el pasado viernes con la recolección de más de 40 bolsas jumbo y 25 costales de material PET, quedó casi concluida este martes, así lo dio a conocer la líder de MazConCiencia, Sofia Trejo Lemus.

“Desde el pasado día viernes, se lleva a cabo el retiro de los residuos sólidos que retiene la biobarda del Puente Juárez, primero se estuvo recolectando todo el plástico que termina ahí, el que conocemos como PET para su reciclado, logrando rescatar más de 40 bolsas jumbo y 25 costales”, señaló.

“Con ayuda de personal de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Mazatlán, un camión de volteo y una retroexcavadora hicimos maniobras para lograr que alrededor de 10 toneladas de basura no terminaran en el océano”, precisó.

Para llevar a cabo esta labor, la Asociación Civil MazConCiencia contó con la colaboración de Pesca Azteca, Maz Sardina, Bureo y PMA, quienes aprovecharon el clima, donde las temperaturas fueron benévolas.

“Aunque el trabajo es arduo y por más de cinco horas estuvimos trabajando, en MazConCiencia felices porque gracias a la colaboración de empresas como Pesca Azteca, Maz Sardina, Bureo y PMA es que logramos ocuparnos del pedacito que nos toca”, expresó Trejo Lemus.

Biobarda del Puente Juárez: cinco años frenando toneladas de residuos sólidos

La biobarda del Puente Juárez, donde se unen el canal y el estero, se instaló por primera vez el 8 de junio de 2019 en el marco del Día Mundial de los Océanos, esto con la intención de detener la basura flotante que es arrastrada a lo largo del cauce del arroyo Jabalines y del estero El Infiernillo, para posteriormente desembocar al canal de navegación y al mar.

En un inicio era una barrera de 42 metros de largo, formada por botellas de PET envueltas en redes de pesca, con una especie de cortina de 50 centímetros hacia abajo para atrapar basura flotante como bolsas y botellas de plástico, que posteriormente era recolectada por pescadores de manera voluntaria.

En la actualidad se reemplazaron las botellas PET por boyas y muchas de las redes son recicladas y donadas por empresas colaboradoras, que también apoyan en la limpieza de este mecanismo.